Pov Taehyung
— ¡Espérame! —se quejaba detrás de mí — Caminas muy rápido.
No podía dejar de sonreír. Estaba ansioso, muy ansioso y feliz.
Colapsaba de felicidad.
— ¡Apresuraré! —le grité. Él estaba lejos, a metros atrás de mi cuando gire a verle. — Tú caminas muy lento y Jimin nos espera.
Él se acercaba tranquilo, con una de sus manos sosteniendo la manga de su mochila y la otra en su bolsillo.
Ok, bien, podía hacer esperar a Jimin sólo por ver lo hermoso que se veía sólo caminando hacia mí.
Sus muslos se movían en mis retinas en cámara lenta, su camisa dejaba mucho a mi imaginación con su cuello desprendido y su corbata floja. El aire le despeinaba y él luchaba contra el haciendo un vaivén que se me hizo exquisito.
No me di cuenta el momento en que avancé pasos hacia él y tome de sus mejillas para darle un beso.
Él tampoco se lo esperaba.
Abrí mis ojos y el me miraba apenas sonrojado. Sus labios brillaban, no pude resistirme y de nuevo me incline hacia él rodeándolo desde el cuello. Me respondió esta vez lentamente, era un beso suave, tímido y tranquilo.
Estábamos en la calle, recién habíamos salido de la escuela.
Mis pies flotaban cuando separamos el beso. Y sí, había personas que nos miraban pero yo mantuve mis ojos en él y él en mí y nos sonreímos mutuamente.
Caminamos el resto del camino uno al lado del otro, riendo por trivialidades, rozando nuestros brazos y nuestras manos.
No voy a mentir, me moría por tomarle de la mano.
— ¡Jimin! —grite al llegar. Me gane la mirada de muchos clientes y Jungkook a mi lado moría de vergüenza.
Jimin también me vio a lo lejos y note como se frustraba y arrastraba su mano por su rostro.
¡Estoy feliz y es inevitable!
— ¡Aprobé matemáticas Jiminie! — grite de nuevo acercándome a mi típica mesa.
— Shsh cállate, deja de gritar.
— ¡Pero es motivo de celebras.
Jungkook suspiro y rió a mi lado.
Yo le mire y le dedique una sonrisa amplia y creó que él me miro con ternura.
¿Ternura?
— Qué lindo eres —dijo tranquilo— Yo aprobé inglés —miro a Jimin— Vinimos a celebrar un poco.
— ¡Oh! Tú debes ser Jungkook —exclamo Jimin señalándolo con el plumón del cual tomaba las ordenes.
Le observe enseguida en modo de alarma y advertencia.
¡Cállate! Cállate —Callate —susurre a él, yo era ahora el que pedia silencio.
— Eheh, digo —mi camarero amigo desvio la vista— No es como si Taehyung hablara mucho de ti, yo sólo, eh yo...
¡Genial!
— Ya es tarde Jimin —suspire tomando mi rostro avergonzado— El es listo.
— Tu debes ser Jimin — dijo Jungkook riendo y le dedico una sonrisita.
— Ya vuelvo, mi turno termina en unos minutos.
Quedamos solos, ambos estábamos sentados en el mismo sillón frete a la mesa blanca. El ocupo el lugar al lado del ventanal. Miraba hacia el exterior examinando todo.
