diez.

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Y de aquella forma la chispa que había surgido entre Eddie y Richie desapareció. Richie no volvió a arrastrar a Eddie con él, ni a cantarle, ni volvió a trepar por el roble para verle. Tampoco grabó nuevas cintas para él. Ahora eran simples colegas, entre los que no había más que complicidad amistosa. La cálida relación que habían compartido en verano parecía haberse enfriado drásticamente con la llegada de diciembre.

Claro que Eddie todavía sentía algo por él, pero había mejorado al ocultarlo. Todo era como al principio, y aunque doliese, el castaño sabía que era lo mejor. Richie ya había tomado su decisión de pasar de página y olvidar y Eddie lo respetaba. También respetaba que Richie hubiese decidido empezar a salir con Joanne. Lo comprendía. De hecho, ella era una chica estupenda y ambos hacían muy buena pareja.

- Navidad se acerca. ¿Deberíamos hacer algo especial?- preguntó Beverly un día. Todos los perdedores y Joanne estaban sentados en una cafetería charlando y riendo.- ¿Está bien si cocino algo para todos? Creo que es una buena ocasión- añadió con una sonrisa nerviosa.

Todos asintieron encantados, Bev cocinaba de maravilla. Pasaron gran parte de la tarde planificando una pequeña fiesta, hasta que el reloj de la cafetería dio las siete.

- Bill y yo tenemos que irnos, George quería ver una película con nosotros.- Stan se puso en pie y cogió su chaqueta. Bill le imitó y asintió.

- N-nos vemos mañana, c-capullos- rió y ambos se fueron.

Eddie observó la puerta cerrada y luego bajó la vista hacia su batido, tomando un sorbo rápido. Vio por el rabillo del ojo como Joanne miraba la hora y fruncía el ceño.

- Debo irme ya, mis padres me esperan para cenar. Mañana nos vemos, chicos- sonrió mientras se inclinaba ligeramente para depositar un beso en los labios de Richie.

Eddie se puso en pie y les sonrió antes de encaminarse hacia el baño, incapaz de seguir viendo aquella escena. Rodó los ojos una vez estuvo en el baño y se miró al espejo, tratando de arreglar su pelo. No lo había cortado últimamente y le estaba creciendo bastante.

La puerta se abrió y vio por el espejo como Richie entraba.

- ¿Qué haces aquí?- se apresuró a decir, girándose. El moreno se acercó a uno de los urinarios y se encogió de hombros.

- Solo vengo a mear- dijo, bajando la cremallera de su pantalón para orinar. Eddie apartó la vista rápidamente y se giró hacia el espejo de nuevo para lavarse las manos.

- ¿Se ha ido ya Joanne?- preguntó de forma casual.

- Mhm.

- ¿No la acompañas?- Eddie se secó las manos en su pantalón mientras Richie se subía la bragueta y caminaba hacia el lavabo para lavarse las manos.

- No, puede ir solita. Tiene dieciséis años, sabes- rió el moreno.

Eddie asintió y se apoyó en la puerta, mirando la cabellera oscura y revuelta de Richie. Torció la boca y lentamente bajó la vista desde su pelo hasta su cuello y luego hasta sus manos. Sacudió la cabeza rápidamente, tratando de quitar esos pensamientos de su cabeza. Frunció el ceño y concentró la vista en las manos del chico.

- Richie... tú...- murmuró, mirando directamente sus pálidas muñecas. El moreno se bajó las mangas hasta los dedos apresuradamente y luego caminó hacia la puerta con una sonrisa.

- ¿Sí, Eds?- preguntó, parándose frente a él.

- Nada... no importa- respondió el castaño de forma casi inaudible, mirando al suelo aturdido por el repentino acercamiento de Richie.

 ## mixtape !! reddie. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora