Vaciado de cabeza

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Mi parte favorita de escribir, mi manera de descargar todo lo que se me viene a la mente para convertirme en un papel en blanco y volver a escribirme. 

¿Qué pienso? No sé, una nunca sabe muy bien qué está pensando. Porque cuando uno piensa se concentra en una cosa pero por detrás hay mil más y todas son en conjunto. 

La primera vez que probé este método estaba en el depto de mi ex, con un quilombo cerebral de esos que no se le desean a nadie. Hoy mi ex es ex y mi novio otro. Hoy mi vida es otra. Y acá es donde está el conflicto, cuando todo cambia uno tiende a tener que cambiar y cuando no estás preparado se tambalea todo, te tambaleas vos. Si no estás bien agarrado, te caes. 

Yo no  me caí, yo seguí como si nada, con la vida pipi cucu. Y un día de la nada empecé con ataques de pánico, empecé a tener miedo de morirme o de volverme loca. Pero no cualquier loca, loca loca. Del tipo de locura que te arranca lo que sos, que te quita los pedazos de esencia, que te destruye por completo. 

Ahora voy de María Emilia, ella me dijo que puede armarme de nuevo la cabeza y devolverme mi control si yo realmente lo quería. Yo me quedé pensando ¿Cómo alguien se negaría a volver a sentirse entero y en paz? Ella me contestó sin que le pregunte "al principio se vuelve peor, pero sólo es un pequeño paso hacia atrás para impulsarte hacia delante con más fuerza". Me convenció. Antes esperaba que llegue el viernes, ahora los miércoles. Es miércoles el día en que me van a empezar a armar de nuevo, ya quiero estar entera otra vez. 

No sé cómo será la terapia, nunca antes había ido y la verdad es que me intriga. 

Y ya no me acuerdo qué estaba pensando, me colgué mirando tele. Pero creo que un poco se trata de eso, de perderme en las ideas para acomodarlas y encontrar otras que no sabía que tenía. Digo creo porque es un método de prueba desde que lo implementé por primera vez hasta que me canse de hacerlo o ya no me sirva. 

Me relaja vaciar la mente, porque aunque escribo poco pienso mucho y eso hace bien. Pienso en que todo cambió muy rápido, tanto que en algún momento perdí el equilibrio y hoy estoy rara. Estoy de novia con mi mejor amigo de toda la vida, hace casi 14 que lo conozco y más de un año que estoy con él, aunque de novios oficial estamos llegando a los tres meses. 

A mi ex lo sigo viendo, estamos en la misma ONG y nos llevamos bárbaro. Eso también es raro aunque me gusta, porque es lindo que siga en mi vida y es lindo verlo volar aunque no sea conmigo. Me gusta alegrarme de la felicidad ajena, me gusta hacer de esa felicidad una parte feliz mía. 

¿La gente iba a cambiar o cambia por que te vas de su lado? Esa es una pregunta que me ronda siempre en la cabeza, pero creo que no hay respuesta. La gente cambia cuando le llega el momento de cambiar y sea cual sea el motivo cambia porque así tenía que ser. Si estabas a lo mejor no cambiaba porque ese cambio dependía de tu partida o a lo mejor sí, porque el cambio dependía de algo externo a vos. De todas formas nunca se va a saber porque las decisiones sólo se pueden tomar una vez.

El problema está cuando querés hacer cambiar al otro. ¿Qué hacés? ¿Te vas un rato para después volver y ver si funcionó? No. No se puede. Hay que aprender a soltar. 

No me gusta la gente que se enoja por todo, me genera frustración y quiero gritarles que el enojo es una mierda y que se pierde un montón de tiempo al pedo, también me frustra porque su enojo me enoja, me quita lo positivo y no lo puedo evitar. Soy como una esponja de las emociones de los que me rodean y aunque a veces bueno, otras puede ser una mierda. 

Me voy a dormir pero también a seguir pensando, no creo, pero por si ocurre y alguien lo lee y se intriga... mis pensamientos suelen vagar hacia el volver a encontrarme o el motivo que me llevó a perderme. Dicen que cuando uno encuentra la causa puede construir la solución. No sé, yo solo trato de agilizar el trámite. 

El mundo en mi cabeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora