Ken y Sucrette son amigos desde la infancia, ambos estaban enamorados, Ken de Sucrette y viceversa; sin embargo, ellos nunca confesaron sus sentimientos.
Pasó el tiempo, ambos ya iban al Instituto, en donde no fueron bien recibidos, sufrieron muc...
-Bien bien...por donde empiezo...- dije mirando al mocoso delante mío, parecía muy interesado- Pues todo inicia hace nueve años, cuando yo tenía once...
*Flaschback*
-¡Mamá! ¡Mamá!- corría a ver a mi madre después de salir de la escuela
-John- la abracé a penas la vi- ¿Cómo te fue hoy hijo?
-¡Bien! ¿Quieres que te ayude en algo madre?- pregunté
-No hijo, anda ve a *Cof cof*, lávate las manos para que almorcemos- dijo ella
-Mamá ¿Estás bien?
-Si hijo, no te preocupes- fui a lavarme las manos, cuando regresé alguien desagradable había llegado a la casa.
-¡Mujer, mi comida, apúrate, tengo hambre!, ¿Qué?, ¿Qué miras mocoso?- dijo mi padre
-Nada- respondí temeroso, ese hombre era muy cruel, decidí ir a comer a la cocina mientras mi madre le llevó su plato de comida
-¡Esto está horrible!- dijo él probando un poco,
-Hijo ve a almorzar a tu habitación si, ten- mi madre me dio un plato de comida y me pidió que no saliera de mi habitación.
-¡No sirves para nada, eres una estúpida, inútil, desgraciada!- podía escuchar como mi padre golpeaba a mi madre, ella se quejaba- Me voy por hoy, pero volveré mañana y espero prepares algo mejor, sirve para algo idiota- escuché como la puerta se cerró, salí a hurtadillas y encontré a mi mamá en el suelo con varios moretones en las piernas.
-Mamá...- ella comenzó a derramar un par de lágrimas y me abrazó
-Solo me caí hijo, tranquilo- la abrazaba con fuerza, ella me mentía yo sabía porque tenía esos moretones.
Pasaron dos días y nada cambiaba, todo eran gritos, insultos, peleas por parte de mi padre hacia mi madre, hasta que un día...
-Pueden salir ya- mi profesor anunció el fin de clases por hoy
-John, vamos al parque a jugar fútbol ¿vienes?
-Hoy no puedo, tengo cosas que hacer- dije saliendo de mi aula en dirección a mi casa- Espero mi mamá ya esté mejor, le compraré un poco de medicamentos para que se recupere- fui a la farmacia y le compré un par de pastillas. Cuando ya me acercaba a mi casa pude ver una patrulla junto a unos bomberos y una ambulancia; aceleré el paso, tenía un mal presentimiento.
-No quedó nada- dijo el bombero
-¡Mamá!- grité y en eso un policía me sujetó- ¡Suélteme! ¡Quiero ver a mi mamá! ¡Mamá!- en eso pude ver como una enfermera cubría a una persona en el suelo- ¡MAMÁ!- gritaba, lloraba y aún así el policía no me soltaba.
-¿Dónde está tu padre?- preguntó él
-¡Nunca está en casa! ¡Él no nos quiere!- dije con furia de solo escuchar esa pregunta
-Te llevaremos a otro lugar niño
-¡No! ¡Yo quiero ver a mi mamá!
-Tu mamá...se fue, escucha niño, tu mamá ya no estará más contigo- dejé de forcejear, miré al oficial y mis lágrimas desbordaban de mis ojos
-Mamá...-susurré.
Me llevaron a la estación de policía, me quedé solo en una silla, sentado, aún impactado ya que mi madre había muerto, quise hablar con el oficial para saber cual fue la causa de su muerte, pero no era necesario, ya que...
-Así que fue el padre
-Si, fuentes nos dijeron que él es un alcohólico, su objetivo era asesinar a su familia, sin embargo falló y solo asesinó a la madre.
-¿Qué haremos con el hijo ahora?
-No tengo idea- no quise escuchar más, corrí hacia la salida, nadie se percató de mi huida. Salí a las calles corriendo y corriendo hasta que me tropecé y grité tan fuerte que las personas que pasaban por ahí me miraban extraño.
-Mamá....juro que mataré a ese hombre que nos ha hecho sufrir, lo juro- susurraba.
Pasó una semana y quedé en las calles, olvidado por todos los que me conocían, la policía ya no se ocupó de mí y no le importe más. Cuando ya estaba débil me encontré con esta escuela militar, pedí que me ayudarán y eso hicieron.
*Fin del Flaschback*
-Eh estado en esta escuela nueve años de mi vida, pensando en el mismo objetivo, la venganza, mi madre murió a causa de mi padre, eh entrenado todo este tiempo solo para cuando nos veamos darle la muerte que se merece, lo haré sufrir- dije, Kentin parecía sorprendido- Escucha niño, la gente mala debe pagar por lo que hizo, "el mundo da vueltas ¿no?", entonces no hay que esperar más, debes hacer sufrir a los que te hicieron sufrir, darles lo que se merecen, para que así puedas poner en orden a este vida tan cruel. Debes vengarte de los que te hayan hecho daño.
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(Kentin)
Al escuchar la historia de John, mi conciencia empezó a decir que era cierto, los que me hicieron daño tienen que ser castigados con el mismo dolor.
-Tienes razón- dije, John sonrío- Debo hacer pagar a los que me han hecho sufrir, deben de ser castigados
-Eso es Kentin, debes hacerlo
-Gracias John me haz abierto los ojos, de ahora en adelante me esforzaré para vengarme cuando regresé a mi ciudad.
-Bien dicho Kentin- entrelazamos nuestras manos y me despedí
-Llegó la hora de la venganza.
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¡Ternuras preciosas!
Quería decirles algo muy importante y es que este es un Fanfic, todo esta historia es ficción así que no vayan a pensar que la venganza(osea lo que estamos mencionando en este capítulo) sea algo bueno, por favor la venganza es malo y al final no te lleva a nada bueno. Eso lo verán más adelante conforme avance la historia.
