🔸3🔸

13.3K 1.4K 136
                                    

Al entrar a la apartamento lo primero que sintió fue el aroma de Jeremy... ¿Eran ideas suyas o era más intenso? Pues como fuera, lo estaba volvíendo loco. Su lobo se removía inquieto y le exigía que se acercara, que hundiera la nariz en su cuello y...

—Hey, ahí estas. —Jeremy salió de la cocina con una enorme sonrisa. —¿En dónde estabas?

—Salí a correr un rato.

—¿A medio día?

Chris trató de no mostrarse demasiado nervioso y para salir del apuro levantó la bolsa que traía en la mano.

—Espero que te guste la lasaña.

—Es mi favorita. — le quitó la bolsa y hundió la cara dentro de ella, algo muy gracioso. —¿Comemos ahora?

—Claro, tú prepara la mesa y mientras yo tomo una ducha.

—Esta bien.

Jeremy volvió a al cocina, entonces aprovecho para escabullirse a su habitación y poder respirar. Había sido una buena idea usar la comida como escudo de lo contrario...¿cómo iba a explicarle a Jeremy la razón por la que decidió salir a correr a medio día? ¿Cómo iba a explicarle que había corrido hasta callar a su conciencia? Porque seguro como el infierno que no iba a decirle que planeaba llevarlo al cine, pero al acercarse a su habitación, atráves de la puerta entre abierta, lo había visto mientras se desdunaba para tomar una ducha; y por nada del mundo le diría que en ese momento había estado a punto de entrar y besarlo, hacerlo suyo en todos los sentidos. Era algo tan equivocado, que le avergonzaba siquiera recordarlo.

—Eres un imbécil— se dijo con los ojos cerrados y la mandibula tensa.

Prefirió encaminarse a la ducha y castigarse con agua fría.

***************

En la pantalla podía ver a Marti Mcfly escondiéndose de Biff Tanen, sin embargo no podía concentrarse en nada y eso que volver al futuro era su película favotita, pero es que con Jeremy recostado en su hombro, impregnándolo con su delicioso aroma era imposible concentrarse.

Lo tenía tan cerca que solo era necesario un movimiento para tenerlo a su merced y así poder besarlo, que era lo único que ocupaba su mente en las últimas dos horas.

—Oye Chris— dijo el chico con su voz melodiosa.

—¿Qué?— su cuerpo entero estaba concentrado en Jeremy y su cercanía.

—Es que he estado pensando mucho ¿sabes?— inclinó la cabeza hacía arriba y clavó sus hiponóticos ojos en los suyos — y me he dado cuenta de que no sé mucho de ti, lo que es ridículo.

—Tienes razón— trato de no observarlo tan detenidanente, pero era demasiado difícil. —¿Y que quieres saber de mí?

—mmm por ejemplo...¿En que trabajas?

—Soy arquitecto.

—¿De verdad?— el chico se levantó de golpe y se puso de rodillas frente a él. —¿Y por qué no lo sabía?

—No lo sé— Se encogió de hombros restandole importancia. — Pero ahora lo sabes.

— Ajá — Jer entrecerró los ojos un momento, pero al final se relajo. —Bueno, y si eres arquitecto ¿Por qué no te veo trabajar?

—Soy independiente, justo ahora estoy tomándome unas vacaciones. Pero muy pronto empezare un proyecto, es sobre una casa.

—¡Wow!— podía ver la admiración en aquellos ojos verdes y se sentía bien. —Eso es genial. ¿Y  será aquí, en esta ciudad?

El Secreto de ChristianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora