El Cielo Que Me Diste (AdriNath)

Te Odio

[Sin Edición]

Y ahí se encontraba...

Un chico lleno de dolor en su interior.

Se le acababa de confesar a aquella chica a la que llamaba Mussa. Estaba triste, solo y desamparado. Y lo que le dolía más; aquella chica estaba enamorada de su mejor amigo: Adrien Agreste.
En ese tiempo se habían vuelto amigos inseparables e, incluso, habían congeniado para ese día confesarse a la chica que les gustaba... Y resultó así, valla asco de vida tenían.

Y aún no entendiendo el odio (o más bien enojo o berrinche) que sentía, dejó escapar palabras, que su corazón no entendía - te odio Agreste... ¡¡TE ODIO ADRIEN!!! --- Y aunque aquello estaba alejado de la realidad, hay cosas que el corazón no puede soportar, menos uno con el orgullo lastimado y confundido. - Te odio por ser tan malditamente perfecto. ¿Quién se creía que alguien me aceptaría? Soy... Soy un idiota - se decía en sollozos.

Pero no era el único sufriendo por amor, porque, lastimosamente, el amor casi nunca es correspondido, o al menos no de la misma manera, y por más que el corazón se esfuerce por ganarse otro, puede cansarse cuando note que no es suficiente o que no vale la pena. Pronto notará que alguien más necesita de él, pero, al fin de cuentas, es difícil superarlo, así que hay que darnos un respiro, y tal vez tirarnos a llorar, por lo que no hay que culpar al rubio por sentirse así en ese momento.

Agachó la cabeza sintiéndose débil, más espiritual que físicamente, después de todo, Chat Noir hacia todo el trabajo, pero los sentimientos eran totalmente suyos - Ya estoy cansado de rogarle - . Se lamento mientras limpiaba bruscamente las lágrimas de sus mejillas.

El pequeño Kwami de gato lo miro con lastima y tristeza, tal vez con un poco de comprensión - Calma chico... No es nadie como para que estés llorando así por ella, solo piensa que no vale la pena. Hay mejores chicas que ella - Afirmó - O incluso...(chicos) - pensó por ultimo.

- ¿Incluso? - Invitó a que siguiera. El gatito rodó sus ojos.

-Nada... En lugar de estar llorando y quejandote, llama a ese lindo chico pelirrojo tal ves le fue mejor que a ti -. Comento el pequeño, tratando de subir los ánimos de su portador, el cual, se estaba comportando como un idiota.

- Tienes razón no debo ser egoísta - Se volvió a limpiar todas las lágrimas de el rostro y saco su teléfono para llamar a Nathaniel, con esperanzas de que a este le fuera mejor, pero no era así.

Por un momento se escucho el fondo de la llamada, y aunque suene estúpido, le ayudó a calmarse para hablar lo mejor posible con el pequeño pelirrojo, al cual apreciaba como a alguien muy cercano, tanto, que incluso no sabría elegir entre Nino y él.

Por fin contestaron, estaba a punto de saludar cuando fue rotundamente interrumpido - Te odio agreste - La pequeña vocesita del pelirrojo lo desconcertó, sonaba entrecortada y muy forzada a salir.

Se apresuró a si mismo a buscar alguna respuesta - ¿Pero que te pasa, Nath? ¿Qué paso? - pregunto.

Nathaniel del otro lado apretó los puños y dientes con fuerza - Nada que te interese lo suficiente. Mi vida no vale la pena, que seas feliz, Adrien -. Después de eso colgó... Eso.... Sonó una despedida, no pudo evitar sentir pánico ante eso.