CAPÍTULO 8.

105 4 0
                                    

- Estás guapísima, hazme caso, lo sencillo gusta.- Me dijo Eider.

- No quiero estar "guapísima", quiero estar normal, pues como soy yo. Además no tengo tampoco mucho interés en esta cita, ya te he dicho antes que yo no quiero estar aquí.- levanté las cejas y ella asentía como si lo que le contara no le interesase.

- Ya bueno, eres tonta. Encima que tienes una cita, no te quejes.- contestó. Decidí callarme y no decir nada más.

Nos encontrábamos en la habitación esperando que se hicieran las 12:00. Faltaban 10 minutos, estaba muy nerviosa, seguro que me quedaba bloqueada y no me salía hablar. Me encontraba más nerviosa que cuando iba a alguna entrevista de trabajo.

Nunca había tenido ninguna cita, iba a ser la primera en toda mi vida.

Con mi ex-novio salía pero como amigos, hasta que un día nos besamos, entonces comenzamos a tener algo y al final se convirtió en algo serio.

Era el ex de Olena, si, enserio. Quedaron como amigos y salían en ese plan, cuando le dije que nos habíamos besado a ella le dio igual, ya que ellos mantenían únicamente y básicamente una relación que se basaba en la amistad. Cuando el me dejó...no quiero pensar más en ello...

- Bueno, me voy.- dije nerviosa abriendo la puerta.

- Suerte.- me guiñó el ojo.

Le dije "gracias" y salí de la habitación, no había nadie por los pasillos, solo unas cuantas criadas.

Bajé por las escaleras y en la planta baja me encontré con Yael, sonreí al verle.

- ¿A dónde vas tan guapa?- preguntó mirándome fijamente.

- A la cita con Bastian...- le contesté cortante.

Me daba mucha vergüenza hablar con el.

Su rostro se volvió serio.

- Disfruta...- volvió a sonreír de manera educada.

- Vale, bueno me voy, que no quiero hacerle esperar mucho...- dije mirando al suelo.

El me imponía, me daba mucha vergüenza tenerlo delante.

El asintió con la cabeza sonriendo y se marchó, yo hice lo mismo.

Una vez que llegué a la parte trasera del jardín me puse a buscar a Bastian con la mirada.

Alguien me tapó los ojos.

- ¿Me buscabas?-

Cogí las manos de la persona y las aparté de mi cara, me di la vuelta para saber quien era. Todavía no me había familiarizado con las voces.

- No, que va...Buscaba al cocinero porque quería darle la enhorabuena por el bizcocho que ha preparado para desayunar.- dije de broma y luego me puse seria.- ¿tu qué crees?- pregunté cortante.

No estaba entusiasmada por aquella cita y quería que se notase que no estaba loca por estar ahí.

- ¿Te pasa algo?- dijo serio.

- No.

Madre mía, había sido una broma. Si que se lo ha tomado mal...

- Veo que no estás dispuesta a contarme lo que te pasa, menos mal que he traído una cosa para conocernos mejor y que te abras más a mi.- dijo cogiéndome de la mano y acercándome a un banco que había por ahí.- Consiste en hacernos preguntas, pero por si andamos escasos de imaginación...¡He traído esto!- dijo sacando de debajo del banco una caja.

Nos sentamos y me la tendió. La caja era muy bonita, era azul y con lunares, la abrí para saber que contenía. Había muchos papelitos, los cuales eran preguntas.

El baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora