12 Citas ||n.h|| (PAUSADA)

Capítulo 07: Almohadas.

-¡Niall! ¡Harry! –escuchamos exclamar a mi madre mientras entrabamos por la puerta principal de mi casa, hechos un asco, literalmente.

-Buenos días… Mamá… -dije entrecortadamente gracias a los bostezos que se escapaban de entre mis labios.

-Hola, Maura… -habló Harry de la misma forma en la que yo lo había hecho.

-¿Qué les pasó, mis amores? –vino corriendo desesperada hacia nosotros, que ya nos habíamos tirado en los sillones que habían en la entrada. Posó sus manos en mis mejillas y me inspeccionó la cara cuidadosamente.

La imagen de la mujer que me había dado la vida, se volvía borrosa del cansancio que tenía. Pasó sus delicados dedos por los rulos de Harry, esta vez, revisando su rostro. Estábamos horribles. Pero horribles de espantosos.

-Pensé que se habían ido a la casa de Claire para ver películas durante la noche. –su tono sorprendido era obvio.

-Fuimos a la casa de Claire para la noche de películas. –mi mejor amigo se abrazó a mí, después de haberle contestado la pregunta a mi madre, acomodando su cabeza en mi hombro para descansar.

-¿En serio? Parecen borrachos, bebés. –si había algo de mi madre que me molestaba horrores, era que nos pusiera tantos apodos estúpidos.

-Fueron Jack y Jo… -las palabras se desvanecieron ya que mi mejor amigo se estaba quedando dormido.

-¿Quién? –preguntó mamá.

-Jack y Josh… los sobrinitos malévolos de Claire. –solté. De a poco, fui cerrando mis párpados.

-Llegaron temprano, mis amores. No es común ver a uno de ustedes despierto a las 8 a.m. ¿Dónde está la novia de Harry? –sacó un par de mantas del armario de la entrada y nos arropó con ellas, como cuando éramos niños.

-Harry insistió en dejarla en su casa… Pobre Lily. –acoté sintiendo el calorcito de las frazadas que cubrían mi cuerpo, y una parte del rostro de Harry.

-Duerman. –nos dio un beso en la frente.

Lo último que me acuerdo de eso, es que caí dormido, y nada más.

(…)

-Niall… -sentí como una ola de conciencia llegando a mí. –. Nialler… -mi nombre siendo hablado en susurros dulces, llamándome. –. Vamos, Horan. A levantarse, rubio… -pude distinguir la voz. Era Claire, intentando despertarme.

-¿Qué pasó? –empecé a restregarme los ojos despabilándome un poco. Acto seguido estiré mis miembros inferiores y superiores haciendo que la parte ósea de mi cuerpo sonara repetidas veces. Sentí ese placer característico de después de haberse sonado los huesos.

-Estuviste en coma durante tres años, Dios mío, Niall, ¡Estás despierto! ¡Dios bendiga a la virgen! ¡Mi querido Niall está despierto! –chilló tirándose encima de mí, pegándose en un abrazo desesperado.

Me sentí confuso.

-¿Qué? –logré articular sorprendido.

-¿Eres estúpido o te haces, Horan? ¡Tenes una cita en dos horas! ¡Me llama tu mamá, vengo, y te encuentro a ti y a Harry durmiendo plácidamente en el sillón! –me dedicó una tierna sonrisa y me ayudó a levantarme.

-Lo siento. –me disculpé volviendo a restregar mis ojos y bostezar.

-Ya está. Te entiendo. Anda a cambiarte. –me dio un beso en la mejilla y empezó con los intentos de despertar a mi mejor amigo.

Subí a mi habitación que ya estaba ordenada, limpia y había cierto olor a vainilla, y busqué ropa decente para la cita numero tres. Opté por unos jeans viejos, gastados, con unas Converse blancas que me había regalado Harry por mi decimo noveno cumpleaños, con una remera blanca y una camisa a cuadros azules y grises.