Capitulo 11

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Niall abrió la puerta y ________ se quedó sin aliento. Nunca le había parecido más guapo. Se había afeitado y llevaba el pelo peinado hacia atrás, unos pantalones azul marino, con una de las perneras cortadas para acomodar la escayola, y una camiseta de color azul claro que resaltaba el de sus ojos. Había dejado las muletas y solo se apoyaba en un bastón.
—Justo a tiempo.
Cuando entró, _________ percibió el olor a cera para muebles y limpiacristales. Obviamente, alguien había limpiado la casa de arriba abajo.
—Qué limpia está la casa.
—María vino ayer —explicó Niall.
—¿Tuviste que darle un aumento?
—Esta vez tuve suerte. Había perdido en el bingo y llegó a casa contrita y sin ganas de pelea. Ven a la cocina.
_________ tomó la mano de Nathaniel y los tres fueron a la cocina, donde Niall había estado preparando una ensalada.
Una vez allí, le dio al niño sus juguetes favoritos y Nathaniel se sentó en el suelo, tan contento.
—¿Quieres que la haga yo? —preguntó ________, señalando la ensalada.
—Vale. Tengo que confesar que cortar tomates con una sola mano no es nada fácil. ¿Quieres una copa de vino?
—Sí, claro.
Entre ellos había una formalidad que no había existido antes y que la ponía un poco nerviosa.
—Toma —dijo él, poniendo una copa de vino a su lado mientras __________ cortaba los tomates—. Las patatas están en el horno y creo que la barbacoa está lista para los filetes.
—Qué bien. Cuando termine con la ensalada, ¿quieres que ponga la mesa?
—Ya lo he hecho yo. He pensado que podríamos cenar en la terraza.
Ella terminó de cortar los tomates y aliñó la ensalada antes de volverse.
—¿Alguna cosa más?
—No. ¿Por qué no vamos a la terraza? La barbacoa está preparada allí.
—Muy bien.
Tuvieron que hacer tres viajes hasta tenerlo todo preparado en la terraza, pero una vez hecho, __________ se sentó en una silla, con Niall frente a la barbacoa y Nathaniel en el suelo.
—¿Cómo te gusta la carne?
—En su punto —contestó ella, preguntándose qué pasaba, por qué se portaban como dos extraños.
Algo había cambiado entre ellos y ese cambio la llenaba de una tensión que no había sentido antes estando con Niall.
Mientras tomaba un sorbo de vino, lo estudió detenidamente. ¿Era Niall quien provocaba la tensión porque ella conocía los secretos de su pasado? ¿Porque conocía su dolor?
Sabía que le había contado la historia de Sherry y Bobby a regañadientes y que probablemente no se la habría contado si ella no hubiera entrado en el dormitorio del niño por error.
Pero no creía que esa fuera la causa de la tensión que había entre ellos.
Los filetes se estaban haciendo y el aire se llenaba de un delicioso olor a carne. Niall se apartó de la barbacoa para sentarse un rato y, al hacerlo, la pierna del hombre rozó la suya. ________ supo entonces sin duda qué estaba causando la tensión.
El beso. El recuerdo de aquel beso apareció de nuevo en su mente. Había sido un beso ardiente… ansioso. Ese beso la había turbado hasta el fondo de su ser, más de lo que la había turbado ningún otro.
Lo que había entre ellos era pura tensión sexual. Una tensión que aumentaba por segundos.
Y lo que realmente la molestaba era que, en su interior, deseaba que el beso se repitiera.
__________ no solo tenía pecas en la nariz, sino en el escote. Niall se fijó en ellas cuando se inclinó para acariciar la cabecita de Nathaniel.
El movimiento le permitió ver no solo las pecas, sino la suave curva de sus pechos bajo el vestido. Por un momento, sintió que tenía mucho en común con los filetes que se estaban haciendo en la barbacoa. Estaba ardiendo, quemándose.
Besarla dos días antes había sido un tremendo error. Por mucho que lo intentara, no podía dejar de recordar el sabor de sus labios, el roce de sus pechos aplastados contra su torso.
Niall se concentró en los filetes, preguntándose por qué demonios la había invitado a cenar. Era una locura. Lo único que había querido era darle la caja con los juguetes de Bobby. Pero se había encontrado a sí mismo invitándola a cenar. Era como si las palabras hubieran salido de sus labios sin querer.
Niall le dio la vuelta a los filetes. Le había resultado más fácil de lo que pensaba guardar las cosas de Bobby en una caja. Mientras lo hacía, los recuerdos lo envolvían… recuerdos de sus años con Bobby, de su cariño por él, del cariño del niño.
Al principio, luchó contra esos recuerdos, tesoros de un tiempo que ya no existía. Pero, al final, se rindió y lo sorprendió descubrir que unido a ese dolor había una gran alegría.
En algún momento, sin que se diera cuenta, la herida había empezado a cicatrizar. Aunque su corazón sangraría siempre por su hijo perdido, el dolor empezaba a ser soportable.
—Estás muy callado —dijo ________ entonces—. ¿Te duele la pierna? Quizá no deberías ir todavía sin muletas.
—No me duele. Estoy bien —dijo él, golpeándose la escayola—. Es que estoy concentrado para que no se me quemen los filetes.
__________ sonrió y esa sonrisa lo calentó por dentro.
—Seguro que sueles quemar la comida.
—Te sorprenderían las cosas que me pasan cada vez que intento cocinar.
—¿Tan malo eres? —rió ella.
—Terrible, el peor —sonrió Niall—. Los perros no se comen la basura de mi casa porque tienen miedo a envenenarse.
________ tomó la copa de vino, riendo.
—Pues entonces, quizá será mejor que yo supervise estos filetes.
—Sí, claro.
Estaba tan cerca que, a pesar del olor de la carne, Niall podía oler su perfume. La proximidad de aquella mujer lo ponía nervioso. Y él nunca se había puesto nervioso al lado de una mujer.
Sí, desde luego besarla había sido un error. Antes del beso, __________ no era nada más que una chica irritante, una ayuda necesaria dadas las circunstancias. Pero en aquel momento, solo podía pensar que era una mujer muy atractiva y que besaba con una pasión conmovedora.
—Niall, será mejor que les des la vuelta —la voz femenina interrumpió sus pensamientos, pero Niall la miró sin entender—. Los filetes. Se te van a quemar.
—Ah, es verdad.
—¿Seguro que estás bien? —preguntó _________, con expresión preocupada.
—Estoy perfectamente. Solo un poco distraído.
—¿Pensando en alguno de tus casos? Si necesitas que te lleve a alguna parte o que pase algún otro informe al ordenador, no dudes en pedírmelo.
—No, ya me he aprovechado de ti suficiente —dijo Niall, añadiendo una salchicha a la parilla—. Me he aprovechado de que te sentías culpable cuando la verdad es que solo fue un accidente.
_________ sonrió.
—No podías aprovecharte de eso, porque no me sentía culpable. Aunque sí me sentía responsable —dijo, mirando a su hijo—. Debería haber estado vigilándolo. Normalmente, es un niño muy tranquilo. Lo pones en el suelo y se queda jugando. No sé qué le pasó el otro día.
Niall miró a Nathaniel, que estaba jugando con un montón de bloques de plástico.
—Sí, la verdad es que parece más tranquilo que otros niños de su edad.
—En mi experiencia, hay dos clases de niños: los exploradores y los filosóficos. Nathaniel es filosófico —dijo _________, inclinando la cabeza a un lado. Sus ojos eran entonces del color de las hojas recién cortadas—. ¿Cómo era Bobby?
Por un segundo, las viejas defensas de Niall se levantaron y estuvo a punto de decirle que no era asunto suyo, que ese era un tema que no quería tocar.
Pero tan rápido como apareció, el instinto desapareció. Durante cinco largos años no había hablado de Bobby con nadie. Además de comprar los regalos el día de su cumpleaños y en Navidad, era como si no existiera, como si nunca hubiera existido porque así le resultaba más fácil seguir viviendo.
De repente, por primera vez desde el día que Sherry se llevó a su hijo, Niall quería hablar de lo que había perdido.
—Bobby era un explorador. No podías dejarlo solo ni un minuto —dijo por fin, colocando la salchicha y los filetes en sus respectivos platos.
—Mi hermana tiene un niño así —dijo ___________ cuando estuvieron sentados a la mesa, cortando la salchicha para Nathaniel.
—¿Cuántos hermanos tienes?
—Solo una hermana pequeña.
—¿Y es una eterna optimista, como tú? —preguntó Niall.
—Es peor que yo —rió ella. De nuevo, Niall sintió ese calor que lo recorría entero—. Sandra se casó con su novio del instituto y son muy felices. Se quieren muchísimo y están locos por sus dos hijos.
Tenía una expresión dulce, soñadora, y Niall supo que estaba imaginando a su príncipe azul y la maravillosa vida que disfrutaría con él.
Por un momento, sintió envidia al pensar en el hombre que tendría su amor, el hombre que pasaría la vida riendo con ella, amándola.
—Debe de ser genético —murmuró, irritado consigo mismo por aquellos locos pensamientos.
—Yo creo que tú también tienes tus defectos, Niall Horan.
Él hizo una mueca.
—Será mejor que no hablemos de eso.
—Si tú no hablas de los míos, yo no hablaré de los tuyos.
—Trato hecho —sonrió Niall.
La cena fue muy agradable. Niall le contó algunos de sus casos, exagerando los elementos humorísticos solo para oírla reír.
Y habló de Bobby. Le contó como a su hijo le encantaba el sonido de las olas, cómo le gustaba que le hiciera cosquillas en la barriguita y cuánto le gustaba bailar. Era un placer y un sufrimiento hablar de él, pero Niall intentó olvidar el dolor y se sumergió en la alegría que esos recuerdos llevaban a su corazón.
Nathaniel se comió su salchicha y después señaló el plato de Niall.
—Más.
—Toma, Nathaniel, come un poquito de mi patata —dijo ________, cortando la patata asada en trocitos.
—No —dijo el niño, señalando el plato de Niall—. Papá más.
Papá. Como siempre, la palabra hacía sangrar el corazón de Niall.
—Nathaniel, ¿qué quieres? ¿Quieres un poco de filete? —preguntó su madre, cortando un trocito de carne.
—¡No! —exclamó el niño—. Mamá, no. Papá. Niall tuvo que hacer un esfuerzo para disimular el nudo que tenía en la garganta.
—Parece que quiere un trozo del mío.
Cuando le cortó un trocito de filete y lo puso en su plato, Nathaniel le regaló una sonrisa beatífica y alargó la manita para tocar su brazo.
Niall se emocionó. Aquel crío necesitaba un padre y, por alguna extraña razón, parecía haberlo elegido a él. El roce de la manita del crío en su brazo lo había dejado sin aire.
En otra vida, quizá Niall habría podido convertirse en el padre que el niño deseaba. Pero no en aquella. El corazón de Niall estaba demasiado lleno por el recuerdo de otro niño.
Cuando Sherry se había llevado a Bobby, también se había llevado su corazón y no dejó atrás nada que mereciera la pena.
En otra vida, podría haber querido a Nathaniel, pero en esta, a Niall no le quedaba amor que dar.

Somebody to love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora