Mientras Amara y yo veíamos la serie las cosas comenzaban a ponerse un tanto incómodas, dos de las protagonistas de la serie eran lesbianas y cuando pasaban escenas románticas de ellas dos no podía evitar voltear a verla e imaginar momentos así entre nosotras dos, al inicio no se daba cuenta pero después llegó a percatarse porque cruzábamos miradas y eso me preocupo, creí que podría tomarlo a mal.
En fin traté de hacerlo lo menos evidente posible y preferí seguir mirando la televisión. Cuando terminamos de verla, vi que Amara saco una pequeña caja de debajo de su cama, llena de cartas y algunos otros detalles, le pregunté quiénes se las habían dado y con los ojos llorosos me dijo que su ex.
Está vez no pude soportarlo realmente estaba demasiado molesta y sin pensarlo le grité diciéndole que así nunca mejorarían las cosas, que no ganaría nada con llorarle a alguien que ya no siente nada por ella, a alguien que había preferido estar con otra persona; nunca me había sentido tan mal en la vida, había lastimado a una de las personas que más amaba en la vida. Ella solo lloraba y no paraba de hacerlo, me quede congelada sin saber que hacer o decir, todo era mi culpa, ella se sentía peor por mi.
Intente abrazarla pero se alejo de mi, volví a intentarlo y esta vez reacciono más brusco, empujándome, cuando intenté nuevamente acercarme le, vi que de nuevo iba a empujarme y la tomé muy fuerte de ambos brazos, podía ver que su llanto de era de enojo y tristeza, la veía fijamente a los ojos mientras lloraba y ninguna de las dos dijo nada por varios segundos hasta que ella comenzó a decirme que me odiaba, muchas veces y no paraba de decirlo; yo le decía que parara de llorar, que no fuera una niñita llorona, y ella solo seguía diciéndome que me odiaba y que era la peor. Entre tanta desesperación solo pensé en tomarla de la cabeza y decirle que se callara, estaba tan cerca de ella y podía sentir su respiración, yo no dejaba de ver sus labios, fue un momento demasiado intenso, parecía que el tiempo pasaba lento, no nos movíamos, solo nos veíamos a los ojos y de un momento a otro pasó algo tan inesperado, algo que jamás pensé que pasaría...
Amara y yo... nos dimos un beso.