Angustia

49 2 0
                                    

Camino hipnotizada con el mar de gente a mi alrededor,

Me lleva la corriente a un destino desconocido con un ruido ensordecedor,

Mientras que la bola a mi espalda se siente más grande y pesada,

A la vez que mi garganta se siente cada vez más ahogada.

Apenas respiro y vivo en este mundo lleno de sonido.

Apenas sobrevivo dentro de mi cabeza que dicta mi destino.

Grita y grita a más, a más, a más, y a más,

Tanto que no puedo oir las sirenas de las ambulancias.

"Dios a muerto", dijo Nietzsche,

y yo también.

Mi mente me mató hace mucho tiempo,

como un cadaver vago en el infierno,

con el cuerpo completamente entumecido,

como si la anestesia nunca se hubiese ido.

Los surcos negros bajo mis ojos se hacen más prominentes,

Mientras cada noche me repito "no te duermas" deliberadamente,

Para no dormirme, para no soñar,

para no dejar a mi imaginación volar.

No quiero sentir como la arena de mi cordura resbala entre mis dedos,

Y como el parásito de mi locura se carcome mis adentros.

Poco a poco me voy desvaneciendo.

Me tapo los oídos para no oír el silencio.

Cierro los ojos para no ver la oscuridad.

Hablo en voz alta para no tener que pensar.

Poemas de un alma rotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora