Capitulo 7

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La última noche.

Había llegado al límite, no podía estar más tiempo sin decirlo, sentía que algo dentro lo quemaba para poder salir.

― Hijo, la cena está servida.

― Voy en un momento madre.

Draco creyó que ella se había ido y cuando se giró para irse al comedor, la encontró todavía en la puerta.

― Hoy es su última noche en la mansión ¿Lo sabes?

― De... ¿De qué hablas?

― De Daphne y sus... ¿Cómo llamarles?

― ¿Aurores?

― Más bien niñeros.

Draco sonrió.

― ¿A dónde quieres llegar?

― Todos ellos se retiran mañana, si quieres que ella sea algo más, no desperdicies el tiempo, en Hogwarts será mucho más difícil que puedas hablar con ella.

― Madre yo...

― Si eres feliz yo lo acepto.

― Gracias.

― Vamos hay que bajar, no debemos hacer esperar a los demás.

Después de la cena Draco lo pensó mucho, tenía que hablar con ella, estaba decidido a hacerlo.

Una castaña estaba a punto de irse a la cama cuando un ruido en la puerta la distrajo, en el piso de madera frente a la puerta había una nota...

"Te puedo ver en 10 minutos en el jardín, es importante."

D.M.

Curiosa por la nota se colocó nuevamente su abrigo y salió de la alcoba, camino sin hacer ruido hacia el jardín, ahí lo encontró, la luz de la luna que iluminaba su rostro, lo hacía ver como un ángel, pero su rostro era muy duro.

Hermione lo entendió en ese momento, él era un ángel caído, aquella guerra, así como a ella la había hecho madurar de golpe, también lo había hecho con aquel muchacho de mirada gris, era un chico como todos aquellos que se habían visto involucrados en aquella estúpida guerra de un maniático con aires de grandeza, todos aquellos que vivieron ese episodio y que muchos murieron defendiendo una simple idea, por azares del destino tuvieron que vivir aquello, solo uno mismo sabía lo que habían sufrido esa noche.

Perdida en sus pensamientos no había notado que Draco la observaba.

― Creí que no vendrías.

Sorprendida de que el muchacho la haya descubierto observándolo tan fijamente se sonrojo y pregunto...

― ¿Por qué?

― No lo sé.

Draco se sentía muy nervioso, quería decirle sus sentimientos pero también sabía que era muy precipitado hacerlo.

― ¿Para qué me querías ver?

― Quería mostrarte algo.

El chico extendió su mano y Hermione dudando la tomo, una descarga eléctrica recorrió a ambos jóvenes, Draco agarro fuertemente su mano y la guio por el jardín, caminaron unos minutos y cuando por fin se detuvo le pidió a la joven que cerrara sus ojos, Hermione así lo hizo, confiaba en él, su corazón así se lo decía.

― Observa. ―Pidió Draco.

Hermione abrió los ojos y lo que veía era hermoso, había una fuente adornada por burbujas, a su alrededor tenia rosas rojas, la luz de la luna y las estrellas hacia que se viera realmente hermoso.

La Maldición de los NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora