03.

11.7K 1.7K 742
                                    

- ¿Eso es lo que te tiene angustiado?

- Sí. Bueno... en parte - Jimin titubeó, meneando la cabeza de hombro a hombro. - Lo que pasa es que, cómo sabes, se acerca la fecha en que nos hicimos novios y quería prepararle algo lindo en mi casa si acepta mudarse conmigo.

- ¿Y porqué no me dijiste eso en la cafetería?, ya estaba pensando que eras estéril o algo así - Bufé, disimulando mi tristeza con irritación mientras apretaba las manos en puños y lo miraba fijamente.

- Había demasiada gente y se supone que es sorpresa, ¿Qué tal si había algún chismoso por ahí dispuesto a arruinarlo todo? - Dijo como si fuese obvio, levantándose de su lugar y caminando hasta la puerta para asomarse levemente hacia afuera. - Aún tengo mis dudas...

Jimin siempre fue muy detallista, le gustaba buscar cualquier excusa tonta para darle algo lindo a Roxana y hacerla feliz. Lo malo de todo esto es que ella y yo tenemos gustos muy similares, entonces cada vez que él llegaba con un obsequio, no era sólo Roxy la que se emocionaba como idiota y quería llenarlo a besos. Esta vez no era la excepción, tanto Roxana como yo estábamos perdidamente enamorados de Jimin y estoy cien por ciento seguro de que la chica no dudaría ni medio segundo en aceptar su propuesta, pues yo no lo haría.

- En fin... ¿Qué opinas? - Jimin se giró a verme con una sonrisa y empezó a jugar con sus anillos nuevamente, dando una clara señal de lo nervioso que estaba en esos momentos. - ¿Debería llevarla a cenar o quizá a acampar en...?

- ¡No lo sé! - Exclamé de repente, alzando las manos al aire cansado de escucharlo decir todo aquello que me gustaría y fuera para mi. Su gesto cambió repentinamente a uno de sorpresa y permaneció estático en su lugar, mirándome confundido.

- ¿Taehyung estás bien?

Mis labios se apretaron con fuerza en una línea delgada. Ya estaba cansado de sonreír falsamente cuando su magnifica relación avanzaba mientras yo me quedaba estancado en el mismo lugar, mirándolo progresar y aplaudiendo a sus logros desde las sombras de un amor no correspondido.

Ya era hora de dar un paso adelante yo también, quitarme ese ladrillo de los pies y continuar con lo que sigue.

- No... No estoy bien - Confesé en un tono de voz apagado, suspirando con cansancio antes de atreverme a mirarlo. Su gesto de preocupación fue tan grande y sincero que no pude evitar sentir un pequeño hormigueo ansioso en mi espalda, con esas típicas ganas por tomarlo de los hombros y abrazarlo fuertemente contra mi pecho. - Necesito decirte algo

- Vamos amigo, no me asustes de esta forma - Se quejó con angustia - ¿Qué sucede? - Caminó hasta mí y se sentó en el pupitre de al lado, apoyando un codo contra la mesa y la barbilla sobre la palma de su mano.

- Sólo prométeme que no me abandonarás después de esto, ¿sí? - La angustia teñía cada una de mis palabras y trague con esfuerzo el nudo de nervios en mi garganta mientras el gesto de Jimin se suavizaba.

- Taehyung, si no te abandoné por manchar con salsa de tomate mi camiseta favorita no hay nada más en el mundo que me de motivos para hacerlo. - El chico rió mirándome y sonriendo un poco mientras yo rodaba los ojos con diversión al recordar aquel día. - Somos mejores amigos, los mejores amigos son como familia... Y la familia nunca se abandona ni se olvida, ¿recuerdas?

- Sí, sí, como dicen en Lilo y Stich. Pero necesitaba preguntarlo de todas formas - Suspire aliviado ante sus palabras y sacudí un poco mi cabeza, preparándome mentalmente para la confesión más grande de mi vida. - ¿Jimin Park?

- ¿Sí?

- Me gustas.

El silencio que reinó la habitación después de eso fue algo abrumador, con una tensión sutilmente incómoda en el aire que poco a poco se volvía más grande. No quisiera imaginarme que hubiese pasado si le confesara que llevo enamorado varios años y hasta e escrito algo de música pensando en él, seguro me hubiera considerado como un maldito loco obsesionado.

- Tae, Taehyung... yo

- Ya sé, Ya sé... - Lo interrumpí a los pocos segundos. Sabía con exactitud cuales serían sus amables palabras para rechazarme y sinceramente, prefería ahorrar todo ese tiempo de explicaciones y disculpas para poder utilizarlo de mejor forma llorando en casa a solas. - Creeme que sé cuales serán tus palabras exactas y me parece mejor dejarte ahorrar saliva, tranquilo

- Eres un gran chico Taehyung - Jimin sonrió en mi dirección, levantándose de su asiento y jalándome de la muñeca para poder darme un fuerte abrazo de cariño - Sabes que no puedo corresponderte y lo siento mucho, pero te aseguro que pronto llegará alguien que si podrá hacerlo y te amará de esa forma loca y desbordada en la que yo jamás pude, perdóname... ¿Sí?

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas por sus disculpas nerviosas, rápidamente envolví mis brazos en su abdomen para abrazarlo con más fuerza y luego apoye mi frente contra su hombro, llorando silenciosamente mientras él me frotaba la espalda como niño pequeño intentando tranquilizarme.

- De verdad, lo siento...

- Está bien - Murmuré con la voz quebrada, intentando disimular mis lágrimas antes de apartarme y pasar las manos por mi rostro. - Ya sabía desde antes que lo nuestro es algo imposible, sólo qué... No contaba con que serías tan amable y comprensible - Confesé con sinceridad, encogiendo los hombros.

- No sé si ofenderme o sentirme halagado - Jimin rió un poco.

- No lo digo en mal sentido, tarado - Lo empujé con diversión, ahora riendo ambos. - Hay... Hay que salir de aquí

- Estoy de acuerdo contigo.

Después de esa escena, ambos salimos del salón y Jimin se encaminó a casa mientras yo me quedaba a rondar por los pasillos de la escuela unos cuantos minutos más, perdiendo algo de tiempo en lo que mis ojos rojos volvían a la normalidad.

Para ser sinceros, creo que mis pies caminaron en automático pues cuando menos me lo esperaba, ya estaba en el salón de música, yendo directamente al violín.

Amor entre cuerdas. | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora