• Baile de navidad •

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La tarde del viernes Hermione se encontraba en clase de transformaciones con la profesora Mcgonall. Un día antes había anunciado que hoy les diría a los alumnos un acontecimiento que está por venir.

—Bueno alumnos, ayer les hice mención acerca de una noticia que estoy por darles—dijo la profesora con un toque de emoción en su voz.

Todos los alumnos de las diferentes casas estaba inquietos por saber.

—El baile de navidad, es una tradición muy antigua en este colegio.—protestó la profesora.—y nos visitarán algunos alumnos de otras escuelas. Y Hogwarts a sido halagado por 7 años consecutivos, y no dejare que arruinen esa reputación por comportarse como un montón de holgazanes.

Las chicas estaba emocionadas murmurando acerca de los chicos con los que quisieran ir. Y al final estaba Hermione sentada alado de Ginny con la mirada perdida en sus pensamientos. Ella no querría asistir a esa estúpida fiesta. 

—¡Hermione, ya sabes con quién irás!—pregunto Ginny con entusiasmo.

Hermione lo dudo un momento, pero finalmente contesto:

—No—contestó con severidad—incluso no iré a ese estúpido festejo.

Hermione se sentía desesperada. Es que amaba tanto a ese holgazán y arrogante chico, que no sabía que hacer con tan profundo sentimiento.

—Ginny—llamó Hermione—necesito que vengas conmigo ahora.

Hermione se levantó de su lugar y se llevó a Ginny a rastras del gran salón. Caminaba con premura apretando la mandíbula en busca de no llorar una vez más.

—¡Hermione que es lo que te pasa, exijo saberlo!—pregunto Ginny al borde de la desesperación.

—Ginny—hablo Hermione con un hilo de voz.—Hay cosas que aún no te e dicho sabes, tengo miedo solo quiero irme de aquí.

Ginny aún seguía sin comprender la extraña actitud de Hermione, hasta que se tranquilizó y finalmente volvió a hablar.

—Justin Finch, de Hufflepuff a estado acosándome por varios meses, tengo miedo de el—hablo Hermione entre lágrimas.—y bueno recuerdas la cena en el gran comedor cuando ingrese con los ojos hinchados—Ginny asintió y Hermione dio una bocanada de aire.—Bien, pues ese día el trato de besarme a la fuerza y llegó Draco y lo golpeo muy duro.—la voz de Hermione se hacía cada vez más débil—y el me pidió que regresara con el, y yo solo me marché dejándolo solo.

—¡Justin es un maldito asno!—farfulló Ginny con coraje, su rostro estaba tan rojo como su cabello!—¿Hermione, a que le tienes miedo? ¿Eh?—pregunto Ginny con suavidad haciendo que Hermione se sintiera más tranquila—Que te hace falta saber, para que te des cuenta que nadie va a hacerte sentir lo que Draco hizo que sintieras. A estas alturas ya deberías saber que tú único lugar es a su lado.

Hermione meditó todo con tranquilidad, y tenía razón. Ese holgazán, arrogante y cabeza dura era el único que hacía revolotear su corazón. El tiempo fuera de la clase pasó más rápido de lo que ellas hubieran querido. El jardín donde se encontraban ambas comenzó a llenarse de alumnos de todos los grados y casas.
Hermione se despidió de Ginny y se aproximaba al Gran comedor, cuando un grupo de chicas se acercó a ella.

—La rarita de biblioteca está llorando—se carcajeó Pansy llevándose ambas manos a la cara simulando llorar—Aún sigues esperando que Draco te invité al baile sangre sucia, no te molestes, acaba de invitarme a mi ¿no es cierto chicas?—pregunto Pansy y las demás asintieron.

Hermione sintió que el coraje le invadía por completo, trato de contenerse pero simplemente no podía, no podía más.

—Pues seguramente tuviste que ir de lambiscona como sabes hacerlo, por qué no creo que lo haya hecho por voluntad—contesto Hermione sintiéndose orgullosa de lo que acaba de decir.—Por que bueno, si yo fuera un chico definitivamente no saldría con alguien como tú aún sabiendo la reputación que tienes Pansy.

• SAY SOMETHING BEFORE I GO • DRAMIONE | EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora