Capítulo 23

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2 meses después.

Narra Marc.

Abandono la casa de la montaña en la que he estado un par de meses, sin preocupaciones y sin nadie que me moleste. Disfrutando de la montaña y disfrutando de mi propia compañía. No he hablado con nadie en este tiempo, no he querido saber de nada ni de nadie.

Antes de abandonar la casa, la ordeno. Cuando todo está en orden y mis maletas listas, las meto en el coche, y vuelvo a la vida real; a mi vida.

...

El cartel de Cervera, que ya es muy familiar para mi, me indica que ya estoy en casa.

Estos meses me han servido mucho, he disfrutado de la soledad, reflexionar sobre las cosas, analizar mi vida; olvidar a Jimena. Si, la he olvidado, sin verla y sin acordarme de ella es normal, pero me alegro de haberla olvidado pero algo siempre quedará ahí, y eso nunca cambiará. Pero ya puedo hablar de ella sin derrumbarme.

Aparco frente a mi casa, miro a mi alrededor y los coches de mis padres y de mi hermano no están, me extraño. Bajo y llamo a la puerta, nadie abre. Cojo las llaves y abro la puerta de mi casa.

-Ya estoy en casa. -Grito, nadie responde, doy una vuelta por la casa y efectivamente no hay nadie, que raro.

Salgo de mi casa y vuelvo a meterme en el coche, llamo a mis padres y ninguno me lo coge, llamo a mi hermano, comunicando. Me agobio y no sé a quien llamar, pienso... A Jose. Lo llamo y gracias a Dios el si responde.

-Jose, ¿sabes donde están mis padres? No hay nadie en mi casa, acabo de llegar. -Escucho la respiración de Jose a través del altavoz, pero no responde. -¿Jose?

-Marc... Estamos en Barcelona. -Por fin habla, no me encaja nada.

-¿Barcelona? ¿por qué? ¿qué hacéis allí? -Estoy muy asustado, no sé que pensar, no sé que habrá pasado, esto no es normal.

-Joder Marc... ¡no quiero ser yo quien te diga esto tío! -Mi respiración y mi corazón se aceleran por segundos.

-Jose Luis, que cojones está pasando. -Arranco el coche.

-Marc... Tu madre... -Suspira y comienza a llorar. -Tu madre ha fallecido Marc, lo siento joder. -Me cuelga.

Me quedo en shock, no puedo ni despegarme el teléfono de la oreja. No puede ser, esto no me puede estar pasando a mi, no, esto no. No sé que pensar en este momento tan surrealista, mi madre nunca ha estado enferma ni nunca ha tenido nada malo. No me cuadra nada. Mis lágrimas inconscientemente comienzan a salir, apoyo mi cabeza en el volante y lloro, lloro desconsoladamente, mi madre, mi apoyo; mi vida, se ha ido y yo no lo puedo aceptar. Cojo fuerzas de donde no las hay, porque ahora mismo, no tengo fuerzas para nada, lo único que quiero es verla.

-¿Por qué me tiene que pasar esto a mi? -Susurro entre sollozos.

Me limpio las lágrimas para tener mejor visión y me voy a Barcelona.

Narra Jimena

Llego a Valencia, mi querida ciudad, la he echado de menos. Después de estar en Turín dos meses, es normal que eche de menos mi tierra. Llego a mi casa con Filippa y abrazamos a nuestros padres, los e extrañado mucho.

Irme a Italia me ha ayudado mucho, he estado con otras personas las cuales me han ayudado a olvidar todo, estoy mejor, estoy feliz, ilusionada de nuevo. He conocido a un chico, Matteo, ha hecho que vuelva a tener ilusión por todo, por el amor y por la vida. También he conocido  a gente maravillosa, he visitado a mis adorados abuelos, a mis tíos y a mis sobrinos. Soy otra, me considero otra persona, con otros valores, más madura, ah y cumplí 20 años en Italia, me hicieron una fiesta sorpresa que no olvidaré jamás.

La Prima De Valentino Rossi «Marc Marquez»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora