*HOLA A TODOS Y TODAS. ESTE CAPÍTULO ESTARÁ NARRADO DESDE LA PERSPECTIVA DE LAUREN Y MATÍAS!! :D Espero que os guste*
MATÍAS
La gente me molesta. El oxígeno me falta. Los pulmones y la cabeza me arden. ¿Será esto lo que se siente con un ataque de asma?
Las manos me llevan sudando desde que recibimos aquel mensaje y los nervios no me dejan pensar con claridad.
Estamos los tres andando por la calle Oxford, buscando el número 23. No sé qué puede pasar. En realidad, lo que nos pidió es muy fácil. Nuestra casa está solo a dos manzanas de aquí y hemos venido andando. Según la señora de voz aterciopelada, solamente tenemos que estar en el número 23 a las ocho en punto.
Luego nos podremos ir con nuestra madre. Pero, ¿de qué le sirve a la señora que vayamos allí? Y, después de tomarse tantas molestias en secuestrar a mi madre, ¿por qué dejarla ir?Hay tantas preguntas y tan pocas respuestas...
Lauren
Acabo de ver el número 18, en la fachada de un edificio gris. Es muy moderno y tiene una enorme cristalera en el piso de abajo, mostrando la ropa que está en venta. Ya nos queda poco para llegar.
Espero que todo salga bien, le he empezado a coger cariño a Matías. Antes de conocerlo no me imaginaba que pudiese ser una persona normal (con sentimientos y todo), no digamos ya amable. Descubrir que es una buena persona me ha dejado tocada.
Mi padre siempre estaba lamentándose de cómo la madre de Matías le arruinó la vida, de cómo le arruinó su sueño de ser policía. Y a mí me apenaba.
Me entristecía la idea de no poder hacer nada para ayudar a que se sintiese mejor. Así que cuando mamá nos contó su idea para vengarse de esa mujer, los dos nos sentimos muy aliviados.
Mi padre por poder ser policía, y yo por poder ayudarlo, y por verlo más feliz.
-Sufrirá por lo que en su día me hizo-. Dijo mi padre en aquel entonces, su voz rezumando alegría y, al mismo tiempo, una amargura muy profunda.
Espero que papá no la tome con Matías e Ian solo por ser hijos de una mujer tan malvada, se han portado tan bien conmigo...
Respiro hondo y dejo de pensar en ello, seguro que no les hace nada, ellos no tienen la culpa de lo que le pasó.Matías
Lauren se para en seco. No me da tiempo a reaccionar y me choco con ella.
-Perdón-. Murmuro muy bajito. Ella me mira nerviosa.
Le dedico una sonrisa débil, como diciéndole que todo va a salir bien; y algo oscuro pasa por sus ojos, ¿culpabilidad? Me froto los ojos, estoy tan nervioso que me imagino cosas.
Cuando los vuelvo a abrir, Lauren me devuelve la sonrisa.-Todo va a salir bien-. Nos dice a Ian y a mí, lo dice con la voz débil, como si no se lo creyera del todo; y la comprendo, yo también tengo la sensación de que algo muy malo va a ocurrir.
Miro mi reloj, las 19:57.
Me fijo en el edificio que tenemos en frente. Es muy alto, tendrá unas diez plantas, y es muy distinto a los demás.
En vez de ser como todos los edificios de la calle y tener un gran escaparate en la primera planta, está un poco deteriorado y parece abandonado. En la entrada, junto a la cristalera de la puerta, hay un cartel que pone "Se Alquila".-Tenemos que entrar-. Dice Lauren. Está muy nerviosa, me atrevería a afirmar que tanto como yo. Respiro hondo y doy un paso al frente. Ian me sigue y cerrando la marcha va Lauren.
Intento abrir la puerta pero está cerrada.
- ¿No se abre? -pregunta Ian. Niego con la cabeza.-Llama al timbre a ver si alguien responde-. Propone Ian. No me había dado cuenta hasta ahora de que había un timbre. Presiono todos los botones para que haya más posibilidades de que nos abran; y así ocure. La puerta se abre.
Paso por la puerta y entrecierro los ojos, intentando ver algo (la sala está a oscuras).
Alguien me coge del brazo y me sobresalto.-Soy yo-. Dice Ian, y mis músculos se tranquilizan.
-Tenemos que encender la luz, no veo un pimiento-. Le digo a mi hermano, y a continuación la puerta se cierra de un portazo.
Vuelvo sobre nuestros pasos y la intento abrir, pero es inútil, la han cerrado.
-¿Lauren, estás ahí?
Silencio. Nadie me responde. Un escalofrío me recorre la columna y se enciende la luz. Ian encontró el interruptor.
La luz me deslumbra por unos instantes y pestañeo para poder ver. La habitación está vacía, excepto por un cuerpo.
Está tirado en medio de la habitación, sobre un gran charco de sangre.Tiene las manos encadenadas, y una profunda herida le surca la espalda, a la altura del pecho.
Me acerco corriendo, la tensión me oprime el pecho y los nervios hacen que mi mente se disperse y piense lo peor.
"Que no sea mamá, que no sea mamá..." Lo repito en mi cabeza como un mantra.
Le doy la vuelta al cuerpo, con mis manos temblando y veo su cara; la tiene llena de moretones y una gran herida le surca los los labios. Tiene una brecha en la frente y la herida de la espalda también se ve por delante. Lo han atravesado. Un suspiro sale de mi al darme cuenta de que es un hombre (no es mi madre uff).
La situación me ha dejado muy impactado, así que tardo unos segundos en darme cuenta de algo: conozco a la persona que yace muerta en mis brazos.
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¡Reacciona cuando te hablo!
AventuraMatías Patterson es un chico de 15 años que lleva una vida completamente normal, hasta que un día, su vida cambia totalmente. Cuando se sube a un avión con su madre y su hermano, algo se tuerce en el vuelo y varias personas desaparecen. Entre ellas...