CAPÍTULO 16

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Unos sonoros ruidos sonaron en la puerta. ¿Qué hora es?

Me aparté como pude para ir a por la puerta, pero ya se había levantado Marta que debió venir ayer en la noche. 

- ¿Dónde está?

- ¿Quién? Oye, señor, eso es allanamiento de morada. - decía mientras se apartaba de la puerta. 

Yo tan solo miraba confusa. 

- ¿Alex? ¿Qué haces aquí?

Este miró mal a Raúl que seguía a mi lado. 

- Vámonos. 

- Ey, espera. - dije mientras intentaba zafarme de su agarre. 

Pero no me soltaba, solo me llevaba. 

Ya habíamos llegado a la calle. 

Hice un gran tirón para que me soltara. 

- ¿Qué te pasa? - le dije cabreada. 

- ¿A mi? Recuerda que hace escasos días estabas secuestrada. ¿Quién dice que aún no te siguen buscando? Si desapareces, ¿Qué le digo a los policías? "estuvo secuestrada hace unos días, pero ahora se ha hecho amigos y va a revolcarse con ellos por las noches" 

Lágrimas de odio salían de mis ojos. 

- Tienes razón. No debería de hacerme amigos, no debería de salir de casa, debería de estar amargada. ¿De quién me suena eso? - hice una pausa - Para tu información, yo no me revuelco con nadie, por si te interesa. 

- Yo... perdón. Comprendo que quieras hacerte amigos, pero también tienes que tener cuidado, no olvides que eres una fugitiva de una cadena de secuestros. Comprendo que quieras salir, estás en tu edad y ya has pasado suficientes años encerrada. Pero tienes que contar conmigo, no puedes tan sólo dejarme una nota e irte. Yo no sé quién ha podido escribir la nota. 

- Tienes razón. Me dejé llevar por el cabreo. Debería de haber contado contigo. Lo siento. 

- Ey, no pasa nada - decía mientras cogía mi cara con sus manos y me quitaba las lágrimas. - ¿Amigos? 

- Amigos. - dije. 

Una sonrisa salió de mi boca y el se lanzó a abrazarme. 


La secuestrada. (LS #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora