Designer Min [Yoonmin] HIATUS.

08

La alarma sonó y Jimin se despertó de su delicioso sueño y sonrío soñoliento,sabía que el día había llegado. No había podido dormir de los nervios y emoción de volver a hacer lo que más le gusta; Modelar. Y qué mejor que hacerlo siendo imagen del gran Min YoonGi. La persona que jamás pensó que algún día iba a ser su jefe.

Había visto al señor Min en el desfile de su antiguo jefe Kim SeokJin y había quedado muy sorprendido de lo elegante,educada y cómoda que era su presencia aunque se le veían aires de ser demasiado serio,cosa que fue olvidada el día que lo fue a buscar a su oficina por primera vez, ese día se dio cuenta que él era la persona más generosa que había conocido.

Salió de su cama para ducharse y alistarse para dirigirse a el edificio Min, estaba emocionado cual niño al enterarse que lo llevarían a jugar a su parque favorito, se colocó sus mejores ropas, su mejor maquillaje y se hizo su mejor peinado. También había retocado su tinte y su rubio cabello se veía impecable.

—¡Mochi! ¿Ya estás listo?.

Esa era la voz de su abuelo Park HeeJae, su salvador, la persona que lo está ayudando a cumplir sus sueños,la única persona de la familia que lo apoyó después de confesar su homosexualidad y su gusto por el modelaje. Su linda pasita abrazable.

—Ya, listísimo.

Se sentó en el comedor viendo el desayuno especial que le había preparado. Le había preparado Hotcakes especialmente para él y enfrente estaba un pequeño letrero donde estaba escrito "¡Mochi! ¡Figthing!". Y Con una gran sonrisa degustó los alimentos.

—¿Te ha gustado la sorpresa, pequeñín?.— El hombre de la tercera edad entró desde la puerta trasera.

—Muchísimo, abuelo.—Musitó con una gran sonrisa en el rostro que cambio por una de regaño al ver el overol del anciano lleno de tierra y hojitas.—Pero ¿Por qué está trabajando en el jardín desde tan temprano?

—Oh,Jiminnie, desperté de tan buen humor hoy que quise regar las flores lo antes posible y cortar el pasto, ya sabes hacer lo que tanto me gusta.

Al terminar de escucharlo sonrío y fugazmente recordó que era la hora de su cita e iba tarde.

—¡Oh dios, ya es hora!.—Con rapidez se paró para darle un abrazo de despedida a su abuelo.

—¡Mucha suerte, Jiminnie!.

—¡Gracias abuelo! ¡Nos vemos!.—Gritó y cerró la puerta para correr por un taxi.

—Ay,ese chico es mi nieto.—Río mientras sonreía.