Capítulo 9 (parte 2): Per stare con te

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..... -Deben tener mucho cuidado, el descontrol que sufre su hijo cuando se enfrenta a situaciones de alta tensión es... Irracional. El deporte le ayudaría bastante, así que sí él muestra interés hacia alguno en especial, no duden en apoyarlo.-.....
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~~~~~Punto de vista de Otabek~~~~~

Ha pasado solo un día y siento que el alma se me muere de a poco con cada segundo que paso lejos de Yuri.

Me encuentro en la pista con Viktor comenzando mi entrenamiento para la temporada y en lo único que puedo pensar es en Yuri. ¿Habrá dormido bien? ¿Habrá ido a su revisión médica? ¿Recordará alimentar a Potya? ¿Qué hará sin patinar? ¿Podrá entrar a la temporada? ¿Se retirará temporalmente? ¿Me ha extrañado? ¿Le hago falta?

-¡O-ta-bek! Será mejor que regreses a la tierra si quieres seguir entrenando.-

-Lo siento Viktor.-

-Entiendo que estés conmocionado pero sí sigues distraído podrías lastimarte. Ahora, vuelve a la tierra. Quiero 30 vueltas a la pista, patinaje de velocidad. Aumentaremos tu resistencia en esta temporada.-

Una...
Dos...
Tres...
...Maldito kazajo...
Seis...
Siete...
Ocho...
...¿cómo es posible que alguien tan pesado como tú me ganará en velocidad?...
Doce...
Trece...
Catorce...
...Sabes Yuratchka...
Diecisiete...
Dieciocho...
...es la primera vez que te quejas de mi peso...
Veintidós...
Veintitrés...
...y eso que en muchas ocasiones has tenido que soportarlo...
Veintiséis...
Veintisiete...
...encima de ti...

¡A la mierda con mi concentración!

Mi mente ha perdido por completo el razonamiento, el recuerdo de Yura me nubla el juicio y ni siquiera logro terminar una vuelta más.

Lo último que recuerdo antes de que todo se tiñera de negro, fue ver Viktor entrar rápidamente a la pista y a los demás patinadores llamándome.
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~~~~~Punto de vista de Yuri~~~~~

Me encuentro junto al Katsudon esperando en el consultorio médico de la confederación olímpica rusa, después de un chequeo de rutina y de descubrir que nada ha cambiado; el médico ha ido a buscar los resultados de una tomografía que me tomaron hace poco.

Debo admitirlo, el gran Yuri Plisetsky, aquel que nunca duda a la hora de poner un pie en la pista de patinaje, aquel que sube al podio sabiendo que lo menos que merece es el oro, aquel fuerte, seguro y valiente ícono del patinaje artístico a nivel mundial... Ese mismo, tiene miedo.

Me duele en el alma admitirlo, pero...
Tengo miedo.

Yuri Plisetsky tiene miedo.
Aquel que puede vivir tranquilamente en un país como Rusia sin ocultar su orientación sexual, aquel que salió con la frente en alto a dar una entrevista para medios internacionales después de llorar devastadoramente al enterarse de la muerte de su abuelo, aquel que enfrentó a la vida y se volvió la fortaleza de su abuelo después de que su madre los dejara, aquel que encontró en el patinaje no sólo una pasión, sino un medio para sacar adelante a su pequeña familia aún siendo un niño.
Ese mismo Yuri Plisetsky...  Tiene miedo.

-Yurio, sé que tienes miedo, pero recuerda que no estás solo. Cualquier cosa que necesites puedes contar conmigo y con Viktor.-

-Vaya consuelo que me das Cerdo... Pero, gracias. Justo ahora, son lo único que me queda; pero más te vale que no le digas nada al Viejo o lo negaré todo.-

-Jajajaja, sí, como digas. Pero recuerda que también tienes a Otabek, por muy molestos que estén uno con el otro y aunque ninguno quiera hablar del tema.-

IroníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora