2.- A larga distancia

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El elegante telón rojo se abre luego del anuncio inicial combinado con la alegre música de fondo, mostrando el escenario que aparenta ser la sala de una casa, aunque con una decoración y color exagerados. La cámara realiza unas cuantas tomas a los espectadores, hombres y mujeres siguiendo el mismo patrón llamativo y extravagante tanto en apariencia física como en vestimenta hasta el punto de resultar ridículos, para después centrarse en los conductores: un hombre con traje, peluca y accesorios azul marino, y una mujer de vestido, cabello y joyas rosa chillón (porque no podían ser más clichés) sentados en un sillón de un color amarillo horrendo. A su lado, se encuentra el invitado especial de la noche.

-¡Yuuri Katsuki! -exclama el hombre con demasiado entusiasmo-Es un gusto tenerte con nosotros esta noche.

-Al contrario, el gusto es mío.

Pese a estar viendo la transmisión desde el Distrito 12 y a la alegría de Yuuri, Viktor es plenamente consciente que en realidad se trata de un sentimiento superficial. No en vano pasó tantos años aparentando, ahora puede distinguir a la perfección cuando alguien más lo hace, y en el caso de Yuuri, le resulta especialmente doloroso de observar.

-¿Qué se siente estar en el Capitolio?-pregunta la mujer-¿No te has aburrido luego de tantas visitas?

-Es imposible aburrirme aquí- responde Yuuri y centra su atención en la audiencia-Siempre es un placer visitarlos.

El público lo aclama y lo llaman, evidenciando lo mucho que les agradó su respuesta.

-Nos morimos de ganas por saber... ¿Cómo van las cosas con Viktor?-inquiere la conductora.

-Van muy bien, van bastante bien-se apresura a agregar mientras juega con el borde de la manga de su traje, gesto que Viktor identifica como una muestra de nerviosismo.

-¿Qué opina de que tengas que pasar tanto tiempo aquí, en lugar de en su Distrito con él?-interviene el hombre-Espero que no les esté generando tensión en su relación...-se escuchan murmullos de parte de la audiencia, ansiosos por saber más al respecto.

-¡Oh, no!-niega Yuuri-Viktor es muy comprensivo, sabe que tengo un deber con el Capitolio y con ustedes, así que trata de apoyarme.

El aludido suelta una carcajada despectiva. No es como si tuviera otra opción.

La relativa calma de la que gozaron después del fin de los Juegos y que los reporteros se marcharan del Distrito 12, duró demasiado poco. Yuuri fue convocado de vuelta al Capitolio para aparecer en más entrevistas y filmar otros tantos anuncios siempre enfatizando lo agradecido que estaba por la benevolencia que le mostraron, lo maravillosa que era su vida ahora y que todo se lo debía a los Juegos del Hambre. Cada vez que Viktor lo veía pronunciando una de esas frases genéricas y bien ensayadas, acompañadas de una sonrisa falsa, se le encogía el corazón. Si bien no había mucho que ninguno de los dos pudieran hacer al respecto, dada la amenaza del presidente Feltsman de perjudicar a todos los seres queridos de Yuuri.

Por el poco tiempo que Yuuri pasaba en el Distrito 12, Viktor intuía que se trataba de una estrategia de "Dividir y conquistar". Si bien los altos mandos del Capitolio los necesitaban como una pareja feliz y enamorada, no necesariamente implicaba que debieran de estar juntos y sobre todo, sin vigilancia constante. Probablemente temían que si ambos permanecían en el Distrito, rebeldes u otra gente inconforme los contactaran más fácilmente y los convencieran de iniciar un levantamiento; de ahí que Yuuri estuviera en el Capitolio y Viktor no. Sin mencionar que habían convertido al primero en su vocero principal, cuyo rol al salir en todos aquellos anuncios, era persuadir a los disgustados habitantes de los demás distritos y calmar los ánimos, los que a juzgar por el número de apariciones en televisión de Yuuri, debían estar bastante irritados.

Breaking pointDonde viven las historias. Descúbrelo ahora