Capítulo extra

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Narrador omnisciente

La menor de los Pimentel se encontraba en una cafetería ubicada en el centro de Los Angeles. Estaba sentada en una mesa cerca de la ventana tomando un latte mientras esperaba a alguien. De pronto, a través de la ventana, pudo ver que la persona que estaba esperando, cruzó la calle. Por alguna extraña razón, se puso un poco nerviosa y su corazón se aceleró un poco, por lo que dirigió su mirada hacia sus manos que se encontraban sobre la mesa, esperando calmarse aunque sea un poco.

—Hola— Lily levantó la mirada y pudo ver a un Christopher sonriente, a lo que ella inmediatamente imitó su acción. —¿Puedo sentarme?

—Claro—señaló la silla enfrente de ella.

—Lamento la tardanza.

—Oh, no te preocupes, llegaste justo a tiempo. Yo me desocupe un poco antes y decidí venir, es por eso que llegue algo temprano.

—¿Tienes mucho de estar aqui?

—No más de diez minutos.

Una joven mesera llegó a la mesa donde se encontraban ambos chicos para tomar la orden de Christopher, que pidió un capuchino y un browni para acompañar. Cinco minutos después, llegó su orden.

—¿Y cómo te ha ido, Lily? ¿Cómo es la vida en Cambridge?

—Genial—la chica sonrió— Es una ciudad muy bella y la gente es increíble. Te hacen sentir como si estuvieras en casa. ¿Y qué tal tú? ¿Pudiste acostumbrarte a la loca vida de Los Angeles?

—Creo que después de ir a carreras ilegales de autos, puedo sobrevivir a cualquier cosa.

Chris rió y esperaba que Lily hiciera lo mismo, pero eso no ocurrió. No le gustaba recordar eso desde la última vez que fue ahí, la vez que casi pierde a su mejor amigo.

—Y entonces, ¿te vas a casar?—preguntó Christopher tratando de cambiar el tema.

—Sí—contestó la ahora pelirroja.—¿Y qué hay de ti? ¿Tienes novia?

—No—dio un sorbo a su café y lo dejo en la mesa—Hace poco termine una relación.

—Oh, lo siento mucho.

—No, no importa. Igual era lo mejor, no puedes estar con alguien que te engaña.

—¡¿La maldita te engañó?! ¡¿Cómo se atreve?!—varias personas que se encontraban en la cafetería voltearon a verla, a lo que Lily se sonrojo y Chris sólo sonrió.

—Creo que tu cara está más roja que tu cabello.

—Lo siento. Me exhalte un poco.

—Lo noté, de hecho todos aquí lo notaron.—Vélez rió y ella no pudo evitar ponerse mas roja.—Pero bueno, cuentame que ha pasado con los demás, desde que tu hermano y tú se fueron, se muy poco.

—Pues no creas que yo sé muchas cosas, casi no tenía mucho contacto con ellos. Estar en un continente diferente no facilita mucho las cosas. Pero a ver, empecemos con mi querido hermano. Digamos que él era con el único que tenía contacto, hablaba con el una o dos veces por mes y eso fue cuando a mis queridos padres se les ocurrió que podíamos volver a tener un teléfono, ya que cuando nos fuimos, nos quitaron todos nuestros aparatos para no tener comunicación con nadie. Lo único bueno de eso, es que a partir de ese momento, guardo todos mis contactos y cosas importantes en una agenda.

La chica saco una pequeña libreta de su bolso para mostrarsela al chico y la volvió a guardar.

—Poco a poco pude ir recolectando los números de mis amigos, aunque claro, no conseguí todos.—Lily vio a los ojos a Chris y enseguida bajo la mirada hacia su taza de café.—No sabes como odie mi mala memoria. Lamentablemente todos mis amigos y yo, éramos muy torpes en eso de aprendernos números teléfonicos, es por eso, que después de que nuestros respectivos padres pensaron que éramos mala influencia, nos costó bastante volver a comunicarnos.

Good Girl (Christopher Velez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora