La Maldición de los Nott

Capitulo 22

Una promesa.

Cinco jóvenes vagaban por las diferentes partes del castillo meditando la situación en la que se encontraban y como poder solucionar sus problemas.

Un joven azabache caminaba rápidamente por los solitarios pasillos del séptimo piso, se maldecía internamente por haber dicho aquello, el saber que su hermana había cometido tan grave falta porque para él era eso una falta al honor de su casa.

¿Porque razón Hermione Granger se cambió de casa? Y peor aún alegaba que esa debió de ser su casa desde el inicio, esa afirmación de su amiga lo había sacado por completo de su conciencia.

Millones de preguntas rondaban en su cabeza, pero lo que no podía olvidar era el rostro de su bella rubia que lo miraba con lágrimas a punto de salir de sus bellos ojos, lo cegó completamente la ira al saber que había perdido a su hermana que no midió las consecuencias de lo que estaba diciendo, cuando su cerebro reacciono ya había perdido lo más valioso que hasta ese momento había tenido aparte de su hermanita.

Ahora tendría que arreglar este problema, ya se había librado de Ron y Ginny como para que ahora perdiera a Daphne, esta noche les tocaba ronda y a como diera lugar la recuperaría.

Con ese plan en mente se perdió al final del oscuro pasillo.

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Un rubio daba vueltas en la torre de astronomía, quería respuestas y no obtendría nada si corría a exigirlas, el conocía muy bien a la castaña y sabía que si él llegaba exigiendo lo mandaría a plantar mandrágoras, tendría que ser más sutil, pero como hacerlo sin que sus celos lo traicionaran.

La observaba a lo lejos desde el momento en que se dio cuenta de sus sentimientos y siempre soñó con la oportunidad de tenerla entre sus brazos y poder decirle cuanto la amaba, de convertirla en su esposa y tener un futuro con ella, ahora todo eso estaba mucho más lejos de ser real, su amigo, uno de sus mejores amigos ahora se proclamaba novio de su castaña, ahora él era el que tenía la posibilidad de tener ese futuro que el rubio anhelaba con tanto ahínco.

— Sera sobre mi cadáver, un Malfoy no se rinde y mucho menos pierde al amor de su vida.

Con esa frase en mente se asomó al balcón de la torre decidido a recuperar a su hermosa castaña y sin querer observo a sus mejores amigos, era momento de aclarar las cosas y poner todo en el orden correcto, bajo rápidamente las escaleras y fue al encuentro con sus compañeros de casa.

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En los jardines de Hogwarts un pelirrojo estaba molesto, intentaba escribir una carta lo mejor detallada que pudiera y simplemente no podía, hacia un momento había recibido la carta de su madre en la que le exigía que Harry pagará por su falta a su pequeña hija, ahora no sabía cómo decirle a su querida madre que la zorra de su hermana había traicionado al niño que vivió, y que todos los lujos que en su momento ella pensó que su pequeña hija tendría jamás los vería.

— "Madre como te expliqué en la carta anterior mi hermana está embarazada, el problema es que no es de Harry..." —Comenzó a recitar.

— ¿Que acabas de decir Ronald? —La voz aguda de su hermano Percy lo sacó de su pensamiento.

— ¿Percy? ¿Qué haces aquí?

— Después de la carta que enviaste a mi madre ¿No pensaste que se quedaría de brazos cruzados o sí?

— Pero...

— Camina McGonagall nos está esperando.

— Pero espera, necesito decirle a mamá... —A como diera lugar necesitaba decirle lo que estaba pasando.