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—¡Lay! —Sehun exclamó aliviado—. Aquí estás.

—Ah, hola —su mejor amigo lo saludó pareciendo distraído, Sehun no le dio mucha importancia, a veces, Lay era así.

—He estado pensando en ti —Sehun confesó y soltó una suave exhalación, sus manos empezaban a ponerse frías—. Desde que llegamos casi no te he visto...

—¿De qué hablas? —su amigo preguntó pareciendo muy confundido.

—Lay, seamos novios —Sehun propuso con repentino valor.

Lay pareció concentrarse en la realidad por fin. Pronto empezó a reír con una mezcla de diversión y ternura.

—Eres tan bobo, deja de jugar —le pidió con un tono cariñoso.

Algo dentro de Sehun se fracturó y el enojo tomó posesión de su raciocinio. ¿En realidad su mejor amigo se había reído de su declaración? ¿Lo había rechazado llamándole 'bobo'?

—Estoy hablando en serio, yo ...siempre he estado enamorado de ti —afirmó el menor con seriedad, pero al decirlo, ya no parecía tan real y eso lo hacía enojar aún más. ¿Qué le estaba pasando?

La sonrisa de su amigo desapareció.

—Hunnie —Lay lo llamó con cariño, Sehun torció el gesto—, yo nunca te he visto de esa manera... eres como un hermano para mí.

—Ahora lo sé.

Sehun se alejó de su mejor amigo, retrocediendo unos cuantos pasos inseguros antes de girarse y marcharse a su habitación. Al entrar fue directo a su mochila; tomó sus pocas pertenencias que estuvieran por ahí y se la colgó al hombro.

Al salir a los jardines iluminados por el sol de la mañana, el estudiante se detuvo. Podía sentirlo; el demonio de rasgos finos que visitaba sus sueños por las noches también había sido su sombra durante los días.

—¿Por qué siempre estás detrás de mí? —Sehun preguntó con enfado.

Había dejado de temerle luego de que le ayudara a calmar sus pesadillas, incluso sentía un poco de simpatía por él, pero no estaba de humor para lidiar con nadie.

—¿Qué quieres? —siseó—. Lo que sea, tómalo. Solo quiero irme de aquí.

Sehun murmuró sus últimas palabras y se encaminó a la reja cerrada. Nunca se detuvo, siguió su andar hasta abrir un poco más la reja de por sí entreabierta y salió.

Salió.

La boca del demonio cayó abierta. Un miedo repentino, helado como el viento de la mañana, hizo estragos en su interior. Había visto a Sehun intentar salir repetidas veces todos los días junto a alguno de sus amigos y no lo habían logrado, pero ahora que estaba lastimado, la reja había cedido. Adoptó una apariencia humana y corrió detrás del humano al que custodiaba y protegía silenciosamente durante los días y las noches. 

Inesperadamente, él también fue capaz de poner el primer pie fuera de los dominios del castillo, aunque no pudo moverse más y en parte se sintió aliviado, tenía miedo de salir al mundo exterior. ¿Qué habría allá? ¿Podría volver a su hogar si se alejaba demasiado? Miró la vieja fortaleza con un gesto de angustia e indecisión y luego miró hacia el espeso bosque, ya no divisaba a Sehun, ¿y si le pasaba algo malo? ¿y si se perdía? ¿y si no podía verlo nunca más?

Luhan jadeó y luchó contra la fuerza que lo retenía hasta que por fin pudo salir para ir tras él.

—¡Sehun! —el demonio lo llamó con su voz cantarina una y otra vez, mientras se adentraba en la casi completa oscuridad. Continuó llamándolo hasta que accidentalmente chocó con él.

MONSTRUOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora