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2| I'm just saying the truth

CAMINABA Y MIS PIERNAS TEMBLABAN un poco, antes de entrar completamente observé con detalle las personas con las que iba a pasar el resto del año, pude divisar a unas rubias con una castaña sentadas sobre la banca hablando entre ellas, a una pelir...

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CAMINABA Y MIS PIERNAS TEMBLABAN un poco, antes de entrar completamente observé con detalle las personas con las que iba a pasar el resto del año, pude divisar a unas rubias con una castaña sentadas sobre la banca hablando entre ellas, a una pelirroja hablando con otra chica castaña en su su banca y a la derecha a un grupo de chicos que pareciera estaban platicando y dándose pequeños zapes mientras reían.

Entre completamente al aula y al parecer no notaron mi presencia, así que me dispuse a tomar asiento en la última butaca de la hilera de dos que estaba sola para dejar mis libros en frente de mi, luego después de un par de minutos en los que estaba leyendo mi libro, un hombre de bigote raro entró al salón e hizo callar a todos.

—Señorita, ¿nos haría el placer de presentarse a la clase?—dijo el hombre con bastante entonación y haciendo referencia a mi con su mano.

Ah ya, era el profesor. Oh no, el profesor.

Me levante de mi asiento haciendo que la clase me volteara a ver, me hacían sentir extraña y bastante nerviosa pero mostré indiferencia ante ellos, o al menos trate, no quiera que pensaran que era débil o que podían manejarme fácilmente.

—Mi nombre es Margaret Yorke-Ford, soy de Bristol y me gusta leer— y odio la escuela quería decir, oh moría de ganas por decirlo pero no podía, una simple frese podría traer muchos problemas.

No dijo nada y yo solo tome asiento, ¿había echo algo mal?, ese señor era bastante extraño, primero me hablaba amablemente y luego sólo pretendía que nunca había llegado a su clase, que bipolar.

Después de eso nos pusieron a leer cada uno en voz alta para ver nuestra entonación, la del cabello rojo como el fuego tenía una muy buena entonación pero para su mala suerte esto le trajo un par de burlas discretas, pasó el tiempo y cuando llegó mi turno lo leí sin problema alguno aunque no tan bien como cabello en fuego, yo solo me dispuse a leer en un estado neutral.

Llegó el descanso y salí afuera para sentarme debajo de un árbol un poco lejos de el salón de clases para comenzar a comer el emparedado que había hecho yo misma unas horas atrás, volteé hacia el salón de clases y pude divisar a Jesse caminando junto a un grupo de niños al parecer de su edad estaban riendo y el me vio luego sonrió más aún y movió los labios para decir Asombroso en un pequeño susurro, le sonreí y el siguió su camino.

Cerré los ojos trancando de relajarme un poco pero luego escuché unas pisadas y los abrí de golpe volteé hacia la derecha  vi a las tres rubias junto a la castaña con bastante masa corporal y la chica de cabello de fuego con unas sonrisas muy bellas pero se notaban falsas a kilómetros excepto la de la pelirroja y la castaña de pelo corto, estás se mostraban un poco más sinceras.

—Hola yo soy Josie, ellas son Tille, Ruby, Diana y Anne— Dijo mirando a la última con una pequeña mueca algo discreta—Eres muy linda y tú vestido es muy bello también, creo que deberías comer con nosotras.

No quería, seguramente solo hablarían de sus lindos vestidos y si ya les había llegado el periodo, entendía que tenía que ser amigas pues esto era algo primordial, estar en manada es lo mejor para la supervivencia pero hasta ahora me iba muy bien por mi cuenta.

—Me encantaría... pero el problema es que estoy muy enferma —tosí falsamente tratando de que sonara lo ma real posible, aunque ellas parecieron no notarlo y solo hicieron muecas de asco y tristeza— ¿lo ven?, quizá en otra ocasión—finalice.

Estas asintieron y se fueron dejándome terminar lo poco que quedaba de mi emparedado, volví a cerrar los ojos para relajarme pero volví a oír otras pisadas, que molesta es la gente en Avonlea, ¿O seria que ahora es el día de molestar y no dejar comer en paz a Margaret?, por qué si es así me pondré muy molesta con el que lo inicio.

Esta vez eran los chicos pero uno sobresalía de todos ellos como siempre en una manda, en este caso era un rubio pareciera, me miraron con detenimiento por unos segundos, tirando de analizarme físicamente y por fin se dignaron a hablar en vez de solo mirarme como unos acosadores.

—Mi nombre es Billy, un placer chica bonita, no tuve el placer de presentarme formalmente– soltó una risa burlona mientras seguía mirándome—he pensado que tienes un hermoso cabello y que quizá podríamos conocernos— hablo, como siempre con la mayoría de las personas me irritaba tan solo su presencia.

Rodé los ojos molesta– ¿Enserio?, yo pienso que mi cabello es un desastre y además hoy no huele bien— este tipo minutos atrás estaba molestando a Anne, ahora venia conmigo  y hacía como si nada estuviera pasando, me desagradaba su forma tan narcisista y prejuicio.

—Parece que no tienes un buen humor hoy—hablo algo extrañado—¿que te parece si te invito a cenar?, soy bastante agradable—volvió a hablar, creo es retardado o algo, si eso debe ser.

—Nunca estoy de buen humor, ademas, ¿que te hace pensar que eres una persona agradable—hable resaltando el agradable— cuando hace minutos atrás estabas molestando a una chica diciéndole perro parlante?

El se quedó callado, luego se agachó hasta mi altura poniendo una mano en mi barbilla que quite rápidamente y después hablo— Mira chica bonita, fui amable y amistoso así que deberías aceptarme ¿no crees?, es decir, no tienes por qué ser una persona como Anne—finalizó, creo que mi paciencia se ha ido para siempre.

Me levante molesta, lo mire y me limite a hablar — Deberías dejar de molestar a gente,es decir, se que tú vida es una miseria y no tienes futuro alguno, pero ¿es necesario molestar a personas indefensas para conseguir la atención que no te dan en casa?—dije y me fui viendo como los chicos me miraban un poco extrañados y asombrados por mi comportamiento pero el chico retardado no me había dado opción.

Volvimos a clase al cabo de un rato, los niños murmuraban cosas, probablemente cosas malas sobre mi. No me importa me repetía mentalmente una y otra vez, acababa de llegar y ya lo había estropeado, si no fuera por mi y mi boba bocota. Solo le estaba diciendo la verdad, aunque no esa no era la verdad que el quería.

Al salir de esta Jesse y yo fuimos a jugar un rato en el lago, luego fuimos a casa a hacer los deberes pero al abrir la puerta justo antes de entar ahí estaba una mujer desconocida de cabello negro hasta la cintura, de gran estatura y con un vestido bastante sofisticado. Ella besando a mi padre sin una pizca de compasión.

...

En el capítulo siguiente ya sale Gilbert, lo prometo :))

𝐖𝐀𝐓𝐄𝐑,    gilbert blytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora