II. Carrusel

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Despertarse no era el placer que Ana creyó que sería. Hubo un breve momento cuando m se materializó otra vez, pero se evaporó más rápido que la lluvia veraniega sobre la tierra quemada. Sus pestañas, caídas y cargadas de sueño, se abrieron con tanta violencia como si la hubiese despertado un choque eléctrico. Ana se sobresaltó al pensar que se quemaba, luego recordó algo que la tranquilizó a medias. Ultrón estaba muerto. Ella lo mató. ¿Qué otra cosa sucedió? ¿Por qué no lo podía recordar?

Para el momento cuando sus ojos estuvieron bien abiertos, su cerebro se había abrumado otra vez, como si estuviera fresco, nuevo. Deseó poder quedarse en aquella dichosa ignorancia de sueño. Pero en esa ocasión, lo sabía todo y nada.

Del carrusel de ideas aleatorias llegó algo de orden; una sutil concienciación de quién era ella, debajo del flujo de pensamientos, con sus conexiones sueltas de su vida actual. Luego de unos momentos más comenzó a analizarlos vagamente; quizás aquellas ideas debían permanecer. Algunas se componían como si fueran un libro que una vez leyó, otros eran una simple tontería. Un momento después y ya se habían ido, sin dejar rastro. Si aún seguían en su cabeza, no había forma de volver a ellos. Sus párpados volvieron a abrirse en el cuarto pobremente iluminado.

—¿Hola? —dijo Ana con voz rasposa. Fue lo único que pudo murmurar para avisar que había despertado. La Gema Mente tenía razón: ya no le quedaba nada de energía.

—¿Ana? —Ella reconoció la voz de Tony proveniente del pequeño comunicador junto a su cama—. Quédate ahí mismo, niña. Bajaremos por ti.

Antes de que Ana pudiese comprender algo de lo que estaba sucediendo, Steve había irrumpido en la habitación con una sonrisa eufórica plasmada en el rostro. Clint, Tony, Natasha y Wanda prosiguieron detrás de él.

—¡Esperen! —exclamó Tony, deteniendo por el brazo al Capitán antes de que este siquiera pudiese acercarse a Anastazya. Steve gruñó de dolor, lanzando una mirada de muerte a Tony—. Antes de que todo el mundo venga y comience a llorar y estrangularla a abrazos, necesito comprobar sus signos vitales.

Ana les envió a todos una sonrisa medio tranquilizadora, sin ser capaz de mantenerla por mucho tiempo. Su rostro estaba demasiado cansado. ¿Dónde demonios estaba la Gema Mente y toda su preciada energía?

«Paciencia, idiota. Necesito algo de tiempo para acostumbrarme a este débil recipiente donde me han puesto», la Gema Mente le siseó a Anastazya desde algún lugar en su mente. Ana intentó camuflar su sorpresa.

—¿Nadie va a abordar el hecho de que ahora tiene el cabello blanco? —preguntó Clint, con el rostro convertido en una expresión confundida.

Los ojos de Ana se agrandaron, concentrándose en el único mechón de pelo que tenía a la vista. Era plateado, justo como el de la Gema Mente. Justo como el de... Pietro.

¿Dónde estaba él?

—Ya viene —le dijo Wanda a Ana, tras haber leído su mente—. No es tan rápido como solía ser.

—De acuerdo —murmuró Tony después de teclear en el computador junto a la mesita de noche—. Está lista para ser asfixiada.

Natasha fue la primera en acercarse a Ana, envolviéndola en el abrazo más fuerte que pudo soportar sin romperle los huesos.

—¿Estoy castigada? —susurró Ana débilmente.

—Demasiado castigada —replicó Natasha, alejándose de Ana con lágrimas en los ojos y lloriqueando, pero todavía sonriendo.

El siguiente fue Clint, quien se acercó de manera aprensiva, aunque ella no sabía por qué.

—¿Sigues enojada conmigo, niña? —preguntó con voz temblorosa.

—¿Por qué lo estaría? —cuestionó Ana, frunciendo las cejas—. No recuerdo nada que me hubiese hecho enfadar.

Clint suspiró de alivio. Tony le sonrió.

—Tienes suerte, Barton. Intenta no meter la pata otra vez —dijo Tony con voz  cansina, rodando los ojos al final.

Ana ignoró su pequeño intercambio, decidiendo que intentar comprenderlo hallándose en un estado tan débil haría que su cerebro explotara.

—¡¿Dónde está?! —Oyó una voz alterada que llamaba desde el pasillo.

Vio que Pietro corría hacia la pared al lado de su cuarto antes de entrar a la enfermería dando traspiés. El corazón se le cayó al verlo. Su rostro estaba notablemente más delgado desde la última vez que lo vio, su piel estaba pálida y cetrina. Tenía los ojos magullados y hundidos. Se veía espantoso. Ella no quería pensar que fue su ausencia la que le hizo esto, aunque era claro que así era. Pero la manera en que él le sonreía, la manera en que sus ojos aún brillaban, a pesar del pobre estado del resto de su cuerpo, hacía sentir a Ana como si estuviera viendo el sol por primera vez en mucho tiempo.

Antes de ella saberlo se encontraba en sus brazos otra vez, y su corazón se disparó. Su agarre era cálido, y sus brazos fuertes y grandes la hacían sentir a salvo cuando envolvían su frágil cuerpo. El mundo a su alrededor se derritió en cuanto ella le regresó el abrazo, sin querer que el momento llegase a su fin.

—Tú, estúpida —sollozó, pasando sus manos por su cabello.

Él enterró el rostro en su cuello, y sus lágrimas picaron en la piel de Ana. Nunca se perdonaría por haberlo hecho llorar de esta forma. Ella presionó su rostro contra su hombro.

—Te dije que nos volveríamos a ver —susurró Ana, presionando los labios contra su sien—. Tienes tan poca fe en mí, Pietro.

—No seas tan estúpida —murmuró él, atrayéndola más. Su voz todavía estaba llena de lágrimas. Ana enredó una mano en su cabello.

—Entonces no seas tan irritante.

Pietro se rió entre dientes y se fue alejando poco a poco. Comenzó a sonreírle otra vez, haciendo que el corazón de ella revoloteara.

—Estoy tan contento de que estés bien —susurró, colocando una mano suave en su mejilla. Ana se inclinó hacia su mano cálida, poniendo la suya fría sobre la de él.

—Igual que yo. Estoy feliz de estar aquí contigo —murmuró.

Pietro descansó la frente sobre la de ella, sus cristalinos ojos azules penetraban los suyos. Extrañó sus ojos: la confortaban. En ese momento fue claro para ella.

Anastazya Dmitriev estaba incondicional e irrevocablemente enamorada de Pietro Maximoff, solo que todavía no sabía cómo lidiar con ello.

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REENCUENTRO DE PIETRO Y ANASTAZYA. REENCUENTRO #PANASTAZYA.

Admito que se me estrujó mi pequeño y negro corazón con este capítulo, ay😭😭

La siguiente actualización será en unos diez días, más o menos.

P. D. LA HISTORIA ORIGINAL DE ASCENDANCY HA ALCANZADO 1M DE LECTURAS AHHHH

SCARLETWITCHES 1 MILLION ALREADY! CONGRATULATIONS GIRL💖

xoxo

Supremacy | Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora