Buscándote Entre Las Estrellas

Capítulo 3

¿Pero qué cambio de papeles es éste?

Siento que estoy en la perspectiva del chico que hace unos cuantos días estaba en la misma posición que yo, llorando y sufriendo.

¿Eso es lo que es? ¿Estoy sufriendo porque mi corazón de rompió por un amor a primera vista? 
Puede que si, no estoy muy seguro si esto es una obsesión con un chico o algo por el estilo. Ya que hace unas cuantas semanas literalmente era asexual.

¿Me gusta este chico? ¿Me gusta Alex?

Lo único que se con certeza es que mi pecho duele más que nunca antes en mi vida.

¿Esto significa que soy gay?
A mi mente llegan tantos momentos de mi vida, cuando me fijaba en como vestían los chicos e intentaba sonreír, pero nadie se fijaba en mí.

Tanta información que proceso en tan pocos minutos me hace llorar más, escondiendo mi cabeza entre mis piernas.

- ¡Hey pequeño espía he llegado!... ¿Lucas?

Oh Dios mío... Esto no puede ir peor.
Siento que Alex se agacha, se que está frente a mí, no sacaré mi cabeza del lugar en el que está. Oh no, no señor.

- Lucas, se que eres tú- su voz está tranquila y suave... Tan linda.- Perdón si te hice esperar, vamos Lucas déjame ver tu rostro, se que estas llorando.

No, no lo dejaré, no me quiero humillar  de esa manera, siquiera para ver esa linda sonrisa y esos ojos...
Doy un brinco en mi posición al sentir como su mano baja el gorro de mi chaleco... Ahí se le paso la mano, con mi cabello que no se meta.

Con rapidez tomo su muñeca quitando su mano de mi cabello... Alto, eso es malo, para ver donde estaba su muñeca he tenido que levantar la cabeza... Y me atrapó.

Nuestras manos se quedan en el aire, tal como yo la quite de encima, pero a ninguno de los dos nos importa que en este momento nuestros  brazos  nos duelan, creo que para el es más importante distinguir mis ojos empañados entre la oscuridad y para mi, lo más importante es el cosquilleo que tengo en mi estómago al ver los pocos centímetros que separan nuestros rostros.

- Tan inocente- Alex susurra mientras su mano toca mi mejilla, sacando las lágrimas que quedan en estas- nunca pensé que un un inocente pelirrojo no me dejaría dormir por las noches... Pero bueno, ahora por lo menos, ¿puedo dormir en tus hombros?

Observo como se acomoda a mi lado dejando su cara cerca de mi cuello... Pronto siento que su respiración va más lenta y yo aún como piedra.

¿Cómo es eso de que yo no lo dejé dormir?