Epílogo

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Verano del 2014. 

He pasado los mejores meses de mi vida, al lado de mi familia, mis amigos y por supuesto, el chico que más quiero.

Para empezar nuestro verano, se nos ocurrió ir a la famosa casa en la playa de Erick, pero esta vez Ryan y Lindsay nos acompañarán. Sólo será un fin de semana. 

Maxi  agarraba mi mano mientras los chicos subían las valijas a la camioneta. 
-¿Y? ¿Creen que pasará algo malo en mi casa de nuevo?
-Dijo Erick burlón.  Oh, esa casa. Miles de recuerdos que nos llevan a finales no muy felices, pero esta vez será diferente.

Lo sé. 
-¿A qué te refieres? -Preguntó Ryan confundido.
-Oh, largas historias.
-Dijo Maxi riendo y me dio un beso en la mejilla.
-No puedo creer que me escondieron tantas cosas. Por Dios, no soy tan gruñón. 
Todos volteamos a verlo y luego soltamos una carcajada. 
-¡Lo digo en serio! -Reclamó mi hermano. 

En los últimos meses he estado bastante concentrada en la escuela. Una escuela donde ahora me puedo sentir en paz.

Melody y sus amigas dejaron de molestarme, ni siquiera me miran y eso lo disfruto muchísimo.

He visto a Jace algunas veces y es como si nunca hubieramos hablado. Aunque es mucho mejor así.

Lindsay y Danielle siguen siendo las chicas que no se pueden separar de mí. Todavía hacemos esas pijamadas en mi casa (a las cuales Ryan ha querido participar). 

Nicolle sigue siendo esa maravillosa mujer con la que mi padre decidió casarse. Aunque antes odiaba la idea, me encanta que él haya empezado de nuevo y esté feliz. Lo merece. 

Mi padre sigue ahí, apoyándome. Soy la chica más feliz del mundo sabiendo que el hombre más importante de mi vida está conmigo.  Ryan y yo a veces discutimos, pero definitivamente, no como antes. Él se ha vuelto mucho más comprensivo y me alegra decir que somos tan unidos como antes. Es un imbécil, pero lo amo. 

Y con Maxi... Con Maxi
todo ha ido perfectamente bien. Sigue siendo el chico que siempre está ahí para escucharme y robarme una que otra sonrisa.

La semana pasada recibió una hermosa noticia:
su madre está embarazada.

Nunca lo había visto tan feliz, nunca. Maxi es una gran e importante parte de mi vida y no sé qué haría si algún día esto termine.

  Maxu y su padre lo siguen intentando, es algo difícil, pero ahora están más unidos.

-Pequeña, ¡vamos!
-Dijo Maxi  sacudiendo mi brazo.  Sacudí mi cabeza saliendo de mis pensamientos y me subí a la camioneta con él. 
No sentí el viaje largo.

Bueno, si te quedas dormida en los brazos de tu novio, no lo sentirás, ¿no?  Aunque fue algo difícil quedarme dormida con los chistes de Danielle y las carcajas de Lindsay. 
Y ahí estaba esa casa.

La casa donde sucedieron tantas cosas. 

-La última vez que vinimos no estabas muy bien, ¿lo recuerdas?

-Dijo Erick y yo asentí con la cabeza.  Fue horrible.
Ni siquiera quiero recordarlo. 

Miré a Maxi y él me tomó de la mano.  -Lo que importa es el presente, hermosa. No importa qué pasó, sigo aquí.  Sonreí y lo abracé. 

-Siempre me haces sentir tan bien, Maxi.

-Sí, te hace sentir muy bien.

De muchas maneras, ¿no?
-Dijo Danielle burlona.

  Sentí que mis mejillas se calentaban y giré rápido mi cabeza para no tener que verlo después de ese comentario. Él sólo reía a carcajadas.  Odio a Danielle. 

Sentí que Maxi  soltaba mi mano y empezaba a caminar a la playa. Sin dudarlo, lo seguí.

-¿Y ahora qué te pasó? -Dije abrazándolo por detras.  Él volteó y me miro serio. 

Sabía que algo no estaba bien y me asustaba.

  -Tengo que hablar contigo.

-Dijo, asustándome más.

Parecía triste y mi estomago se apretó. 
Esa es la oración que más odio en el mundo, y la odio mucho más cuando viene de él.  Lo miré fijamente y él entendió, viendo el horror de mi cara, sabiendo que sólo necesitaba que terminara la maldita conversación rápido.

  -Paula , yo..

-Susurró mientras sus largos dedos metían un mechón perdido de mi cabello detrás de mi oreja.

  -Maldita sea, Maxu. Habla.

-Dije en un susurro.

-Después de esto, me iré con los chicos a California. Mira, están haciendo muchos festivales allá y Michael consiguió que tocaramos... Sólo serán dos meses.

-Maxi , ¿dos meses?
-Tomé una respiración profunda tratando de evitar las lágrimas. 

No quería sentir ese horrible vacío que sentí la última vez que fue. Maldita sea, no podía estar lejos de él dos meses.
Él apartó su mirada y su agarre en mi mano se apretó.

-Lo sé, pequeña, lo sé. Pero es lo que me gusta, necesito irme.
Sé que será genial. 
-Sí, seguro que sí.

-Dije soltándome de su agarre y empecé a caminar lejos de él.
-¿Pero sabes?
-Gritó mientras yo seguía caminando. -¡No quiero saber nada, Maxi! Sí, es lo que te gusta y lo pasarás muy bien. ¿Qué más me quieres decir? Sólo vete y disfrútalo...
-Dije sin ni siquiera voltear. 
-Sabía que no podía estar lejos de ti dos meses, Paula .
Por eso, hablé con tu padre.

Volteé y él seguía ahí, mirándome con una sonrisa. 

-Nos vamos el lunes.

No podía creer lo que acababa de decir. Este chico es increíble.

  Me acerco a él corriendo de la emoción y sus brazos me rodearon y me empujaron suavemente a su pecho. 

Él tomó mi cara entre sus manos y borró mis lágrimas con sus pulgares.

-Eres una pequeña dramática.
-Dijo cerca de mi cara.
-Oh, cállate. 

Sus labios tocan los míos y mis rodillas ceden cuando su lengua se  adentra profundamente dentro de mi boca.
Sus manos se deslizan desde las caderas hasta el perímetro de mi trasero.

Él intensifica el beso y su lengua se mueve más rápida y con más determinación.
Sus dedos se enredan en mi pelo, tirando de mi cabeza hacia atrás, por lo que puede buscar en mi boca más a fondo, y me pierdo en el momento.

Sus dedos se deslizan por debajo de mis muslos, y agarra con fuerza mis piernas mientras me lanza hacia arriba y me carga.

Ahora mis piernas están alrededor de su cintura y cruzo mis tobillos alrededor de su espalda, pegándome a él. Entonces recuerdo el primer beso, la vez que Maxi  llegó mojado a mi casa.

El día que todo cambió. 

Recuerdo todas las veces que nos escondimos de Ryan. Recuerdo las veces que discutíamos pero hacíamos todo lo posible por volverlo a intentar. 

Recuerdo la vez que me dijo que me quería. Recuerdo las noches tirada en su pecho hablando de cualquier cosa.  Recuerdo los celos.

  Recuerdo nuestra hermosa reconciliación..
  Recuerdo como con sólo dos palabras, es capaz de hacerme feliz.  Sólo sé que no quiero que esto acabe nunca.

-Te amo, Maxi .

-Yo también te amo, pequeña

. Y eres mía.

-Dijo, contra mis labios. 

Puede que esto no sea perfecto, pero es nuestro.

Gracias, Maxi.




Fin

Muchas gracias por leer...

Gracias en verdad. 
besos 😚😚😚

Nos leemos pronto !

Eres Mi PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora