Capítulo 49

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Maxi.

Me acerqué a él y una sonrisa se formaó en sus labios.
Juro que va a arrepentirse de lo que acaba de decir. Lo juro. 
Le doy un puñetazo en la mandíbula, lo cual es un error, pero no puedo pensar.
La multitud se acerca a nosotros y jadea y escucho a Paula gritar.
Pero no quiero calmarla. El comentario de Jace se repetía una y otra vez en mi cabeza, aumentando mi furia.
Jace se desmorona en el suelo agarrando su mejilla.

-Cobarde. -Dice, limpiándose la sangre que gotea de su nadiz. 

Golpeo mi puño hacia él de nuevo, pero esta vez lo esquiva y golpea su puño en mi costado.
Trato de no gritar.
Escucho a Paula  llorar y gritar desesperada, pero no quiero parar. Quiero que se arrepienta de haber dicho eso acerca de mi hermano.
Odio cuando me hablan de Cody.
Odio cuando hacen el más mínimo comentario acerca de su muerte.  Golpeo mi puño en su cara una y otra vez, viendo rojo, sólo rojo y más rojo. Alguien trata de separarme, pero los empujo repetidamente. No sé cuánto tiempo transcurre mientras continúo golpeándolo.
Finalmente alguien es capaz de apartarme de él. 
Mis nudillos dolían, pero quería seguir.
PAULA  se acerca a mí y abre la boca, cuando vemos las luces rojas y azules que me traen de vuelta a la realidad cuando un oficial de policía coloca esposas en mis muñecas.
Soy empujado hacia adelante, cayendo sobre mis rodillas al suelo.

-MAXI, no. ¡MAXI!
-Dice Paula  pero apenas puedo mirarla.
  -Apártese, señorita.

-Le grita un policia.

Me suben al auto y veo por la ventana lo que causé. Jace seguía tirado en el suelo, su cara estaba ensangrentada e hinchada.
Pero no me importa. 
Que se arrepienta de lo que dijo.

  ~*~ 

No me importaba estar en la cárcel después de lo que había hecho. 
Vine a las carreras con Angela, como todos los años.
Supongo que este lugar nos recuerda a Cody y nos trae paz.
No tenía idea de que esta noche terminaría así.
Cuando vi a Puala  acercarse a mí, me preocupé. Este lugar es bastante peligroso y ella estaba sola. No me hubiese perdonado si algo le hubiese pasado.  Acá hay muchos hombres irrespetuosos que les gusta las chicas como Paula . La idea de que caminó todo esto sola, seguramente ignorando comentarios, me molesta y me preocupaba al mismo tiempo.  Sólo me preguntaba qué hacía allí.  Ella perdió el control y me gritó muchas cosas horribles, que sólo demostraban una cosa:
No confía en mí. Pensé que con ella era diferente, pensé que ella si creía en mí y pensaba que había cambiado. Cuando nombró a Jace y después cuando lo vi con él, quise matarlo.

Me molesta tanto que esté con él. Jace no es un buen amigo, ni un chico en el que ella pueda confiar. 
Y me preocupé. Estaba completamente sola allá.

Espero que haya llamado a alguien o que haya vuelto a casa sana y salva. 

Un oficial me dejó salir y cuando salí y vi a mi madre, no llevaba la sonrisa que siempre tenía al verme.

Tuve que llamarla a decirle que me sacara de aquí y simplemente me sentía estúpido.

  En el auto me dijo que estaba decepcionada de mí y también me preguntó qué estaba haciendo allá. Ignoré su pregunta, no quiero hablar del tema, no quiero hablar de Cody.  Llegamos a su casa y sólo tenía en mente llamar a Paula . 

Aunque estaba dolido por todo lo que me había dicho esta noche.

Pero necesitaba saber que estaba bien. 
Cuando entré a casa, vi a mi padre sentado en el sofá y tantos recuerdos vinieron a mi mente.
  Cuando llegaba tarde a casa y me regañaba.  Cuando me culpaba de todo lo que pasaba.  Cuando me gritaba diciendo que no servía para nada. 
Cuando me decía que yo tendría que estar en el lugar de mi hermano.  Cuando me pegaba. 
Siempre que llegaba a casa, él estaba sentado en ese sofá y me asustaba, porque sabía que lo que venía no era bueno. Años después, ya no sentía nada. Supongo que me acostumbré a todo.  Sacudí la cabeza sacando los horribles recuerdos.
Él estaba sentado en ese sofá, pero esta vez era diferente.
Él no se levantó a regañarme. 
Él no se levantó a decirme cosas horribles diciendo que debería estar muerto. 
Él tampoco se levantó a pegarme. 
Él sólo estaba ahí, mirándome. 

-Perdón. -Digo, intentando no mirarlo, ni a él, ni a mi madre. 
-No respondiste mi pregunta, Maxi .¿Qué hacías en ese lugar?
-Insiste mi madre.
-Voy todos los años a ese puto lugar.
-Dije seco. 
-¡No me hables así!
-Gritó mi madre. 
-Ya, detente.
-Le dijo mi padre a mi madre y sentí mis manos sudar cuando me miró

- Maxi, ¿qué te hizo ese chico?
-Dijo que no correría con él porque tenía miedo de morir como hermano. -Dije y él abrió los ojos. 
-¿Le diste una buena paliza? 
-Le di una muy buena paliza.
-Dije, orgulloso.  ---------------------------------------------

Paula . 

Estaba sola entre la multitud de gente. Se habían llevado a Maxi.

  No me importó ver a Jace ahora.

Es un imbécil y lo merece. 

Empecé a caminar a mi auto ignorando todas las miradas de la gente, que me vieron llorar y gritar que pararan, mientras todos eran felices viendo la pelea.

-Hey, tú.
-Dijo alguien y volteé. Viendo a la chica que me hizo decirle todas esas cosas tan horribles a Maxi. 

-¿Dónde está Maxi?
-Pregunta buscándolo con la mirada.

-¿Qué no viste la pelea?
-Ella niega con la cabeza
- Se lo llevó la policia.
-Dije con la voz entrecortada.
  -Ah, Maxi .
-Suspira
- Tan problematico como su hermano.  Subo al auto ignorando lo que dijo.  Me dejé controlar por mis celos hoy, causando todo esto.

No tendría que haber venido. ¿Por qué siempre lo arruino todo? 
Me arriesgué a venir por un imbécil. Nunca había visto ese lado de Jace. Pero como dice mi madre,
"Uno nunca termina de conocer a las personas".
Sólo pensaba en Maxi y en cómo estará. 
Afortunadamente cuando llegué a casa, no había nadie. 
Tiré las llaves del auto y subí a mi habitación. 
Me tiré en mi cama y empecé a llorar. De alguna manera u otra siempre perjudicaba a Maxi. 

Tengo que hacerlo feliz.

Tengo que hacerlo saber que confío en él.  Sé que Maxi confía en mí y él si hace todo lo posible por verme feliz, por seguir intentándolo.
Yo no le doy lo mismo.
Sentía un horrible vacío y sólo quería dejar de llorar. 
Agradezco tanto que ni mi padre, ni Ryan, ni Nicolle estén aquí.
No estoy para dar explicaciones y mucho menos recibir un castigo por salir sola en mi auto. 
Mi móvil empezó a sonar pero lo ignoré, no quería hablar con nadie ahora. 
El maldito móvil siguió sonando y sonando, me levanté y lo cogí.

  Era Maxi.  -¡Maxi ! ¿Cómo estás? ¿Dónde estás? Maxi yo..
-Estoy bien.
Sólo llamé para asegurarme de que estás sana y salva en casa.
-Dijo frío y eso me asustaba.
-Sí, lo estoy.
Pero Maxi, ¿podemos hablar? Por lo de hoy, yo lo sien...

-No, Paula . No quiero hablar.
-Dijo seco y colgó. 
Estampé el móvil contra la pared, cómo si con eso me fuese a sentir mejor.

Eres Mi PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora