Capítulo 24

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Marc no ha parado de llorar en mi hombro, yo intento no derrumbarme pero también soy humana. Le repito cien veces que todo estará bien, pero el solo quiere llorar y llorar. Varias horas después, le propongo a Marc salir fuera para que se despeje, el accede. Salimos a la entrada del hospital en silencio.

-¿Como te fue en Italia? -se sienta en un bordillo y yo a su lado. No creo que sea el mejor momento para hablarle sobre Matteo.

-Bien, muy bien. Disfruté mucho y me despejé, que era lo que yo quería -asiente y le doy un pañuelo, el ríe y le cojo la mano para acariciarle.

-¿Ya no estás enfadada? -pregunta de repente, frunzo el ceño, no es una pregunta muy lógica en este momento.

-Marc, que esté aquí solo significa que me importas y me importaba tu madre, ahora mismo no es cuestión de si estoy enfadada o no, eso ahora no tiene sentido -lo miro, pero el no me mira a los ojos, no sé por qué. Nos quedamos callados por varios minutos. -¿Y tú? ¿Cómo estás?

-Destrozado -me mira a los ojos y los tiene hinchados y rojos de llorar, me destroza verlo así, Marc es mi debilidad y no puedo verle sufrir.

-Ya... Te entiendo -aparta la mirada y contiene las lágrimas.

Nos quedamos mirando a la gente de nuestro alrededor sin hablar.

-Ahora te necesito mas que nunca Jimena -dice de repente, lo miro. -Necesito tu compañía mas que nunca. -se limpia las lágrimas que caen de sus ojos a la vez que habla, entrelazo nuestros dedos y le aprieto la mano.

-Claro, yo estaré para ti.

[...]

A lo largo del día muchos familiares vienen. La prensa también está, como no. El ambiente es muy doloroso y triste. Todos están destrozados, a veces me da la sensación que no pinto nada ahí, después de lo que pasó, pero Roser era tan encantadora y buena, que sigo aquí por ella. Al mirar mi teléfono, veo un par de llamadas perdidas de Matteo, me muerdo el labio, quiero hablar con él pero ahora no es el momento.

Se hace de noche y Julià me llama, me indica que salga de la sala para hablar conmigo.

-Necesito que te lleves a Marc de aquí, sé que solo te hará caso a ti, por favor no puedo ver a mi hijo así. -se le escapan algunas lágrimas y lo único que hago es abrazarlo, él me da tres palmadas en la espalda.

-De acuerdo, Julià

-Gracias Jimena, de verdad -entra en la sala y yo a continuación de el.

Busco a Marc con la mirada, lo encuentro. Me acerco al sillón en el que está sentado y respiro hondo, antes de hablar, esta situación me viene grande.

-Ven -susurro, el me mira y niega -Por favor Marc. -ando hacia la puerta y salgo.

Le espero y al cabo de unos minutos sale. Me mira directa a los ojos, puedo ver solo, sufrimiento, su vida apagándose en sus ojos, muerto en vida; después del amor que sentí por el, me duele verle así, no es algo por lo que nadie está preparado, trago saliva antes de hablar.

-Vámonos, no puedo verte así Marc necesitas despejarte -frunce el ceño.

-No me voy a mover de aquí -dice decidido.

-Marc, por favor -Niega con la cabeza y comienza a llorar de nuevo, me muerdo el labio con rabia. -Marc, estás hecho una mierda, te voy a sacar de aquí quieras o no.

Lo abrazo y el se derrumba en mis brazos, le beso el cuello y le acaricio el pelo.

-Vámonos -susurro en su oído.

La Prima De Valentino Rossi «Marc Marquez»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora