24

792 133 144
                                    

—Thomas, quiero hablar seriamente contigo y no voy a aceptar ninguna de tus excusas—

Llegué a casa y hablé directamente,voy a obedecer lo que Eliza dijo sin excepción.

Lo que vi hizo que pensara en renunciar a mi plan.

Thomas me estaba observando mientras trataba de ocultar su brazo lleno de sangre.

Sentí una presión en mi pecho y una voz en mi cabeza me decía "detente"

...

Pero ya no voy a retroceder.

—¡Alex! Que bien que llegaste, aguanta sólo un segundo, casi termino de preparar la cena—Sabía lo que él quería hacer, quería evitar hablar conmigo como siempre.

—¡No!—

Grité, ya iba bastante tiempo que no usaba esa palabra para discutir con el, mi pecho se siente aliviado, como si una gran carga fuera quitado con ese grito.

Su rostro era todo un poema de emociones y era lo que me hacía gracia, estaba confundido, alarmado, sorprendido y asustado. Creo que me gusta dominar.

—¡Estoy harto de tus malditas excusas! ¿¡Crees que soy un puto bebé que puedes manipular?!—Grité, ya no podía aguantar callar mas tiempo, era ahora o nunca.

Toqué mis ojos buscando por algún rastro de lágrimas. Nada, completamente secos. En cambio el rostro de Thomas estaba empapado en lágrimas, seguramente falsas de un intento de seguir manipularme.

—A-Alex...y-yo...—Tartamudeaba mientras se acercaba a mi con miedo, no lo quería cerca así que con mi pierna lo empujé lejos.

—¡Silencio, no quiero oírte! Por primera vez tú serás la puta víctima y yo el villano de esta historia—Le grité, lanzándome al suelo para volver a golpearlo, de verdad estaba enojado.—¿¡Estás viendo lo que me haces hacer?!—

Tomé sus mejillas con furia para ver su destrozado rostro más de cerca, las lágrimas se mezclaban con la sangre que caía de su labio inferior, pero eso no me causaba nada.

—Me das asco, Jefferson.—

Saqué mi mano de su rostro con enojo y me alejé, fui hacia la mesa y reposé mis brazos ahí.

El plan era hablar con el y sacarle todas las mentiras y engaños de la boca, para después irme como el héroe. Creo que se me pasó un poco la mano.

—A-Alexander...—

Susurró, su voz temblaba, se notaba que tenía miedo. Me di la vuelta para saber que quería decir.

"Quiero el divorcio"

Síndrome de cotard;; JamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora