---Punto de vista de Otabek---
Han pasado cuatro días desde el accidente y mi Yura no ha despertado aún. Los doctores me han mentido, no fue un calmante lo que le dieron a mi amado; en realidad su estado era tan grave que tuvieron que inducirle el coma para que sobreviviera.
Nadie sabe cuando despertará mi amado, nadie sabe decirme nada, nadie quiere decirme nada.
Hasta el momento, lo único que sé es que los estudios que le han realizado, han resultado favorables. No hay huesos rotos, no hay derrames internos, no hay heridas en la piel, no hay problemas de circulación, no hay problemas con los músculos, no hay problemas con las funciones cerebrales y definitivamente, el único problema es que Yura no quiere despertar.
Día tras día, la espera ha sido una tortura. Yura se encuentra desde ayer en una habitación normal donde puede recibir visitas y tener un acompañante de tiempo completo; que obviamente soy yo, a pesar de las múltiples suplicas de Mila para dejarla a ella a cargo y así poder tomarme un descanso. Yakov, Lilia, Viktor y Yuuri me han dicho que se encuentran muy preocupados por mi salud; y al igual que Mila, insisten en que me tome un descanso.
Descanso... ¿Es que no entienden que el único descanso que necesito es el que obtendrá mi alma una vez que mi Yura despierte?
No pienso apartarme de esta habitación de hospital hasta saber que mi amado se encuentra bien.
-----Punto de vista de Mila-----
Beka...
Eres tan obstinado.
Han pasado cuatro días desde el accidente y mi querido amigo kazajo no ha querido despegarse de Yuri desde que le dieron de alta a la mañana siguiente del accidente.
Yuri...
Gato mimado y caprichoso... ¿Por qué demonios no despiertas? ¿Acaso no te das cuenta de cuanto hieres a los que te rodeamos?
No me malinterpreten, amo a Yuri Plisetsky tanto como a un hermano menor, pero realmente me parte el alma ver la situación actual.
Me encuentro en casa de ese par de idiotas, a pesar de mi insistencia hacia Beka; lo único a lo que he logrado que acceda, es ha darme las llaves de la casa para poder llevarle un cambio de ropa. Una vez que guardo en mi pequeña maleta unas cuantas prendas, me detengo ha observar el lugar. No es la primera vez que entro aquí, pero aún así nunca había tenido tiempo de analizar más a fondo. Ese par de idiotas me sorprenden, no solo es su casa; se han dedicado en convertirlo en un hogar para dos. A donde quiera que mire, se ve reflejada una perfecta armonía entre ambos; la simplicidad y la neutralidad de Beka y la extravagancia y la egolatría de Yuri. Mi parte favorita es la sala de estar, y no por su diseño o sus muebles, menos por la hermosa vista al jardín trasero que tiene; amo el mural de fotografías que ambos tienen. Ese mural es la perfecta representación del inmenso amor que se tienen ambos; ahí puedes encontrar fotos desde que se hicieron amigos en el GPF de Barcelona, hasta su reciente viaje a Kazajistán. Cualquier foto tomada por ellos, sus amigos o incluso los paparazzi la puedes encontrar ahí; siempre y cuando este uno de los dos presentes y sea aprobada por la vanidad de Yuri. Incluso existe una foto de Beka consolando a Yuri, después de que esté recibiera la noticia de la muerte de su abuelo, tomada por un paparazzi. Son este tipo de fotos, las que según ambos, les hace recordar la promesa de "Siempre" que han hecho.
Al llegar al hospital, observo desde el marco de la puerta la misma devastadora imagen que he visto en estos días. Me encuentro de nuevo con un Beka sentado al lado de la cama de Yuri, desaliñado, con un rostro demacrado, ojeras bajo los ojos, una expresión indescifrable y con toda la atención puesta únicamente en su amado; y con un Yuri sin rastros de querer despertar. Maldito egoísta.
-Hey, Beka... Vuelve a la realidad- le digo mientras le lanzo la pequeña maleta con su ropa a la cabeza, sancádolo así, de su ensoñación. - Ve a darte una ducha, pareces un vago-.
- ¿Prometes que te quedarás con él? ¿Prometes que me dirás de inmediato sí despierta? ¿Lo prometes?-
Otatonto, con esa expresión de desesperación ¿quien podría resistirse a tus suplicas?
-Claro que lo prometo, ahora ve, no querrás que Yuri se enfadé conmigo cuando despierte por dejar que te descuidarás tanto en estos días, ¿o sí?- sin decir más, Beka le dedica una última mirada a Yuri, toma su mano y le besa la frente antes de entrar al baño. El momento es tan íntimo, que no me atrevo ni a mirar; me siento una invasora. Cuando Beka se retira, tomo asiento donde antes estuvo él y después de observarle unos minutos, me acerco a hablar con Yuri.
- Eres un egoísta ¿sabes? Tal vez por eso tus "Yuri Angels" te comparan con un gato... Deja de hacer sufrir tanto a Otabek, te lo suplico. Decide de una vez ¿te quedas o te vas?- de pronto, escucho algo caer al suelo y mi piel se eriza mientras mi cuerpo entero se estremece. No quiero, no puedo voltear... Y no lo hago.
El silencio reina en la habitación por al menos dos minutos, el ambiente se siente pesado y yo no puedo evitar querer salir corriendo del lugar. Siento su mirada sobre mí, toda su furia, su frustración, su desconcierto, todo; puedo sentirlo todo. Mi cuerpo tiembla como si fuera una gelatina y mis ojos no paran de llorar. Me encuentro ahí, sentada junto a la cama donde reposa en coma el que considero como un hermano, con la mirada perdida y un kazajo recién bañado en el marco de la puerta del baño...
Y pasa lo inevitable...
-¡Lárgate ahora mismo de aquí! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a mi Yura o a mí nunca más!- solo hasta entonces logro ver el rostro de Otabek y la imagen me rompe el corazón. Lágrimas, lágrimas de dolor; y su expresión, una expresión de odio tan puro que nunca había visto en mi vida jamás. Mis lágrimas solo aumentan en cantidad y empiezo a hiperventilar.
-Be... ka...- a penas y logro susurrar. Las lágrimas nublan mi vista y como puedo, me acerco a él y lo tomo por hombros. - Beka, tú no lo entiendes. ¡Mírate! Sí sigues así, vas a... Vas a caer tu también... Acepta la realidad de una buen...-
-¿¡Y qué!? ¡Lo que suceda con ambos no es de tú incumbencia! ¡Lárgate de una buena vez!-
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-----Punto de vista de Otabek-----
Ha pasado un día desde el incidente con Mila. He dado ordenes especificas de que nadie puede visitar a Yura. Solo yo. No pienso permitir que nadie dañe a mi Yura, y sí para eso tengo que vigilarlo día y noche, que así sea. Por primera vez en mi vida, haré honor a mi apodo y me convertiré en un verdadero héroe kazajo. Tú héroe, mi amado Yuri.
Es cerca de media noche y yo sigo contemplándolo. Me he encargado de memorizar cada célula de su rostro por sí acaso, mientras sujeto con fuerza su mano; como sí al soltarla, lo fuera a perder.
- Yura... Sí realmente me escuchas, quiero que sepas que haría cualquier cosa por ti y... Sí no despiertas... Sí tú... Mueres... Yo...-
- Cavarás dos tumbas y te irás conmigo...-
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------------Nota------------
Hola a todos! Primero que nada, quiero decirles que de ahora en adelante, las actualizaciones serán los martes, ya que los lunes son muy pesados para mi...
Y volviendo a lo importante ¿qué les pareció el cap? Yo sé que es un poco sad y debo admitir que me perdí en algún momento pero espero haber hecho un trabajo decente.La imagen que inserte, es una idea general de la foto que describe Mila. Por cierto, no pienso dar aclaraciones en este cap pero me gustaría pedirles que no odien a Mila.
Por último, debo decirles que los que sigan esta historia de aquí en adelante, serán declarados como Drama Lovers... Perdonen sí hay algunos horrores ortográficos pero no pude hacer una revisión ya que ando un poco corta de tiempo por la universidad.
Bueno, ésto es todo por hoy.
Hasta el martes!!! n.n
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Ironías
FanfictionLa vida es una constante de ironías y esto es algo que tanto Otabek como Yuri aprendieron. Y es que, ¿Cómo es posible que lo que más amas se convierta en tu perdición? Yuri Plisetky a sus 19 años, no podía sacar otra conclusión que no fuera esa. ¿C...