Días lluviosos.

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¿Qué tan extraños puden ser los días lluviosos?
Puedes estar en el centro de la ciudad y ver a todo el mundo correr a refugiarse, en cambio, en tu casa, todo ya esta desierto, y solo unas cuantas almas se quedan bajo las gotas de lluvia.

Las personas dicen amar la lluvia pero, ¿realmente la aman? Digo, que si la amaran se sentarían en el suelo a disfrutar la tempestad y esperar a que pase, en cambio huyen bajo techo, se abrigan y resguardan.

Si es tan bello y sanador empaparse con las lágrimas del cielo.

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