Capítulo Uno

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Viernes 5:30 a.m

Todo el mundo dormía mientras yo me preparada para ir al instituto, era lo de siempre.

Despertar, bañarme, cambiarme, ir por Eduardo, Diana y Deily, llegar al instituto y ver las mimas caras de siempre.

Ese patrón se repitia una y otra y otra vez.

Cerré la manija del agua caliente y cogí mi toalla para enrollarme en ella.

Se me hacia demasiado tarde, tenía que estar ahí a las 6:00 a.m, y todavía me faltaba ir por los chicos, lo bueno es que viven a dos cuadras.

Amarre las agujetas, cogí la mochila y salí corriendo de la casa.

-¡Buenos días, Karen!- la señora Peggy, una vieja de 70 años, sola y con muchos gatos me había saludado como era costumbre, siempre me veía como salía como loca para llegar al instituto.

-Buenos días, señora- me detuve — ¿Y sus gatos?-

La verdad me valía cien hectáreas de mierda su vida, pero vamos ya esta vieja.

-No lo sé, tal vez estarán cazando animales para dejarlos en la sala- reí— Me dan paros cardíacos ver cadáveres de pájaros, grillos y mariposas-

Pobre señora.

-Bueno señora, debo ir por mis amigos- me despedí de ella y seguí mi camino

Había poca gente levantada, señores con trajes y maletín, adolescentes con sus uniformes, y señoras haciendo ejercicio, lo normal.

Lo que distrajo mi atención fueron varias patrullas y una ambulancia, lo más probable es que alguien intento robar una casa o algo así.

¿Pero por qué la ambulancia? No quiero pensar lo peor, y suponer cosas.

Todas iban a casa de Eduardo.

Corrí lo más que puede y las patrullas rodeaban la casa de Eduardo junto con las ambulancias. Repito, lo más probable es que le hayan saqueado la casa ya que es muy lujosa y un ladrón se haya herido.

Me acerqué más y pude notar como la gente estaba preocupada por lo que estaba sucediendo, ¿Pero por que algunos lloran?. Me fui acercando más hasta ver a la mamá de él.

Llorando.

Mi corazón empezó a latir más, y mi estómago estaba revuelto, ¿Por qué Eduardo no sale? Solo están sus padres abrazándose.

Mierda, mierda, mierda.

Una camilla con una sábana blanca cubriendo un cuerpo salió de la casa, haciendo que todos los vecinos se preocupasen más.

—¡Karen!— Diana se acercó corriendo a mi con lágrimas en los ojos— ¿¡Por qué él!?.

No entendía nada, me quede inmóvil mientras ella me abrazaba y lloraba en mí.

¿Qué sucede? ¿Por qué todos lloran?

-Habiendo gente mala, ¿Por qué justamente él?-

-¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?- mi vista se empezó a nublar. Era obvio que había pasado.

-Ed... Eduardo, lo encontraron...- y volvió a abrazarme mientras lloraba más fuerte, sin terminar de decirme que pasó.

Deily se acercó a nosotras llorando.
La chica ruda del cuarteto ¿llorando?

-Si es él... Su mamá ya reconoció el cuerpo- ambas chicas no paraban de llorar, se habían tirado al suelo mientras se abrasaban una a la otra.

No logró creer que ha pasado.

-¿Y Eduardo?- pregunté con esperanza para que me dijeran que estaba en el baño.

-¿¡Qué no logras entender la situación!? ¿¡No te basta ver a todos sufriendo!?-

Diana seguía llorando en la carretera, Deily ya se había parado para golpearme.

-¡Basta chicas!, no es el momento...- retrocedí tres pasos, observando la escena que estaba frente a mi.

¿No había reaccionado en todo este tiempo?

-Eduardo ¿está...- y antes de que pudiera terminar Deily me interrumpió

-Muerto- Mi vista se empezó a nublar, no podía creer esto.

¿Eduardo estaba muerto? Hace un par de horas él estaba bien...




¿Por qué Eduardo se suicidó? [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora