Te Esperaré... [#SA19]

Capítulo 13. Judal.

La amplia habitación estaba tenuemente iluminada por varias velas. Las cortinas estaban abiertas al igual que las ventanas, por lo que la brisa nocturna entraba libremente refrescando el lugar. En el suelo alfombrado, a los pies de la cama, Shion se había sentado con la espalda recargada en la misma, tenía las piernas extendidas y la cabeza de Kouen reposaba sobre ellas. La peli azul jugaba con su cabello aún húmedo por el baño que había tomado, y eso relajaba al joven.
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-Parece que todo ha estado muy tranquilo por aquí -la voz del pelirrojo era suave al igual que su respiración y sus ojos estaban cerrados.

-Sí, no pasó mucho en este tiempo.

-Aunque… si aquí todo está en paz quiere decir que mi padre no está.

-… se fue hace 3 semanas.

Kouen suspiró y abrió los párpados para ver a Shion.

-No es novedad… ¿Koumei te dijo algo?

-No, tampoco parece que le afecte ya, se pone peor cuando te vas tú, pero es normal, siempre has sido tú su apoyo y su ejemplo.

-…

-¿Está mal que lo deteste?

-Claro que esta mal -Kouen extendió su mano para darle un golpecito en la nariz. -Eres muy noble para odiar a alguien.

-Pero... aunque a Koumei no le importe, a ti si, te lástima y eso no me gusta… ha sido muy injusto contigo.

Kouen se levantó sentándose frente a ella y tomó su rostro con ambas manos para que lo mirase.

-Está bien, no me importa lo que haga, solo… quería que Koumei tuviera un buen ejemplo, pero me di cuenta que de él no podrá tomarlo -dejó ver una media sonrisa. -Desde que estás aquí me da igual si él está para mi o no.

Shion se soltó de su agarre y lo jaló para que se acomodara a su lado. Él lo hizo.

-No te ha molestado de nuevo, ¿Verdad?

Ella negó. -Lo evito tanto como puedo.

-Es lo mejor.

-Tu armadura tenía rasguños -dijo Shion cambiando de tema repentinamente. -¿Te hicieron daño?

-Esperaba que no los notaras -le contestó él con calma.-No fue nada, solo unos cuantos golpes, pero ninguno traspasó la armadura.

-¿Cómo te sientes?

-Ya no es tan malo, supongo.

-Sigues odiándolo, ¿No es así?

-Es lo que debo hacer, para eso he entrenado toda mi vida.

-No por eso debes vivir para la guerra, no te gusta, deberías hablarlo con el emperador -le aconsejó.

-Él confía en mí, al igual que mis primos, ellos se esfuerzan en el campo de batalla, debo hacerlo también.

Shion suspiró y tomó su mano acariciando las heridas que constantemente se realizaba en batallas.

-¿Cuándo podré ir contigo?

-No quiero que tú vayas allá.

-Yo estoy entrenando para poder pelear a tu lado, algún día lo haré.

-Lo sé… pero no me gustaría que tú vieras todo lo que pasa en la guerra -el pelirrojo sostuvo su mano con fuerza. -Es demasiado cruel.

-Y a mi no me gusta que debas enfrentarlo tú solo, así que ve haciéndote la idea.

-Eres muy necia.

-Eso lo he aprendido de ti.

Kouen rió. No podía negárselo.