Capítulo 22

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-¿Jimena? -Escucho su voz y una pequeña sonrisa aparece en mi rostro.

-Si. -digo cortante.

-¿Podemos vernos? -Lo pienso por varias veces.

-Vale.

Accedo a verle porque se que las cosas se dicen a la cara, y quiero decirle todo a la cara y quiero que me de explicaciones, por que aunque vayamos a dejarlo, no voy a dejarlo hasta saber todo.

Le doy la dirección del hostal, supongo que para el que acepte tan fácilmente a verlo será extraño pero, es la última vez que lo veré por que he decidido irme a Italia, allí se me olvidará todo, rodeada de mi gente.

A la media hora, bajo. Lo espero ansiosa y nerviosa, tengo rabia en mi interior y se que me va a costar mucho dejarlo pero es lo mejor, es lo que se ha buscado. Espero sentada en un banco, cuando un coche se para en la otra acera, es Marc. Mi corazón comienza a latir muy de prisa. Camino hacia el coche y me monto en el asiento del copiloto. No lo miro, lo único que quiero es que estemos en un sitio tranquilo que podamos hablar y dejar las cosas claras.

-Hola. -Me mira, lo miro y me derrito al verlo, que guapo está.

-Vamos a donde podamos hablar tranquilamente. -Digo cortante, asiente, se forma un silencio extraño, Marc sigue mirándome, y me recuerda al primer día que nos vimos, el se quedó mirándome en la parrilla de salida, una pequeña sonrisa se dibuja en mi cara.

-¿Por qué sonríes? -Suspiro.

-Marc venga, arranca. -Suspira molesto y hace lo que le digo.

Unos quince minutos después llegamos a una casa un poco alejada del pueblo, frunzo el ceño y decido no preguntar. Nos bajamos del coche en silencio, sin decir ni una palabra solo nuestras miradas lo dicen todo. Marc saca una llave y abre la puerta, me deja pasar y eso hago.

-Es la casa de mis tíos. -Asiento. El me mira. -Bueno, sentémonos. -Me señala el sofá y me siento, el se sienta a mi lado mirándome.

-Al fin podemos hablar. -Ríe y me mira, nota que estoy seria y deja de reír.

-Si tanto has insistido llamándome y enviándome mensajes, supongo que será porque me tienes que decir algo importante ¿no? -Digo lo mas fría posible, se lo merece.

-Si. -Traga saliva, parece nervioso.

-Aprovecha este momento en el que estamos hablando, porque no hablaremos mas, -digo con la voz rota, vuelvo a suspirar. -así que todo lo que me quieras decir, este es el momento para ello. -Silencio. Su mirada es de preocupación y de no saber que hacer en ese momento.

-Te amo. Soy un imbécil, te amo. -Me sorprendo por sus palabras e intento no romperme en mil pedazos frente a él, lo único que se escucha son nuestras respiraciones, solo hay silencio. Marc me coge de la mano y entrelaza nuestros dedos, me muerdo el labio para contener mis lágrimas y miro hacia otro lado. -Mirame. -Lo miro y ya no puedo más. -No llores por un imbécil como yo, no valgo la pena.

-¡Si vales la pena, claro que la vales! -Grito furiosa y le aparto la mano bruscamente, a la vez ahogándome en mis propias lágrimas. -No me arrepiento de absolutamente nada de lo que hice por ti, nada. Porque lo hice con sentimientos y con amor hacia a ti, y algo que hago de verdad y que me sale nunca me arrepentiré. -Sollozo, intento calmarme unos segundos. -Pero lo has fastidiado todo Marc... Era feliz contigo. -Me vuelvo a romper.

-Por favor para de llorar Jimena... Yo si que me arrepiento de como he hecho las cosas, de verdad. -Suspira agobiado y me limpio la cara de lágrimas. -Si pudiera volver hacer todo de nuevo...

-Si, pero no puedes. -Le interrumpo. -Y el daño que me has hecho, ya está hecho. -Mis lágrimas no cesan. El lo único que hace es limpiarme las lágrimas con sus dedos, sus ojos están cristalinos y no estoy preparada para verlo llorar.

La Prima De Valentino Rossi «Marc Marquez»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora