Hermione tomó el libro del suelo, y se marchó. Su cuerpo temblaba, una vez más lo había mirado. Se sentía como la primera vez. Una oleada de recuerdos invadió su mente, haciéndola sentir un vacío inmenso en su pecho.
Hermione caminaba presurosa a la clase de transformacion, con la profesora Mcgonagall. Se adentró en el salón, su corazón retomó una vez el ritmo normal al darse cuenta de que la profesora aún no estaba. Se sentó, y centró su mirada en el libro de la asignatura, con el fin de curiosear en espera de la profesora. Un exquisito olor a menta y yerbabuena inundó su olfato, sabía que el estaba cerca, y eso la hacía estremecer. Aún se seguía sintiendo nerviosa al tenerlo cerca. ¿Cómo y cuando fue, el momento en el que Draco era indispensable en su vida? Esa pregunta revoloteaba por su mente repetidas veces. Como haría para acercarse a el y no sentirse intimidada con su mirada penetrante. «¡Vamos concéntrate Hermione!» se dijo para si. Su vista se alzó hacia la pizarra, la profesora había llegado, y se hallaba impartiendo clase. Un largo lapso de tiempo fue el que Hermione pasó en clase. Le encantan enriquecer su conocimiento cada vez más. Caminaba con placidez hacia el gran comedor, para la cena. Se adentró en el salón y tomó asiento, aún no se atrevía a acercarse a Harry y Ron. En cambio Ginny fue la única voluntaria para sentarse a su lado. Tomó una cucharada de puré de papa y una porción de carne, seguido de tomar zumo de calabaza. Su apetito estaba bajo, sentía un enorme nudo en el estómago, Draco la estaba mirando. Conocía esa mirada. Esa perversidad que emanaba, la conocía a la perfección. Estaba tramando algo.
El profesor Dumbledore con un movimiento de varita hizo desaparecer la comida, dando por terminada la cena. Hermione se levantó y se aproximó a su casa para dirigirlos hacia su sala común. Una vez que todos se hallaban en sus dormitorios, Hermione se aproximó a su siguiente destino, patrullar acompañada de los demás prefectos. Bajo la escaleras con premura, mirando hacia todos lados en busca de algo que le pareciera extraño. Pero tan solo habían cuadros parlantes colgados en la larga y extensa pared del castillo. Siguió en el pasillo principal, y aún no había nada. Estaba apunto de cruzar la esquina para dirigirse a su habitación cuando una figura alta y blanquecina la hizo detenerse en seco, tragó duro y miro hacia arriba. Era él, su cuerpo se paralizó al mirar su aspecto, aún seguía siendo atractivo y varonil. Pero ahora lucía demacrado y ojeroso. Una vez más los invadió el deseo de besarse, pero que era eso que los detenía. ¿Orgullo? ¿Tristeza? ¿Aún había amor? No lo sabían, pero en su cuerpo aún seguía esa extraña sensación que los hacía mantenerse ahí. Con la mirada fija una en la otra. Hermione bajo la mirada, decida a marcharse, pero esa áspera mano la detuvo.
—No voy a dejarte ir—dijo Draco, con una voz ronca.
Hermione tomó una bocanada de aire, retrocedió, decidiendo saber que era eso que quería el. Pero nuevamente seguía sin decir nada, tan solo la miraba. Hermione intentaba soltarse de su agarre, pero el se lo impedía. Finalmente se rindió, estaba decidida a hablar, quizás esa era la oportunidad para confesarle lo que había hablado con su madre. Draco la acorraló en la pared, acercándose a ella, su respiración entre cortada hacía que Draco se sintiera extasiado. Quería besarla, no había deseado jamás algo con tanta intensidad, como en ese momento. Los labios de Hermione se entreabrieron, dándole la señal a Draco. Una mano se poso en la mejilla de Hermione, levantó su rostro, haciéndola mirarlo. Se acercó aún más, sus labios carnosos rozaban los de ella, le encantaba ponerla nerviosa. La espera terminó, entrelazó sus labios con los de Hermione. Encajaban a la perfección, como si estuvieran diseñados el uno para el otro. El beso se tornó con más necesidad, haciendo que ambos estuvieras más cercas de sus cuerpos. La mano de Hermione se aferró al cabello de Draco, en cambio la de el solo se aferraba a su espalda haciéndola pegarse más a ella. El beso finalizó, ambos se separaron un poco quedándose así, mirando sus ojos. Draco observo que de los ojos de Hermione salían diminutas lágrimas. Tomó la manga de su túnica y las seco con suavidad. Hermione desvío su mirada.
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• SAY SOMETHING BEFORE I GO • DRAMIONE | EDICIÓN
FanfictionUna noche. Un baile de Navidad. Un mortifago. Una Gryffindor. Una amor que los entrelazo todo el curso. Terminará aquella noche. Los personajes de este Fanfic, pertenecen a J.K. Rowling. Una disculpa a mis lectores, pero ahora que son vacaciones te...