Capitulo 12

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— Señor Horan, ¿recuerda a la persona que llevaba el caso hace dos años? —preguntó Barbara Klein—. No es necesario, pero si lo supiéramos, quizá podría encontrar antes el informe.
Niall frunció el ceño, intentando recordar el nombre de la persona que lo había atendido la primera vez que acudió a los Servicios Sociales de Miami.
—Green. Su apellido era Green, pero no recuerdo el nombre.
—Elizabeth —dijo Barbara entonces—. Solo estuvo con nosotros durante unos meses. Me temo que tenía un problema con el alcohol.
Niall sonrió con tristeza.
—Supongo que era por eso por lo que nunca podía ayudarme.
En ese momento, _________ tomó su mano y Niall se sorprendió.
Y lo que más lo sorprendía era cómo agradecía el gesto. El calor, la fuerza que le daba la mano femenina parecía llegarlo al corazón.
El teléfono sonó en ese momento y Barbara contestó. Cuando colgó, sonrió como pidiendo disculpas.
—Tengo que atender un asunto urgente. Si no les importa esperar un momento, volveré enseguida —dijo, saliendo del despacho.
Niall se levantó y empezó a pasear por la habitación.
—Tenía que pasarme a mí. Una asistente social con problemas de alcohol —murmuró, sacudiendo la cabeza.
—Barbara Klein no parece tener ese problema, así que quizá puedas conseguir alguna respuesta.
El intentó disimular su irritación. Una irritación que llevaba toda la mañana intentando disimular. Y sabía lo que causaba aquella irritación. La frustración sexual.
Había pasado la mañana metido en el coche con _________, envuelto en su aroma, teniendo que soportar una proximidad que lo sacaba de quicio.
Cuando le había preguntado si quería tomar un café la noche anterior, lo que había querido en realidad era que se quedara a pasar la noche.
Había querido que durmiera en su cama, en sus brazos, después de haber hecho el amor apasionadamente. Había querido ver el sol iluminando sus facciones al amanecer mientras la despertaba con suaves caricias.
Niall se sentó de nuevo cuando Barbara volvió a entrar en el despacho.
—Necesito toda la información que pueda darme —dijo la mujer—. Y veremos qué se puede averiguar.
Durante una hora, Niallle dio a Barbara Klein toda la información posible sobre Sherry y Bobby y le explicó que quería recuperar a su hijo.
—Muy bien. Sé que ha esperado mucho tiempo y es una pena que Elizabeth Green llevara su caso, pero imagino que sabrá que hacen falta al menos tres semanas para averiguar algo —dijo la señora Klein, levantándose—. No damos información sobre los niños acogidos en los Servicios Sociales a cualquiera que entre por esa puerta.
Niall y ___________ se levantaron a su vez, con Nathaniel prácticamente pegado a la pierna de Niall.
—Entonces, ¿me llamarán en cuanto sepan algo?
—Se lo prometo —sonrió ella.
Cuando salían del despacho, Niall se sintió absurdamente desilusionado. Sabía que no podía esperar nada de aquella visita, pero la energía y esperanza que había llevado con él habían desaparecido.
—¿Estás bien? —preguntó __________, cuando entraban en el coche.
—Sí. Esperemos que a Barbara Klein no le dé por beber de aquí a un par de semanas.
—No creo que debas preocuparte por eso. Parece una persona muy profesional. Quizá deberíamos volver a Masón Bridge —dijo _________, mientras arrancaba—. Supongo que esto debe haber sido difícil para ti.
—No —dijo él, haciendo un gesto con la mano—. Vamos al acuario. Nate quiere ver a los delfines.
Niall hubiera deseado que ella dejara de mirarlo de esa forma, como si le importara, como si estuviera preocupada por él. Cuando lo miraba así, solo podía pensar en tomarla en sus brazos y besarla hasta que cerrara esos ojos que tanto lo turbaban.
—Muy bien. Pues vamos al acuario.
Unos minutos después, dejaban el coche en el aparcamiento. Durante dos horas disfrutaron del espectáculo de los delfines y las ballenas, aprendieron muchas cosas sobre esos animales y comieron hamburguesas en una terraza.
Eran casi las seis cuando subieron al coche para volver a Masón Bridge. Durante una hora, se mantuvieron en silencio, roto ocasionalmente por Nathaniel, que señalaba hacia la ventanilla, ejercitando su vocabulario.
De nuevo, Niall se encontró a sí mismo luchando contra el deseo que sentía por _________. La había estado observando por el rabillo del ojo en el acuario.
Su risa lo excitaba, su entusiasmo por todo lo volvía loco.
Mientras miraba por la ventanilla, se preguntaba si el destino habría puesto a _________ Criswell en su camino solo para hacerle perder la cabeza.
—Cuéntame algo de ti que yo no sepa —dijo de repente. Quizá si hablaban, podría quitarse de la cabeza aquellos pensamientos.
—¿Perdona?
—Anoche dijiste que había muchas cosas de ti que yo no sabía. Cuéntamelas ahora —dijo Niall, sin querer fijarse en cómo el sol que entraba por la ventanilla iluminaba su rostro, dándole un brillo dorado.
—¿Qué es lo que quieres saber?
Quería saber por qué su usa era como una manta envolviéndolo en una noche fría. Quería saber por qué el olor de su perfume lo mareaba de deseo. Quería saber por qué estaba tan segura de que no era el hombre de sus sueños. Y querer saber todas esas cosas lo asustaba de muerte.
—No lo sé… Háblame de tu abuela.
—Mi abuela nos crió a mi hermana y a mí. Pero yo siempre sentí un agujero en el corazón por la ausencia de mi madre.
Niall asintió. Lo entendía muy bien. Él también tenía un agujero en el corazón por la ausencia de Bobby.
—Y el padre de Nathaniel… ¿estabas muy enamorada de él?
__________ dudó un momento antes de contestar.
—Pensaba que sí, pero ahora sé que estaba enamorada de la idea de estarlo. Mi hermana pequeña estaba casada y tenía dos niños preciosos y yo acababa de terminar mis estudios y me sentía sola.
—Y entonces apareció el padre de Nate y tú supiste inmediatamente que era tu príncipe azul.
________ le sacó la lengua y Niall soltó una carcajada.
—Cuando conocí a Bill, tenía mis reservas. El salía mucho por las noches, le gustaba el heavy metal y tenía un estéreo en el coche que atronaba a todo el barrio.
—Puedo imaginarme la clase de tipo que era.
_________ hizo una mueca.
—La verdad es que no era mala persona. Bill me hacía sentir preciosa y deseada. Y no me sentía sola a su lado. Yo pensé que era amor, pero no lo era.
—Ya.
Niall se preguntó si él la haría sentir preciosa y deseada. Y si con él no se sentiría sola.
—¿Por qué no me hablas tú de Sherry? Dijiste que le habías pedido que se casara contigo. ¿Estabas enamorado de ella?
—No —confesó él—. Me importaba y la quería como madre de mi hijo, pero no estaba enamorado de ella. Yo creo que Sherry sabía que no lo estaba y por eso no quiso casarse conmigo.
De nuevo se quedaron en silencio y Niall miró por la ventanilla, intentando entender las conflictivas emociones que sentía por _________.
¿Tan sorprendente era que la deseara físicamente? Era una mujer muy atractiva. Hacía mucho tiempo que él no estaba con una mujer y era lógico que la deseara.
Niall se negaba a pensar que su deseo por ella fuera más complicado que eso.
Eran las diez cuando llegaron a su casa y el cielo estaba cuajado de estrellas.
—¿Por qué no entras para tomar la taza de café que no tomaste anoche? —le preguntó. _________ apagó el motor y se volvió para mirar a Nathaniel, que dormía en su sillita—. Podrías ponerlo en la cuna de Bobby.
Ella vaciló un momento.
—Muy bien. Pero solo un ratito.

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