Yuri se encontraba tan concentrado en ejecutar su "Ágape" que perdió la razón. Su cuerpo se movía casi por inercia, como si su vida dependiera de seguir patinando.
Comenzó con un águila y paso a un triple axel.Cada que realizaba un saltó, se sentía tan cerca del cielo, como sí pudiera volar y estirar sus manos para ser sostenido por su abuelo en las alturas.
Era como si su abuelo lo tomará en sus brazos y podía sentirse protegido.Pero esta vez fue diferente.
Nada, no sintió nada. O al menos nada bueno. Al llegar a la cima, sintió como si el aire abandonara su cuerpo y como si algo le presionara. Al abrir los ojos, el miedo se apodero de su ser. No pudo ver nada más que la oscuridad que se lo tragaba y no lo dejaba salir. O eso creía, hasta que toco fondo, golpeando contra el hielo y volviendo a la realidad.
Yuri se encontraba consternado, tirado en el hielo de la pista, en una fría madrugada de marzo.
Poco a poco, se puso de pie y, aún atónito, se convenció a sí mismo de que había sido algo pasajero.Como si nada hubiera pasado, comenzó a dar vueltas por la pista e intentó hacer un salchow cuádruple.
De nuevo... Había fallado...
Fueron minutos, luego horas,tal vez días, no sabría decirlo, había perdido la noción del tiempo; ni siquiera supo en que momento Otabek había llegado a su lado.
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-Rómpeme. -La orden a su amado era clara, o eso creía que había transmitido Yuri; pero para Beka era un completo misterio.
-Otabek, por favor. Te lo suplico. ¡Rómpeme!- Yuri se desvanecía en llanto pero su timbre de voz era firme y certero; Yuri Plisetsky no bromeaba, pero... ¿A qué diablos se refería?
-Yura, amor mío; cálmate. Dime lo que quieres que haga, dime lo que sea y lo haré. Pero por favor, tranquilízate.- de pronto Yuri salta a los brazos del kazajo, haciéndolos caer a ambos al suelo.
-Te amo Beka, eres todo lo que tengo, todo lo que necesito; o eso creí hasta hoy. Dame lo que necesito. Ayúdame a descubrir sí puedo sentirme vivo de nuevo. Hazme tuyo, pero no me hagas el amor. Te lo suplico, rómpeme. Hazme sentir- el llanto de Yuri empapa por completo la camiseta de Otabek, y éste se encuentra atónito. No quiere entender, prefiere no hacerlo.
-Yuri, deja las bromas de lado, por fav... -
-¡No es una broma!.. No es broma... Solo... Tengo miedo, miedo de lo incierto que se ha vuelto todo. ¿Y si nunca vuelvo a sentir? ¿Y si no puedo volver a clavar ningún salto? ¿Y si mi carrera se va a la mierda? Sí todo se derrumba, habré perdido todo lo que me hace sentirme vivo. Todo excepto a ti. El dolor es lo único que me queda, es mi último recurso para sentirme vivo. Dame lo único que me queda, por favor. ¡Te lo suplico Beka!- cada palabra que sale de la boca del ruso, es como un golpe bajo para Otabek.
Él se había propuesto ser un héroe kazajo para su amado, pero ¿qué pasa cuando su amado se niega a ser protegido?
Rómpeme... Todo lo que Otabek intentaba construir estaba siendo derrumbado por una petición de Yuri... Rómpeme... Y es que, así eran las cosas. Él podría ser el héroe más memorable de la historia, pero si su amado Yuri le pedía lo contrario; él no dudaría en complacerlo. Yuri Plisetsky era su fuerza, pero irónicamente, también era su debilidad.
-Yo... Yo no podría Yura, debo protegerte de todo y todos, incluso de mi.-
-¿Es que no lo entiendes?- el rostro de Yuri denotaba desesperación, Otabek no quería entenderlo y eso lo frustraba.
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Ironías
FanfictionLa vida es una constante de ironías y esto es algo que tanto Otabek como Yuri aprendieron. Y es que, ¿Cómo es posible que lo que más amas se convierta en tu perdición? Yuri Plisetky a sus 19 años, no podía sacar otra conclusión que no fuera esa. ¿C...