A la mañana siguiente, en cuanto Viktor abrió los ojos, se dio cuenta de dos cosas: la primera, Yuuri también estaba despierto y lo seguía sosteniendo entre sus brazos; la segunda, se permitió externarla en voz alta:
─ Ya no tuviste pesadillas.
Yuuri, que continuaba medio adormilado, demoró en comprender que se trata de una afirmación y no una pregunta.
─ Es cierto ─asintió, con su voz denotando una mezcla de sorpresa y perplejidad─. Y tú, ¿dormiste bien?
─Pues, ya que lo mencionas... sí. De hecho, sí.
Por primera vez en lo que Viktor considera mucho tiempo, no tuvo problemas para conciliar el sueño y sospecha que en gran medida se debe a Yuuri. Todavía se siente algo cansado y está seguro que para Yuuri debe ser igual. Aunque considera quedarse en la cama junto a su mentor por lo que resta del día, una serie de golpes en la puerta rompen sus ilusiones.
─ Espero que ya estén despiertos ─advirtió Lilia─, y que ambos estén vestidos.
Yuuri emitió un chillido agudo y separó abruptamente, con la cara completamente roja y casi cayendo de la cama. Viktor consiguió sujetarlo por el brazo y echó a reír.
─ Puedes entrar si quieres, ya nos pusimos la ropa.
─ ¡Viktor!
No sin cierta prudencia, Lilia abrió la puerta y los observó desde la entrada, como evaluando qué tanto ocurrió durante la noche. Una vez que concluyó su análisis, asintió y sacó su característico reloj dorado.
─ Tienen diez minutos para alistarse y salir. Repasaremos el itinerario para la próxima parada durante el desayuno.
Los chicos la vieron abandonar la habitación y Yuuri fue el primero en levantarse, luciendo visiblemente avergonzado.
─Será mejor que le hagamos caso a Lilia, no parece estar de muy buen humor.
─ ¿Alguna vez lo está? ─bromeó el de ojos azules, obteniendo una risita corta de parte de Yuuri─. Y bueno... gracias por dejar que me quedara.
─ Ah, um... al contrario, yo debería agradecerte a ti por acompañarme y disculparme después de lo que pasó─ balbuceó Yuuri, jugando a entrelazar sus manos y Viktor lo admiró en silencio. Su cabello estaba desordenado, no usaba sus lentes y un tenue rubor decoraba sus mejillas. Resultaba demasiado adorable.
─ No me molestaría repetirlo, ¿sabes? ─se permitió sugerir tratando no mostrarse demasiado esperanzado, aún si el corazón le latía con fuerza─. Claro, siempre que tú estés de acuerdo. Creo que las noches podrían ser más llevaderas si estamos juntos.
El rubor de Yuuri se intensificó, tragó grueso y abrió la boca para contestar...
─ ¡Ocho minutos!
El grito de Lilia los interrumpió y ambos jóvenes intercambiaron una sonrisa, optando por dejar el tema de lado para darse prisa para que no volvieran a regañarlos.
***
En el vagón comedor se encontraban presentes Lilia y Minako. Yuuri recorrió el sitio con la mirada sin molestarse en ocultar su preocupación.
─ Phichit está trabajando en sus trajes, nos pidió que lo excusáramos ─le dijo Lilia y por el semblante de Yuuri, fue obvio que la explicación no lo confortó en lo más mínimo─. Ya tendrás oportunidad de hablar con él, por ahora, regresemos a lo que nos concierne.
La mujer dejó la frase al aire, permitiendo que los jóvenes se sirvan algo de los múltiples platos en la mesa, mientras ella hojea furiosamente una libreta. Ambos vencedores se sentaron uno al lado del otro y Viktor sintió que el estómago le rugía de hambre ante los espléndidos manjares frente a él. Ya que pudo arreglar las cosas con Yuuri, recuperó el apetito por completo; sin embargo, tal parecía que no necesariamente era lo mismo para su mentor, quien se limitaba a picar su plato sin mostrarse muy entusiasmado ni probar ni un solo bocado.
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Breaking point
RomanceCon la ayuda de Yuuri, Viktor se ha coronado como vencedor de los Juegos del Hambre y ambos regresan al Distrito 12 como una pareja feliz y enamorada. En teoría, sus problemas tendrían que haber acabado, y sin embargo, no han hecho más que empezar...