†Que amor tan raro†

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-Ustedes dos, la cena ya está lista. Vayan a comer.-
Desde el pasillo, mamá nos avisó y grito. 

–Ni creas que el tema queda ahí–
Fue lo que advirtió Totty, tragué saliva ante lo que dijo. Tengo miedo de saber lo que me espera más adelante. No quiero un interrogatorio de algo tonto y sin importancia. Ahora mismo debo estar más enfocado en olvidar a ese doloroso.

No será fácil, pero sé que podré, sólo debo pensar en otras cosas, y estar alejado de él. Si, muy fácil.

¡Claro! ¡El Pachinko y las chicas! Me harán que me olvidé de este dichosos sentimientos por él.

–It's easy–

Chiste mis dedos, y me avergoncé por lo que hice. Estoy empezando pasar tiempo con él que hasta adopte sus modismo ingleses.

–Maldita sea–

Gruñi por debajo y sentí un toque en mi hombro. Era Karamatsu.

De reflejo me aleje un poco de él, se percató pero no le dio importancia. Aunque vi un poco de dolor en sus ojos.

–Vine a ver que estabas haciendo. Ya que no bajabas. Vamos a la mesa–

Al decir eso, comenzamos a dirigirnos abajo junto con los demás. Caminaba con lentitud y pesadez solamente para estar lo más lejos de él.

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¡Pecador! ¡Pecador!

¿Cómo puedes tener estos grotescos y ridículos sentimientos hacia él?

No mereces la muerte, mereces algo peor. Te mereces el destierro, el exilió.

Te irás desnudo, sin nada. Sólo angustia y sufrimiento llevarás. Sin aquel amor que te incito al pecado.

Malditos sean los tuyos.

Malditos pecadores que han comido de la manzana.

¿La manzana estaba jugosa?

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Mi pecho duele al recordar lo que me ha dicho, tiene novia y no quita que es mi hermano menor. Tenemos la misma cara, cuerpo con ligeras deferencias.

Entonces, ¿por qué?

¿Qué es lo que te hace especial?

–¿Eh? ¿Dijiste algo, Osomatsu?–

¡Mierda! Lo dije en voz alta, ¡no puedo ser tan estúpido!

–¿Eh? No, nada. Sólo dije que seguro la comida esta rica. Cómo siempre–

Dije con una risa nerviosa, espero que no me haya escuchado, mierda. ¿Por qué tuve pensar en eso?

–Oh si, mamá lo cocinó, su comida siempre sabe bien. ¡Es la mejor!–

Qué sonrisa tan pura ante mí, tan diferente siento que apreté un acelerador porque no es normal como late mi corazón. Por él.

Ya habíamos llegado, nos sentamos en nuestro respectivos lugares. Comimos, mayormente no son tranquilas, y siempre hay peleas de por medio. Pero trascurrió con tranquilidad y con algunas palabras sueltas.

Cada quien terminó su plato, lo pusimos en el lavamanos y nos fuimos a nuestra habitación.

–¡Muscle Muscle!¡ Hustle Hustle!–

-¡Ohh! ¡Ya, cálmate y duérmete!-

–Ugh, que ruidosos–

–¿Podrían el favor de callarse? ¿Sí? Gracias– Espetó Todomatsu –Tengo animales en vez de hermanos–

–¿¡Cómo me dijiste!?–

–Oh, estás muerto–

Se escuchan golpes provenientes de arriba.
 Ya comenzaron las disputas. Yo aun seguía abajo aunque sea un vago bueno para nada hay que mantener una buena higiene bucal nunca se sabe cuando se va presentar el momento, si ya saben a que me refiero.

–Oh, broder, aún estas aquí–

Casi escupí todo al escuchar su voz.

¡Maldición! ¿¡Por qué siempre está dónde estoy yo!? Pésima suerte, con razón me va tan mal en el pachinko.  

–¡Ah! Karamatsu, qu– qué te trae por aquí?- Traté de actuar como siempre, pero cada vez me pongo más nervioso al estar cerca de él.

–Ah, umm, ¿vengo a lavarme los dientes?– Me mostró una expresión muy confundida pero no puedo evitar que se ve jodidamente adorable  y también me di cuenta la tontería que dije. Oh, tragame tierra.

–Ah... cierto– Termine rápidamente de lavarme los dientes.
–Bueno, desocupado, úselo a su gusto.– Sonreí e hice el típico “Por aquí, señor” de un restaurante y salí del lugar con rapidez, yendo afuera por un poco de aire fresco.

–¿Cuánto más debo durar así?–

Me detesto por tales sentimientos, por este nerviosismo sean provocados por mi propio hermano.

–¿Seré un narcisista?–


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‹Amor Entre Mayores›   ★OsoKara★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora