09// Jungkook

9.5K 1.4K 162
                                    

Mi cabeza no lograba salir de la misma pregunta, parecía haberse quedado estancada.

– Humm...

Llevaba apróximamente veinte minutos parado frente al mismo estante en el supermercado y Yoongi (mi compañero de casa) ya se había cansado de esperar, así que empezó a jugar con el carrito de compras como si fuese un patín.

– Jungkooook — Chillaba el chico de cabello color menta, dándose unos cuantos golpes en la frente contra el carrito. – Sólo toma unos y ya, ¿Quieres?

– Lo dices como si fuera algo sencillo, ¿Y si me equivoco? — Alegué con preocupación, echando otra mirada rápida a la infinidad de post-it colgados en el estante. – Estos mini papeles son muy importantes, los utilizaré para las notas

Yoongi se terminó recostando de forma extraña sobre el carrito mientras me dirigía una mirada con más interés. – ¿Las notas de tu amado violinista?

– Exacto, justo esas - Tomé un par de post-it morados y se los mostré. — ¿Morado fuerte o lila?

– Jungkook, jamás has hablado con la persona detrás del violín, ¿Cómo piensas saber cuál es su color favorito?

Rodé los ojos ante su comentario y devolví los post-it a su lugar, tomando unos color amarillo. – Creo que esto podría servir...

Yoongi soltó un pequeño gruñido y volvió a quejarse.

– ¡Pareces chica escogiendo ropa!

Le mostré los objetos en color verde e hizo una mueca de disgusto, yo asentí ante su comentario silencioso y me giré nuevamente al estante para seguir viendo, haciéndolo suspirar rendido.

– Debe ser un color lindo que no haga referencia a ningún sexo y que a la vez, represente a ambos... —Medité con toda la seriedad posible, luego tomé un paquete de post-it anaranjados y se lo mostré a Yoongi. – ¿Qué opinas?

  El chico subió y bajo los hombros con desinterés.

Aquella no era una respuesta clara, aunque en realidad las respuestas de él jamás eran claras, así que utilicé como referencia el hecho de que esta vez no había hecho ninguna mueca y segundos después tomé cuatro paquetes de post-it anaranjados,  arrojándolos al carrito.

~*~

  Aún me quedaba un poco de uña antes de llegar a morder la cutícula, así que todavía podía pensar lo que escribiría unos diez o quince minutos más. La pluma negra daba pequeños recorridos alrededor de mis dedos mientras mis ojos se entrecerraban en concentración y mis labios hacían un leve puchero. 

 ¿Qué podría escribirle a mi amado o amada violinista en su primera nota decente?

 Había mil y un cosas que me gustaría decirle, y mil y un millones de cosas más por preguntarle, ¿cómo sabría por donde comenzar?

 – Oye, niño... Deja eso un rato y ayúdame a organizar las compras 

– Un momento Yoongi — Respondí ante la petición del mayor, empezando a escribir unas cuantas letras en el post-it – Esto es algo importante... 

 El chico asomó su cabeza por el umbral de la cocina y rodó los ojos al verme tan concentrado.

– No entiendo de dónde te salen las ganas para seguir asistiendo a la escuela después de clases... — Se quejó mientras comenzaba a acercarse, pateando unos cuantos objetos en el suelo para abrirse camino. – Tus tutorías ya acabaron, ¿A qué vas?

– Sabes perfectamente a qué voy, Min. — Lo fulminé con la mirada. – Además, no es nada nuevo que me quede, ¿Porqué tanta queja de repente? — Terminé de redactar el mensaje y dejé las cosas de lado, observándolo con curiosidad.

 Yoongi se sentó junto a mi y tomó el post-it con la nota, suspirando un poco antes de devolverla a su lugar. – Mira Kook... — Empezó con tono suave, y de pronto me pareció oír a mi madre – Sabes que yo solo soy tu compañero de casa y no te puedo obligar a hacer o decir nada, pero creo que eso de quedarte una hora más todos los Martes después de clases solo para escuchar un violín, no es normal

 – ¿A qué te refieres? — Ladeé la cabeza, tanto preámbulo no me dejaba nada claro.

 El silencio reinó por unos segundos mientras él hacia muecas raras.

– Eh... Me refiero, — Carraspeó la garganta un poco incómodo – A que quizá no solo te atraiga el violín y la música, ¿entiendes? 

– La verdad no, — Respondí con sinceridad, rascando mi cabeza despistadamente mientras él gruñía en queja y se relamía los labios pensando qué decir.– ¡Ya déjate de rodeos y dime! — Chillé ansioso.

– ¡Me refiero a que quizá  te gusta la persona del violín, no el violín mismo! 

 Quedé estático por unos segundos ante su propuesta, Yoongi negó varias veces al ver mi reacción y volvió a suspirar, esta vez con un poco más de paciencia. 

– No digo que sea cierto, pero quizá es una posibilidad — Se levantó de su lugar, sacudiendo sus pantalones – Sólo piénsalo, ¿quieres? — Y dicho esto, me dio un pequeño apretón en el hombro y desapareció de mi vista.

 En realidad, jamás había pensado en eso. Sólo sabía que había descubierto un gran gusto por la música de violín y listo pero... ¿Y si Min YoonGi tenía razón?, ¿Y si mis notas y nervios de cada Martes no sólo eran por el violín?

 – Oh mi querido o querida violinista... — Murmuré al cabo de poco, tomando la nota entre mis manos. – ¿Será cierto que me gustas?

 A este punto ya no sabía que pensar. Sólo sabía que me encantaba ese violín y me tenía completamente adicto a su música, adicto a la curiosidad por saber de quién se trataba aquél misterioso personaje y adicto a las ganas de demostrarle lo mucho que se merecía cada una de mis notas. Porque la melodía de aquél violín era tan perfecta, que ni siquiera la mejor orquesta de Broadway le podía hacer la más mínima competencia.

Amor entre cuerdas. | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora