Son niños que sujetan velas,
vestidos de negro alrededor de una piedra,
donde hay escrito un nombre y una fecha,
que probablemente esté incorrecta.
Todos se quedan de pie repitiendo una oración,
que les metieron desde que eran niños.
Seguro que nadie sabe lo que significa,
solo lo hacen para quitarse el peso de encima,
y así poder dormir por la noche y olvidarse
del muerto que ahora tienen delante.
Ahora te vas y me dejas solo,
acompañado de esta botella de ron,
con el deber de cuidar
a esos niños ciegos de la vida.
Una cosa tengo claro,
no por ti ni por esos niños,
dejaré la botella y el cigarrillo.
Pero, aunque sean ellos,
los cuidaré como si fueran míos.
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Poemas de un alma rota
PoetryPoemas personales deprimentes sobre el desamor, el dolor y la tristeza.