Capítulo 22

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Al llegar donde Lotti. Ella ya me esta esperando con Steve.

—Hola Lotti

—Al fin, siempre llegas tarde. Que raro —ríe socarrona.

Steve abre las puertas de su coche para que entremos, Lotti sube en el asiento del copiloto y yo en el de atrás. Y así Steve pone el auto en marcha.

No he dejado de cavilar sobre todo esto. Solo tengo ganas de tirarme a la cama y acurrucarme entre mis sabanas.

Al llegar. Bajamos del coche. Está comenzando a brisar, así que entramos rápido al lugar.

En una mesa, más bien dos mesas, pero están unidas, se encuentran Owen, Miguel, Reik con su novia Louisa, Mattias y por supuesto Kiara y Keley.
Me sorprende recordar aún sus nombres, desde que me los presentó Gideon,  ciertamente la mayoría de veces soy mala para recordar.

Nos acercamos a la mesa. Todos voltean y saludan primeramente a Steve, y luego desvían su mirada hacia Lotti.

—¡Epa tío! al fin has traído una novia —dice Mattias con acento catalán, recuerdo que él era el más bromista, nunca pierde su *encanto*. Río internamente.

—¡Eh! hola Metzy — me saludan Owen y Reik al unísono.

—Hola chicos ¿Cómo han estado? — Todos nos sentamos en la mesa.
De repente alguien me tapa los ojos. Y por su perfume sé que es Gideon, me levanto bruscamente y él me ve atónito, trata de darme un beso, pero aparto la cara y me lo da en la mejilla.
Agradezco que nadie nos vea, y estén ocupados discutiendo por qué comerán.

—Qué tienes ojitos, ¿estás bien?

—No quiero que te acerques a mí.

—¿Qué? ¿porqué? —
Trata de agarrarme del brazo, y le musito que me suelte.
Él no lo hace, y de un tajo le quito sus manos  de mi brazo...

Me levanto de mi asiento. Todos me voltean a ver.

—Discúlpenme tengo que irme.

—Que Gideon te acompañe — espeta Kiara.

—No, él no puede. Gracias. —digo

Miguel se levanta y me tiende su mano.
—Yo te llevaré —me quedo pasmada, pensé que no le caía bien. Talvez él solo es muy serio.

—Es que..

—Anda Metzy, ya empezará a llover. — dice Lotti, veo de soslayo a Gideon y quiere asesinar a Miguel con su mirada. Medito un poco. Y decido tomar su mano.

Salimos y me abre la puerta de su coche.

—¿Tienes hambre?

—Eh, no te preocupes.

—Ya veo que sí. —dice sonriendo de lado

Todo el camino la pasamos en silencio. Y al fin se para en frente de mi casa.

—Gracias Miguel, espera ¿Cómo es que sabes donde vivo?

—Que estés bien Metzy,  adiós.

—Bueno, adiós. —digo meditabunda, bajo del coche, y me dirijo a mi casa.  Subo rápidamente las escaleras que van hacia mi cuarto, y me deshago de la ropa un poco mojada por la lluvia. Entro al baño para darme una ducha.

Al salir voy tarareando una canción, y medio dando unos pases de baile, lo sé estoy algo loca. Pero procuro no pensar más en esa maldita "realidad" que ha invadido mi vida, abro mi clóset para ponerme algo de ropa, pero alguien carraspea detrás de mi. Inmediatamente me volteo, y ahí está, él: Gideon, me ve fijamente con sus ojos grisáceos, camina a paso firme hacia mi, yo me quedo sin poder moverme, estira su mano para acariciar mi rostro, las palabras de Adam vuelven a mi mente así que tiro su mano hacia un lado, él detiene mis manos tratando de acercarse a mi, trato de forcejear  y al hacer tal movimiento mi toalla cae al suelo.

Lazos del destino ©  [TERMINADA]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora