...-¿La nenita quiere su tutu?-
-Basta, devuélvanme mi bolso de una vez, llegaré tarde a clase.- de nuevo estos idiotas están molestándome.
-¿Realmente la quieres?.. Bien, te la daré- por fin, estúpido- Después de que lamas mis pies como la perrita que eres-
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-Otabek, sólo tienes trece años. ¿Acaso quieres arruinar tu carrera?-
-Mamá... yo... ¿Qué he hecho?-...
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~~~~~Punto de vista de Otabek~~~~~
Han pasado cuatro días desde el incidente de la pista y las cosas entre Yuri y yo se han vuelto... Complicadas. ¿Cómo fui posible de hacerle eso? Realmente no entiendo como mi lado salvaje se apodero de mi tan fácilmente, es como si hubiera vuelto a tener trece años.
El camino de regreso a casa esa noche fue un tormento. Yuri estaba tan herido que tuve que cargarlo de vuelta al auto, y aunque yo sugerí ir a un hospital a que le revisarán, mi amado se negó rotundamente; así que en cuanto llegamos a casa, deje a Yuri sobre la cama de nuestra habitación y fui en busca del botiquín de primeros auxilios de la cocina, ese que solo era usado cuando Yuri intenta cocinar.
Al regresar a la habitación, me encontré con una triste escena. Mi hermoso gatito dormía plácidamente acurrucado, pero no de la manera tierna que uno supondría; en lugar de dar la impresión de ser un gatito mimado y feliz de la vida, era como ver a un gatito callejero, de esos que uno recoge de algún callejón, enfermo y herido, de esos que crees que no sobrevivirá ni una semana pero que aún así llevas a tu casa con la esperanza de que eso no pase.
Así pasaron los días, días en donde no hablamos excepto por cosas como: ¿necesitas algo?,¿tienes que ir al baño?, ¿me dejas cambiar tus vendas?, etc. Sé que soy un imbécil, después de causar toda esta mierda, no puedo evitar quererme muerto. Yo debía ser su protector, yo debía cuidar de él, se lo había prometido, jure que lo cumpliría, lo había acordado con su abuelo.
Debido a sus heridas, Yuri apenas podía ponerse de pie al día siguiente, y conforme pasaron los días, él creía que podría andar solo pero las cosas no eran como él creía; pues el hecho de que no sintiera algo, no quería decir que estaba curado.
En cambio, yo si podía sentir el dolor que todo esto me estaba causando. Para no lastimar a Yuri, dormí todas las noches en el sofá de la sala; y justo ahí, comenzaba mi martirio.
¿Qué diablos había hecho? Se supone que Yuri es la persona más importante en mi vida, por la cual estoy dispuesto a todo y aún así lo he herido. No solo físicamente, su mirada me lo dice. Desde aquella madrugada, mi amado a penas me dirige la palabra, su mirada se encuentra ausente y su rostro lucía tan afligido que pareciera que temía a mi presencia; lo cual explicaría el por qué no puede verme directo a los ojos.
La he cagado. He tirado todo a la mierda. Mi hermoso ángel que alguna vez fue mi salvación, estoy seguro de que me odia por haberlo lastimado. Al pensar en todos los posibles escenarios que esta situación podría traer, no puedo evitar que las lágrimas salgan a mares de mis ojos.
Nikolai, no merezco a tu nieto, no merezco tu confianza, no merezco tu amabilidad, no merezco tu perdón. Soy un poco hombre, soy un idiota, soy un salvaje. Soy un maldito egoísta, mi estimado Nikolai, a pesar de que le he hecho daño, no quiero que Yuri se vaya de mi lado.
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Ironías
FanfictionLa vida es una constante de ironías y esto es algo que tanto Otabek como Yuri aprendieron. Y es que, ¿Cómo es posible que lo que más amas se convierta en tu perdición? Yuri Plisetky a sus 19 años, no podía sacar otra conclusión que no fuera esa. ¿C...