Lisa no tan lista. En la búsqueda de una bruja

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Debía que escribir sobre brujas, para una dinámica donde me inscribí por voluntad propia, impulsada en una felicidad temporal por cual pasaba, que difícil. Miles de ideas se me pasaron por la mente, hasta escribí algo que podría decir que era ''púrpura''. Entonces me regañé un poco. ''La gente no quiere leer letras bonitas, quiere sentir a través de estas, disfrutar, conocer... infinidades de razones''. Entonces dejé morir en el word mi hermoso escrito... mi hermoso y vacío escrito; de preciosos, encantadores y macacos sinónimos.

Si quería escribir de brujas, debía hablar con una real, que me contaran cómo es la vida de una bruja. Agarré mi mochila, —esa de estampados hispters florales— mi cámara, porque pues... haber si sacaba unas buenas fotografías en el camino. Más que nada iba con la idea de que todo sería satánico; gallinas degolladas, cadáveres por ahí y ... hay me salí del tema. Una vez que llevaba lo que consideraba necesario para el viaje, salí. El sol estaba; bravo, fiero, odioso, quemador, fastidioso... quemaba como no tenían idea, —lo cuento para que sepan el sacrificio enorme que hice—. Llegué sudada a un lugar de esos que leen la mano y cartas.

«Pues deben ser brujas reales las que hay aquí» pensé.

La primera y única en recibirme fue una señora; gordita, con bata de dormir que quería hacer pasar por vestido, llevaba colgado en el cuello hasta el molcajete. Todo el local olía a mirra y decoraban el negocio muchas estatuas de señores en batas; era una moda en la tienda las batas y túnicas, y uno con pantalones negros —fui ridículamente vestida—. No me había arreglado para la ocasión. Me senté en una silla metálica, más dura que el mismo piso, por invitación de la señora de bata. Ella tomó asiento del otro lado de la mesa que había, tenía su bola de cristal... —bola suena feo, digámosle esfera— tenía su esfera y toda la cosa.

—¿Usted si es una bruja, verdad? Vera... quiero escribir sobre brujas reales, y necesito hablar con una de verdad.

—Nací con dones... dones que me dio Dios. No me considero bruja, solo servidora divina. Vamos a ver que hay en tu futuro, pequeña —respondió.

Me sentí triste, no era una bruja real la señora. Me leyó las cartas, pero me dijo cosas comunes, que a cualquiera le pudiera pasar y para colmó me cobró mucho dinero. Me dolió el alma en el momento de pagarle, pude comprarme un par de libros con ese dinero —pensé en irme corriendo sin darle nada—. Cuando me iba a fuera del local, —que parecía tienda de figuritas y velas— llegó una señora afligida. Rápido la atendió la señora con dones en bata, ignorando mi presencia. Y pues como ya me había sacado un ojo, aproveché hacerle unas fotos a sus estatuas. Buscándole el ángulo, jugando con la apertura para hacer más oscurito y tétrico el ambiente... Me salí del tema. Bueno en lo que tomaba fotos, la otra clienta lloraba, mientras decía de leperadas. Paré el odio, porque lo que propuso la señora de bata me pareció de brujas.

—Le voy hacer un amarre, para que ya no la engañe. Va ver como su marido deja su amante. También le va dar estos polvitos, póngalos en el té y comida, solo tendrá ojos para usted. Sin olvidar que debe prender siete velas rojas a diario hasta que se consuman, durante un mes.

«A la... le va tener que comprar muchas velas» pensé mientras escuchaba.

La señora hizo todo un espectáculo, uno que le costó a la clienta un hígado y dos riñones. Llevándose las velas y sus polvos se fue feliz. Y yo me retiré al mismo tiempo que ella. Toda enojada, pues en estos tiempos ser bruja es un negocio.

Mi búsqueda no se quedó ahí. Me fui alfacebook y en un grupo de wiccascontacté a una joven que decía ser bruja, hablé con ella por el chat muchas horas; tenían una creencia muy buena, a mi ver... Pues las wiccas son más llegadas a la naturaleza, respetan mucho a sus semejantes y bueno... son buenas. No entendí mucho eso del padre y madre, menos de los rituales que hacen. Sin embargo sonaba chido eso de hacer altares y danzar. Hasta en el youtubeme puse unas rolas de música wicca y me di un viaje. No obstante, seguían sin encontrar la bruja que quería. Debía conocer brujas reales, para escribir con más detalles sobre ellas. Me fui por un libro que se llama: El castillo vagabundo de Diana Wynne. Estuvo buenísimo el libro, me lo leí en menos de una semana. Ahí fue cuando me di cuenta que tenía una idea estereotipada de las brujas. Las películas y libros habían formado un concepto en mí sobre que era una bruja. Así que comencé a crear mis versiones de brujas, hechiceros y más.

Para mí, una bruja puede ser cualquiera persona que busque sabiduría; una conexión espiritual con la naturaleza, quien desee evolucionar, y dejar atrás su humano primitivo, —ese que nos planteó Charles Darwin—. Una evolución de uno mismo y mejorar en muchos sentidos. La sabiduría debe ir acompañada de humildad, honestidad y sobre todo: respeto a nuestros prójimos. Eso escribí para entregar.

Me di un descanso antes de mandar el texto, para revisar las fotos de mi cámara... Sin embargo, se me salió el corazón cuando vi una fotografía en especial. En una de las fotografías había salido capturado una fantasma, pensé que fue alguna luz en forma de cabeza pálida; y ojos negros saltones, cual se ocultaba detrás de las estatuas. Pero las pesadillas que llegaron después de ver esa foto me confirmaron que era un fantasma. Se me había pegado un fantasma por tomarle una fotografía. Me rasguñaba, me daba parálisis de sueño, me hablaba en un idioma que no comprendía; hasta en sueños le aventé la madre para que se largara. Me demoré en mandar el escrito que tenía. Necesitaba una bruja que me hiciera una limpia, que corriera a Juanito, —sí le puse nombre al fantasma— entonces...

Mentira, quería que diera miedo el relato, pero lo que si me va dar miedo es ver los lectores fuera de mi casa con antorchas en la mano. Y no lo dudo, leí en una noticia que un autor viajó para buscar una lectora que habló mal de su obra... solo viajo para pegarle. Así estamos.

¿Ustedes creen en las brujas?


Historia merecedora de la cuarta mención, escrita por RinMaichen para la categoría "Brujas".  

Antología: volumen I -Halloween Latino-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora