Capítulo 4.

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Dalia y yo tuvimos la brillante idea de organizar una pijamada para tratar de animar un poco más a Amara y que pensara lo menos posible en su rompimiento.
La verdad es que estábamos muy emocionadas con la idea, ademas de que hacía más de un año que no nos reuníamos en una casa para dormir.
En cuanto llegamos a la escuela al día siguiente le dijimos a Amara sobre la pijamada y aceptó con mucho gusto.
Durante todo el día no paramos de hablar sobre ello, hablábamos sobre las películas que veríamos, sobre lo que comeríamos; las palomitas acarameladas eras un clásico en nuestras pijamadas.
Todo indicaba que sería la pijamada perfecta.
Hasta que... Dalia nos dijo que no podría ir, tenía que ir con su papá a un evento importante.
Antes de que Amara se enterará me lo dijo a mi, de momento en cuanto me contó quise cancelar la pijamada pero Amara estaba tan emocionada y no quería arruinarle eso, así que le dije a Dalia que no se preocupara que le explicara la razón de porque faltaría a la pijamada y seguramente ella entendería.
Y si efectivamente, si algo tiene Amara es que es una persona demasiado comprensiva, no se molesto con Dalia, obvio se sintió un poco triste pero le dije que al menos seríamos ella y yo, por alguna extraña razón el quedarme a dormir sola con ella me hacía sentir nerviosa, nunca antes me había pasado eso, pero no iba a cancelar las pijamada por una tontería como esa.
Saliendo de la escuela primero fuimos a mi casa a comer algo y a recoger mis cosas para la pijamada, después fuimos a un súper que estaba rumbo a casa de Amara para comprar algunas cosas como bebidas; ella y yo teníamos una obsesión con unas gaseosas "sparkling water", Ella siempre llevaba de frutos rojos y yo de lima-limón, compramos palomitas acarameladas, algunos dulces como chocolates Hershey; nuestros favoritos, entre otras cosas. Si había algo que disfrutaba de ir de compras con Amara era que siempre coincidíamos en lo mismo, compartimos los mismos gustos, así que nunca nos costaba decidirnos a la hora de elegir algo para comer, a no ser que nos acompañase Dalia, en muy pocas cosas coincidía con nosotras, o bueno Amara y yo en algún momento llegamos a la conclusión de que simplemente le gustaba llevarnos la contraria.

Quiéreme como soy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora