Día 8

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Treinta minutos después, Peaches supo que se equivocó.

Al oír tocar la puerta, el dueño de casa se sobresaltó, no esperaba a nadie.

—Soy yo, Des.

Al escuchar la voz de Leo entre abrió la puerta, encorvado, intentando en vano tapar sus largas piernas contestó:

— Hola...e-es algo tarde—. Estaba sorprendido.  

Peaches - Fictober  AMOLADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora