capítulo 10

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A la mañana siguiente los rayos del sol que entran por la ventana, llegan a los más recóndito del mismo. Mis ojos se abren poco a poco. Me despierto al estilo Fiona ; con el cabello desparramado, mal humor y sumemos la lagaña en los ojos.

No tengo ganas de levantarme de la cama, así que solo me volteo a mi izquierda. Y es en ese momento que recuerdo el instante en que Gideon se quedó a dormir a mi lado. Aún su olor sigue impregnado en la almohada. Y ni cuenta me di en qué momento se fue, aunque aún no sé distinguir bien si eso fue solo un sueño o pasó de verdad.

Alguien toca la puerta. Y solo me tapo la cara con la sábana.

La puerta se abre.

—Hija, anda levántate.

—¡Pero mamá es sábado! —hago un melodrama y le pongo la carita del gato con botas.

—Metzaly, no seas dramática. —habla con autoridad —¡Vamos! Levántate ya son las diez de la mañana. Además Lotti está abajo esperándote. — me suspendo de inmediato. ¿Qué podría hacer Lotti a esta hora en mi casa?, Si ella es igual de perezosa que yo.

—Dile que bajo en un momento, por favor.

Ella asiente y sale de mi cuarto...

Entro al baño, me cepillo los dientes, me enjuago un poco la cara y me hago una coleta alta.

Salgo de mi cuarto. Y de solo ver las escaleras quiero regresar a mi cama.

— ¡Metzaly Villarreal, baja ya! o te traeré yo misma —vocifera Lotti desde abajo. Me conoce bien como para saber que odio las escaleras. ¡Aghj! con toda la pereza bajo las escaleras con una cara de pocos amigos. Y en cuanto me ve se echa a reír.

—¿De qué te ríes? Acaso tengo monos en la cara —no para de reír a carcajadas.

—Literalmente no, pero traes una cara que para qué te cuento.

Eso último me hizo reír a mí también. La saludo con un beso en la mejilla.

Me le quedo viendo con una mirada  de esas que le hechas a tus amigas cuando sabes que hicieron algo y necesitas que te lo cuente.

—No me mires así, no he hecho nada. —levanta sus dos manos.

—Bueno primero ven, vamos a comer que muero de hambre. Y no quieres que tu mejor amiga muera de hambre o ¿sí? —digo frotando mi pancita.

—No claro que no —me responde con algo de sorna y drama.

Mientras comemos, se me queda viendo muy seria. Yo me atraganto con lo que estoy comiendo y, literalmente trago grueso.

—Ya cuéntamelo, ¿qué paso? ¿qué hiciste? ¿qué te hicieron? ¿Viste un unicornio? ¿Entraste a Narnia? ¡por Dios! ya dime qué pasó Lotti. Me tienes en ascuas.

Ella deja a un lado su semblante de seria, y se ríe de las tonterías que acabo de decir.

—Es que... No sé ni por dónde empezar.

—¡Por el inicio mujer! Me exasperas.

—Recuerdas que Steve no me caía muy bien —río internamente ante mis predicciones de que algo abría entre ellos dos.

—Obvio que lo recuerdo, y ¿qué con eso?

—Pues me ha invitado a salir esta noche, y estoy muy Nerviosa.

—¡Tú! Lotti Lawousqui, ¿nerviosa? ¿Por qué? —lo sé, es un apellido bastante raro y poco común, y ni ideas de dónde proviene, aunque también su nombre es raro.

— ¡Ya Metzy! No te burles, hablo en serio —de verdad que no me lo creo.

—Bueno, bueno. Pero dime, ¿Por qué estas tan nerviosa? Tú la de semblante casi impasible. —me ve entrecerrando sus ojos —Además eres la chica de la que cualquier chico se podría enamorar. —digo desviando las burlas — Por eso no me sorprende de que Steve se haya dado cuenta de que con semejante pelirroja con ojos color avellana, y  tez hermosa; no podía perder la oportunidad eres irresistible. —la noto un poco nerviosa. Lotti, es algo cerrada con sus sentimientos, pero en el tiempo que llevamos de ser amigas he podido leer sus diferentes muecas y actitudes, y jusatmente ahora con su silencio y su cabeza un poco gacha, puedo darme cuenta de que está un poco insegura —Amiga, eres bellísima, ¡oh! Y espera que te conozca por tus sentimientos que es lo que más ponderosidad le da a tu beldad.

Ella me da un abrazo, y me sonríe.

—Gracias Metzy, por eso y porque me das comida eres mi mejor amiga —ambas reímos

— Claro, aparte porque nadie te soporta.

—Querrás decir que nadie te siporta a ti —sonríe un poco —Pero, aparte de no haber estado segura de si ir. Que por supuesto ahora sí, ya estoy segura. No sé que ponerme. —habla inquieta.

—Aquí tienes ésta belleza que te dejara más linda. Sólo espérame que me de una ducha para irnos a tu casa, ¿vale?.

Ella asiente. Subo a mi cuarto;
cuando entro reviso mi celular y veo que me ha llegado un mensaje.

Hola ojitos, ¿qué tal amaneciste? Disculpa por no haberte texteado anteriormente pero no había podido conseguir tu número.
Psdt: fue un honor para mí haber velado tu sueño.💘

Una sonrisa tonta se me forma entre mis labios. Y me sonrojo al recordar su tacto sobre mi piel, abrazándome.

Y ahora que recuerdo, no me había percatado que él no tenia mi número. ¡Que tonta soy! Por eso no me había contactado el día que faltó a clases.

Le contesto el mensaje rápidamente antes de irme a duchar.

¡Hola! amanecí bien gracias a la providencia. Y aún no me explico cómo pudiste entrar. Ah, por cierto, si no tenías mi número, ¿cómo es que ahora lo tienes?

Pongo el celular en la mesita de noche y me meto a la ducha.

Lazos del destino ©  [TERMINADA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora