9. Huida Express.

125 10 0
                                    

Si en ese momento alguien hubiera dicho que con el tiempo todo llega, estaría en lo cierto.

Nos quedaban unos 15 minutos de margen para acabar de desalojarnos de mi casa con nuestras pertenencias para arrancarnos camino hasta que llegaran los taxis. Tengo que confesar que estábamos en una situación bastante estresante, prepararlo todo en 15 minutos, 7 personas, y a cuál de ellos más desastre, no podría salir nada bueno. Cuántas veces se me habría pasado por la cabeza, que tal y como éramos, no conseguiríamos sobrepasar de la vuelta de la esquina, si ni organizarnos éramos capaces.

Llegaron los taxis, y a duras penas nos sobró medio minuto. Conseguimos repasar todas las cosas y por poco me dejo en tierra mis pulmones de pega, pero a fin de cuentas, todo iba como habíamos planeado. Cargamos los taxis, en realidad eran 7 mochilas y mi plus, no es que fuéramos cargados. No podría definir con precisión lo perdidos que nos sentíamos, a su misma vez intentamos haciéndonos fuerte para el resto, pero nos sentíamos del mismo modo.

Llegamos al aeropuerto unas 2 horas antes, pero rápidamente nos pusimos en la cola para hacer el famoso Check-in, nos presentamos con el pasaporte, nos preguntan el asiento, nos pesaron las maletas.. y estaríamos listos.

Por suerte no nos encontramos bastante gente, fue rápido y pudimos sentarnos los 7 de tal modo que ninguno nos quedamos solos. Que suerte. Me tocó con Udane, sólo con ella, por decisión de ella, mía en mi interior.

Todavía no tuvimos hueco para poder hablar detenidamente todo, pero sobre todo de lo nuestro, porque lo que si estaba claro es que yo no lo consideraba como algo pasajero, sin importancia, y que en el caso de que ella lo pensara así, habría una disputa de por medio, y conociéndome aún se complicarían mucho más las cosas. Tenia ganas de zanjar asuntos, de poderle hablar con claridad, y de saber una vez por todas lo que ella podría sentir, que tanta intriga me ha estado provocando desde el día de la fiesta.

Nos fuimos a las típicas salas de espera, todo había que decir que el aeropuerto de Almería no era para nada grande, por lo tanto imposible podernos perder. Creo que aproveché muy bien la ocasión cuando me dirigí hacia el baño y sorprendentemente Udane también fue. No la vi hasta llegar, y me pareció un momento perfecto para hablar.

- Deberíamos hablar, de nosotras más que nada. – se adelantó Udane.

- En eso llevo pensando hace días y no he encontrado el momento exacto. Déjame mear en un momento. – contesté metiéndome rápido en uno de los aseos.

La verdad es que estaba incluso mas nerviosa que en el momento del beso fail que no sabia en que suelo debía meter la cabeza y quedarme así eternamente.

- Creo que ambas sentimos lo mismo y que no sé quien de las dos deberíamos decirlo antes..

- ¿Lo decimos las dos a la vez? – le propuse

- Venga.

- 1.. 2.. 3.. – hice la cuenta atrás

- Siento por ti. - dije

- Creo que no deberíamo... - dijo justo a la vez.

- ¿Cómo? – dije sorprendida.

- Entonces las dos no sentimos lo mismo. Me explico, Creo que con todo lo que viene no deberíamos centrarnos en nosotras sino en otras cosas, y que lo que tenga que ser será. – soltó.

No pude disimular absolutamente nada en ese momento. Me apoyé a la pared y me deslicé hasta llegar al suelo, en el cual me quedé sentada mirando a un punto fijo sin atender lo que Udane me estaba diciendo.

SATURNO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora