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Después de un rato de llegar, fuimos a la cama.

Me tardó mucho en poder conciliar el sueño.

Y parece que a Thomas también le costó.

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—Thomas, amor ¿estás despierto?— le dije tocando su hombro.

—Sueltame—lo escuché decir, su voz sonaba firme.

—¿T-Tommy? ¿Hice algo malo?—le dije intentando calmarlo.

—¿¡Algo malo?!—gritó—¡pues si no te haz dado cuenta he estado cuidando tu puto trasero por que no eres capaz de hacer algo por tu cuenta, rata inmunda! Así que ni te atrevas a dirigirme la palabra. —

Me quedé callado un momento, mi garganta no me permitía hablar.

Después de lograr quitar ese incómodo nudo en mi garganta, me di la vuelta y sin rendirme le dije.

"Te amo"

Y me dormí.

Síndrome de cotard;; JamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora